¿Por qué confiamos siempre en el médico, aunque se equivoque?

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Sesgo de autoridad

explicó.
Bias

¿Qué es el efecto mensajero?

El sesgo de autoridad describe nuestra tendencia a dejarnos influir más por las opiniones y juicios de las figuras de autoridad. Este sesgo puede llevar a las personas a aceptar información o seguir instrucciones sin evaluar críticamente el contenido, simplemente porque procede de una autoridad percibida.

Dónde se produce este sesgo

La Dra. Elizabeth Turner, destacada genetista mundial y directora de una gran empresa de biotecnología, se embarca en un proyecto de investigación pionero. Está analizando las posibles aplicaciones de una novedosa tecnología de edición genética, un campo en el que se ha especializado durante más de dos décadas.

En una reunión de toda la empresa, la Dra. Turner presenta con pasión sus hallazgos, haciendo hincapié en el impacto transformador que la tecnología podría tener en los tratamientos médicos. Sus colegas, conocedores de su reputación de investigadora innovadora, asimilan sus palabras con admiración. La autoridad de la Dra. Turner dentro de la organización arroja una luz favorable sobre los avances que propone.

Unas semanas más tarde, una investigadora junior, Lisa, introduce cautelosamente un contrapunto a la metodología del Dr. Turner, proponiendo un enfoque alternativo para lograr mejores resultados. A pesar de los argumentos bien razonados y las sólidas pruebas de Lisa, hay una sutil resistencia a su sugerencia entre el equipo. La larga reputación del Dr. Turner y su posición como director eclipsan los méritos de la propuesta alternativa de Lisa.

En este escenario, el sesgo de autoridad influyó en la forma en que las dos propuestas fueron recibidas y evaluadas por el resto del equipo. En otras palabras, a la hora de evaluar los méritos individuales de la investigación de las dos científicas, su nivel de autoridad y antigüedad en la empresa tuvo más peso que el contenido real de sus propuestas. De hecho, el planteamiento alternativo de Lisa podría haber sido considerado seriamente si el Dr. Turner u otro científico senior de la empresa lo hubiera presentado en su nombre.

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Efectos individuales

En la vida cotidiana, el sesgo de autoridad puede manifestarse en situaciones en las que las personas confían y siguen sin cuestionar las recomendaciones o decisiones de individuos en posiciones de autoridad, como profesores, médicos, policías, directivos o expertos en la materia. Señales sutiles, como el título de una persona (Dr., PhD, MD) o su cargo (CEO o Director), pueden influir inmediatamente en cómo percibimos las opiniones y juicios de ese individuo.

Imagínese que va al médico por un pequeño problema de salud. Durante la consulta, le recomiendan que tome una medicación y haga algunos pequeños cambios en su dieta durante el próximo mes. Escuchas todo lo que dice el médico y sigues diligentemente sus órdenes. Nunca se te pasa por la cabeza comprobar si la información que te ha dado es correcta o si es el tratamiento adecuado para ti.

El sesgo de autoridad influye profundamente en la forma en que recibimos, percibimos y actuamos ante la información. Este sesgo cognitivo puede guiar sutilmente los juicios, decisiones y acciones individuales en función de la autoridad percibida de quienes transmiten el mensaje, independientemente de la información que transmitan.

Cuando los individuos se encuentran con alguien con autoridad, su elevada confianza en el mensajero conduce a una mayor aceptación e interiorización de la información que transmite. Por el contrario, la falta de autoridad puede desencadenar escepticismo, haciendo que los individuos descarten o desestimen el mensaje de una persona, independientemente de su valor intrínseco. Bajo la influencia del sesgo de autoridad, la autoridad de la persona se convierte en el propio mensaje. Es decir, nos resulta difícil separar el contenido del mensaje del estatus de la persona que lo emite.

Aunque confiar en las autoridades es necesario y eficaz en muchos casos -como ir al médico-, se vuelve problemático cuando conduce a la aceptación acrítica de la información, la obediencia ciega y la resistencia al cambio. Es crucial que las personas seamos conscientes de este sesgo y de su efecto en nuestra toma de decisiones y, cuando proceda, evaluemos críticamente la información que recibimos. Equilibrar la confianza en la autoridad con una dosis saludable de escepticismo puede conducir a una toma de decisiones mejor informada y completa.

Efectos sistémicos

El sesgo de autoridad tiene un profundo efecto sobre a quién escuchamos y a quién no. En sistemas más amplios, como grupos sociales, organizaciones y sociedades, este sesgo puede influir en los procesos colectivos de toma de decisiones, en la forma en que se difunde la información y en la dinámica social general de un sistema.

Como demuestra el ejemplo del Dr. Turner y Lisa, en las organizaciones el sesgo de autoridad puede influir en la forma en que los empleados perciben la información. Los líderes o expertos considerados creíbles o con un estatus elevado pueden tener más influencia en las decisiones y estrategias de la organización, lo que puede dar lugar a que se pasen por alto importantes contribuciones de empleados con menos autoridad. Esta influencia social sobre otras personas se conoce como poder de los expertos.

El sesgo de autoridad también puede contribuir a otro fenómeno psicológico llamado pensamiento de grupo, en el que los miembros del grupo priorizan la armonía y el consenso sobre el pensamiento crítico y la toma de decisiones independiente. En situaciones en las que hay un líder fuerte, un alto nivel de cohesión del grupo y presión para tomar la decisión "correcta", los individuos pueden someterse a las opiniones de las figuras de autoridad para evitar conflictos o disensiones.

En el ámbito de los medios de comunicación y el discurso público, el sesgo de autoridad puede desempeñar un papel importante en la formación de la opinión pública. Las personas que son percibidas como autorizadas y creíbles a menudo tienen un impacto sustancial en la forma en que la información es recibida y aceptada por la población en general. Esto puede ser potencialmente peligroso para la sociedad cuando figuras de confianza comparten noticias falsas o creencias perjudiciales para determinadas poblaciones. Por ejemplo, el mito viral de que las torres 5G eran potencialmente mortales y podían causar COVID-19 fue supuestamente provocado por afirmaciones científicamente infundadas hechas por un médico belga durante una entrevista en un periódico1.

En otras ocasiones, las figuras de autoridad pueden ayudar a mantener el orden y la cohesión social, especialmente en tiempos de crisis o incertidumbre. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Primer Ministro británico, Winston Churchill, fue considerado por muchos como una figura que unió al país para trabajar juntos por la victoria2. Cuando la gente respeta y sigue a los futuros líderes o autoridades, contribuye a crear una sensación de estabilidad y orden en las comunidades, organizaciones y sociedades.

Cómo afecta al producto

En su casa, ahora mismo, probablemente tenga al menos uno, si no varios, productos que utilizan el sesgo de autoridad como parte de su campaña de marketing. Frases como "aprobado por dermatólogos", "clínicamente probado" o "9 de cada 10 dentistas lo recomiendan" pueden encontrarse en las etiquetas de casi todos los productos del mercado relacionados con la salud. Incluso la ropa que llevan los actores en los anuncios, como batas de laboratorio o uniformes oficiales, puede influir en la forma en que el público interactúa con un producto.

Los avales de figuras de confianza y con autoridad pueden tener un impacto significativo en las elecciones de los clientes y en su comportamiento de compra3. Los testimonios de expertos pueden ayudar a impulsar las ventas porque la credibilidad de la persona influye en la forma en que los clientes potenciales reciben y evalúan la información sobre el producto. Es más probable que compremos algo si sabemos que lo consideran seguro y eficaz las personas que supuestamente mejor lo saben.

Pero, ¿cómo sabemos si estas afirmaciones son ciertas? Utilizar figuras u organizaciones autorizadas para ayudar a vender productos puede tener inconvenientes si se hace un mal uso de ellos, como cuando los avales engañosos o las afirmaciones exageradas comprometen la confianza entre los consumidores y la marca. En 2014, la marca de alimentos infantiles Gerber fue multada por anunciar falsamente que su "Good Start Gentle Formula" podía proteger a los bebés de desarrollar alergias y por utilizar la frase "declaración de propiedades saludables aprobada por la FDA" en sus envases4.

El sesgo de autoridad y la IA

En los últimos años, hemos llegado a confiar en la IA y sus capacidades tanto en nuestra vida personal como profesional. Una encuesta realizada por NordVPN en 2023 reveló que el 75 % de los usuarios estadounidenses confiaban en la veracidad de los datos del ChatGPT5 de OpenAI. En muchos lugares de trabajo, la IA se considera una herramienta creíble y fiable para aumentar la productividad y la eficiencia de los empleados. De hecho, la IA se utiliza ahora como dispositivo para combatir la desinformación compartida por figuras de autoridad. Los debates en directo entre candidatos presidenciales, por ejemplo, pueden comprobarse en el momento con herramientas de IA.

Sin embargo, nuestra creciente confianza en ChatGPT y otras IA Generativas (GAI) conlleva el riesgo de que consideremos estos sistemas como una autoridad superior que todo lo sabe. A diferencia de los motores de búsqueda tradicionales de Internet, en los que los usuarios pueden examinar y validar miles de fuentes y perspectivas, la IA Generativa filtra los resultados por nosotros en función de lo que le pidamos. Cuando esto ocurre a escala social, nuestra dependencia de una fuente de información puede llevar al consenso y a la marginación de otras ideas y opiniones.

Por qué ocurre

Se cree que el sesgo de autoridad surge de una combinación de factores evolutivos, psicológicos y sociales arraigados en la cognición humana. Sin embargo, aunque este sesgo cognitivo se ha aplicado en diversos campos, los mecanismos y procesos exactos que explican por qué tendemos a valorar las opiniones de los expertos no se han explorado a fondo.

Desde una edad temprana, los individuos son socializados para respetar y obedecer a las figuras de autoridad, como los padres, los profesores y las fuerzas del orden. Como escribió el psicólogo estadounidense Stanley Milgram, "los primeros veinte años de la vida de un joven se pasan funcionando como un elemento subordinado en un sistema de autoridad". Con el tiempo, este respeto arraigado por la autoridad se convierte en un atajo cognitivo, o heurístico, que ayuda a simplificar y acelerar los procesos de toma de decisiones. En muchas situaciones, las personas no tienen tiempo ni recursos para investigar a fondo cada decisión, por lo que se remiten a la experiencia de quienes consideran autorizados. Además, nuestra necesidad innata de certeza y seguridad suele satisfacerse cuando sentimos que podemos confiar en las opiniones y juicios de las figuras de autoridad.

Desde el punto de vista de la psicología evolutiva, vivir en sociedades jerárquicas puede haber conferido ventajas de supervivencia, en las que los individuos aprendieron a confiar en los líderes como guía y protección. En estas sociedades, seguir las instrucciones de los líderes o figuras de autoridad puede haber proporcionado ciertas ventajas, como mejores condiciones de vida o de supervivencia. Por tanto, la inclinación a confiar y obedecer a la autoridad puede estar profundamente arraigada en la psicología humana.

El sesgo de autoridad también puede verse afectado, y reforzado, por otros sesgos cognitivos. El sesgo de confirmación, por ejemplo, describe nuestra tendencia a fijarnos, centrarnos y dar más importancia a las pruebas que encajan con nuestras creencias. Así, si una figura de autoridad nos proporciona información que coincide con lo que ya creemos, nuestra inclinación a confiar en esa información puede aumentar aún más.

El efecto halo también puede reforzar nuestra tendencia a confiar en las figuras de autoridad. Según este fenómeno, las impresiones positivas de personas, marcas o productos en un ámbito pueden influir positivamente en nuestros sentimientos u opiniones. Si tenemos una impresión positiva de una figura de autoridad, es más probable que nos sintamos positivamente respecto a la información que comparte.

Por qué es importante

Comprender el sesgo de autoridad es crucial porque arroja luz sobre los factores que influyen en la forma en que procesamos la información y tomamos decisiones. En el peor de los casos, el sesgo de autoridad puede llevarnos a confiar en información errónea sólo porque la proporciona alguien con autoridad real o percibida. Esto puede llevarnos a ignorar información más precisa proporcionada por una persona no experta con menos credenciales. En el mejor de los casos, el sesgo de autoridad puede ser una potente herramienta para comunicar información importante a grandes grupos de personas, como en emergencias sanitarias o catástrofes naturales.

Para las personas, conocer el sesgo de autoridad puede suponer un empoderamiento, ya que les permite asumir un mayor control sobre sus juicios y su toma de decisiones. Además, en la era de la desinformación y la desinformación, comprender el sesgo de autoridad puede ayudar a las personas a discernir las fuentes fiables de la información potencialmente sesgada o inexacta.

En situaciones de grupo, reconocer el sesgo de autoridad y su impacto puede contribuir a la creación de entornos que valoren la toma de decisiones diversa y basada en pruebas. Esta comprensión es especialmente importante para fomentar un liderazgo responsable, mantener la confianza de la sociedad y cuestionar los desequilibrios de poder institucionales.

Cómo evitarlo

El lema de la Royal Society, una academia científica independiente del Reino Unido, es "Nullius in verba", que se traduce como "no aceptes la palabra de nadie". La expresión fue elegida por los miembros fundadores de la sociedad en 1660 como advertencia para resistir el dominio de la autoridad y verificar todas las afirmaciones con hechos y experimentos. Más de cuatrocientos años después, este consejo resulta útil para superar el sesgo de autoridad.

Desvincular la figura de autoridad del contenido

El paso más importante para evitar el sesgo de autoridad es separar a la persona que transmite la información del propio contenido. Esfuérzate por centrarte en el contenido del mensaje en lugar de dejarte influir indebidamente por la autoridad o el estatus del mensajero.

La importancia de evaluar críticamente la información se ilustra con el siguiente ejemplo. Durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19 en 2020, un grupo de interés especial formado por médicos y otros profesionales sanitarios llamado "Médicos por la Verdad" creció en influencia en muchos países europeos, difundiendo información falsa y mentiras a sus grandes comunidades de seguidores6. Los organizadores del grupo aprovecharon su condición de profesionales sanitarios para aumentar su influencia e impacto.

Separarse de la figura de autoridad

Las investigaciones pioneras del profesor Stanley Milgram (véase más adelante) sobre el sesgo de autoridad sugieren que es mucho más probable que las personas desafíen a una figura de autoridad si no se encuentran físicamente en la misma habitación que ellas. Del mismo modo, separarse mentalmente de una figura de autoridad convenciéndose de que es ilegítima también puede reducir el efecto de este sesgo7.

Buscar perspectivas y fuentes alternativas

Buscar activamente diversas fuentes de información y considerar perspectivas alternativas también puede ayudar a contrarrestar la tendencia a favorecer los mensajes de figuras autorizadas. Cuando se le presente una perspectiva de una figura de autoridad, tómese su tiempo para recabar más información sobre el tema o escuchar otras opiniones. El pensamiento crítico y la comprobación periódica de los hechos pueden aumentar la probabilidad de tomar decisiones bien informadas.

Cómo empezó todo

El primer estudio, y quizá el más famoso, sobre el sesgo de autoridad fue realizado en 1961 por el profesor Stanley Milgram en la Universidad de Yale8. Tras la Segunda Guerra Mundial y los juicios de Nuremberg, Milgram quería entender por qué las personas obedecen las órdenes de las figuras de autoridad cuando éstas implican la realización de actos dañinos que entran en conflicto con su conciencia. Aunque Milgram nunca se refirió al término "sesgo de autoridad", su trabajo sentó las bases para futuras investigaciones sobre el tema.

En su experimento, Milgram reclutó a 40 participantes masculinos para que actuaran como "profesores", mientras que otro grupo de confederados (actores de la investigación) actuaban como "alumnos". Los profesores hacían una serie de preguntas a los alumnos y, cuando se equivocaban en una respuesta, les ordenaban que administraran una descarga eléctrica al alumno que estaba sentado en otra habitación. Cada vez que el alumno se equivocaba en una respuesta, el profesor debía subir un nivel el generador de descargas, de modo que cuantas más preguntas se equivocaba el alumno, mayor era el voltaje que recibía.

A medida que avanzaba el experimento, los profesores podían oír a los alumnos gemir de dolor y suplicar que se detuviera el estudio. A pesar de creer que estaban causando un daño importante a la otra persona, el 65% de los participantes completaron el experimento y se administraron descargas al nivel más alto (450 voltios). Lo que los participantes no sabían era que el generador de descargas era falso y que los alumnos eran actores que simulaban su dolor.

Milgram propuso varias teorías para explicar por qué los participantes siguieron obedeciendo las instrucciones del investigador, entre ellas el estatus percibido de la Universidad de Yale, la creencia de que los alumnos se ofrecieron voluntarios para el estudio y el deseo de no desobedecer al experimentador.

A pesar de sus hallazgos pioneros sobre la disposición de las personas a obedecer a las figuras de autoridad, el controvertido experimento de Milgram suscitó preocupaciones éticas sobre el daño psicológico infligido a los participantes y el engaño que implicaba la metodología. Muchos de los participantes mostraron signos físicos de angustia, como sudoración, temblores y tartamudeo, y tres sufrieron convulsiones durante el estudio9.

Una década más tarde, en su libro Obediencia y autoridad10, Milgram aplicó sus conclusiones a los juicios de Nuremberg y, en particular, al oficial nazi Adolf Eichmann, uno de los principales organizadores del Holocausto. A la luz de su experimento, Milgram se preguntó si Eichmann y su millón de cómplices se limitaban a seguir órdenes o si realmente creían que lo que hacían era correcto.

"La esencia de la obediencia consiste en el hecho de que una persona llega a verse a sí misma como el instrumento para llevar a cabo los deseos de otra persona y, por lo tanto, ya no se considera responsable de sus actos."


Stanley Milgram

Ejemplo 1 - La lejía puede "matar" el virus COVID-19

Durante la pandemia de COVID-19, circularon por las redes sociales innumerables recomendaciones sobre cómo matar o evitar contraer el virus. Cada semana, el público era bombardeado con consejos sanitarios de expertos, no expertos y personas influyentes. Sin embargo, uno de los más impactantes y controvertidos procedía del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Durante una de sus sesiones informativas diarias en abril de 2020, Trump sugirió que una inyección de desinfectante en una persona podría ser disuasoria para el virus COVID-1911. Posteriormente afirmó que sus comentarios eran "sarcásticos" y no se responsabilizó de las consecuencias de lo que dijo. Sin embargo, como líder del país, sus palabras fueron a menudo tomadas en serio por el público.

A pesar de que expertos en política sanitaria mundial y otros funcionarios se apresuraron a rebatir el mensaje sanitario inadecuado del presidente, la información ya se había difundido. En los días siguientes a la sesión informativa, aumentaron las llamadas a los centros de toxicología de varios estados de EE.UU. después de que la gente empezara a ingerir desinfectantes como Lysol12. La empresa incluso emitió un comunicado de prensa advirtiendo a la gente que no bebiera ni se inyectara el producto de limpieza.

La posición de autoridad de Trump como presidente influyó significativamente en cómo la gente recibió y actuó ante su sugerencia. En lugar de considerar las implicaciones de ingerir una sustancia química altamente peligrosa, algunos miembros del público se centraron en el mensajero. Además, es probable que la influencia de la sugerencia de Trump se viera reforzada por el hecho de que se hiciera justo después de que el director de la división de ciencia y tecnología del Departamento de Seguridad Nacional hiciera una presentación sobre las recientes investigaciones sobre el virus.

Ejemplo 2 - HiPPO en el lugar de trabajo

En el mundo de los negocios, el sesgo de autoridad suele manifestarse como HiPPO, u "opinión de la persona mejor pagada". En los entornos organizativos, existe una fuerte tendencia a dar prioridad a las opiniones y decisiones de la persona de mayor rango (y a menudo mejor pagada), normalmente aquellas que ocupan altos cargos ejecutivos o tienen una autoridad significativa. No importa que estas personas no sean expertas en la materia o que no tengan los conocimientos necesarios; lo que cuenta es su antigüedad.

El término HiPPO (del tipo no animal) fue acuñado por primera vez por el analista y empresario Avinash Kaushik en su libro Web Analytics: An Hour a Day13. Cuando hay un HiPPO en la sala, su presencia tiene un profundo efecto en cómo se toman las decisiones de la empresa. Según Kaushik, los HiPPO invalidan los datos, se imponen a empresas y clientes y sofocan los debates sobre perspectivas alternativas. Una vez que la opinión de la máxima autoridad está sobre la mesa, se acallan otras voces y, en algunos casos, la gente teme hablar.

Aunque hay casos en los que la opinión de la persona de mayor rango puede ser la mejor opción, las investigaciones sugieren que, la mayoría de las veces, no es así. Un estudio de la Rotterdam School of Management analizó el rendimiento global de 349 proyectos de la industria de los videojuegos desde 1972 y descubrió que los proyectos dirigidos por directivos subalternos tenían más probabilidades de éxito que los dirigidos por jefes superiores14.

Una cultura empresarial de deferencia hacia el HiPPO puede conducir a resultados subóptimos cuando las decisiones están más impulsadas por la jerarquía que por las percepciones basadas en datos o la experiencia de quienes tienen los conocimientos pertinentes. Bajo la abrumadora influencia de los HiPPO, los empleados de niveles inferiores pueden sentirse impotentes y menos inclinados a aportar sus ideas o preocupaciones. Esta dinámica en el lugar de trabajo puede ahogar la innovación y dificultar la adaptabilidad a las cambiantes condiciones del mercado.

Resumen

Qué es

El sesgo de autoridad describe nuestra tendencia a dejarnos influir más por las opiniones y juicios de las figuras de autoridad. Este sesgo puede llevar a las personas a aceptar información o seguir instrucciones sin evaluar críticamente el contenido, simplemente porque procede de una autoridad percibida.

Por qué ocurre

Se cree que el sesgo de autoridad surge de una combinación de factores evolutivos, psicológicos y sociales arraigados en la cognición humana. Sin embargo, aunque este sesgo cognitivo se ha aplicado en diversos campos, aún no se han estudiado a fondo los mecanismos y procesos exactos que explican por qué tendemos a valorar las opiniones de los expertos.

Ejemplo 1 - La lejía puede "matar" el virus COVID-19

Durante una sesión informativa diaria en abril de 2020, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió que una inyección de desinfectante en una persona podría ser disuasoria para el virus COVID-19. En los días siguientes al briefing, las llamadas a los centros de intoxicación de varios estados de Estados Unidos aumentaron después de que la gente empezara a ingerir desinfectantes como Lysol. La posición de autoridad de Trump como presidente influyó significativamente en cómo la gente recibió y actuó ante su sugerencia.

Ejemplo 2 - HiPPOS en el lugar de trabajo

En el mundo de los negocios, el sesgo de autoridad suele manifestarse como HiPPO, u "opinión de la persona mejor pagada". En los entornos organizativos, existe una fuerte tendencia a dar prioridad a las opiniones y decisiones de la persona de mayor rango (y, a menudo, mejor pagada), normalmente aquellas que ocupan altos cargos ejecutivos o tienen una autoridad significativa. El fenómeno HiPPO subraya la omnipresente influencia de las estructuras jerárquicas y la autoridad en los procesos de toma de decisiones.

Cómo evitarlo

El sesgo de autoridad puede afectar a los juicios y la toma de decisiones tanto a nivel individual como de grupo. Las estrategias para superar este sesgo incluyen desvincularse de la figura de autoridad, desvincular la información de la figura de autoridad y buscar perspectivas y fuentes diversas.

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Referencias

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2. Parker, R. A. C. (1996). Review: Churchill and Consensus. The Historical Journal, 39(2), 563–572.

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5. Grigutytė, M. (2023, July 12). NordVPN reveals: Americans using ChatGPT trust the chatbot. NordVPN.https://nordvpn.com/blog/chatgpt-usage-in-the-us/

6. Milhazes-Cunha, J. & Oliveira, L. (2023). Doctors for the Truth: Echo Chambers of Disinformation, Hate Speech, and Authority Bias on Social Media. Societies, 13(10), 226. https://doi.org/10.3390/soc13100226

7. Brief, A. et al. (2000). Just Doing Business: Modern Racism and Obedience to Authority as Explanations for Employment Discrimination. Organizational Behavior and Human Decision Processes, 81(1), 72–97. https://doi.org/10.1006/obhd.1999.2867

8. Milgram, S. (1963). Behavioral Study of Obedience. The Journal of Abnormal and Social Psychology. 67(4), 371–378.

9. Morgia, L. (n.d.). Authority bias: when we irrationally trust the judgement of experts. Ness Labs. https://nesslabs.com/authority-bias

10. Milgram, S. (1974). Obedience to Authority: An Experimental View. Harper & Row.

11. Clark, D. (2020, April 23). Trump suggests ‘injection’ of disinfectant to beat coronavirus and ‘clean’ the lungs. NBC News. https://www.nbcnews.com/politics/donald-trump/trump-suggests-injection-disinfectant-beat-coronavirus-clean-lungs-n1191216

12. Qamar, A. (n.d.). At least 5 states report and increase in calls to poison control after Trump’s ‘disinfectant’ COVID-19 remarks. Michigan Poison & Drug Information Center. https://www.poison.med.wayne.edu/updates-content/kstytapp2qfstf0pkacdxmz943u1hs

13. Kaushik, A. (2007). Web Analytics: An Hour A Day. Sybex.

14. Szatmari, B., Deichmann, D., van den Ende, J., & King, B. G. (2021). Great Successes and Great Failures: The Impact of Project Leader Status on Project Performance and Performance Extremeness. Journal of Management Studies, 58(5), 1267–1293.

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