¿Por qué sentimos que destacamos más de lo que realmente lo hacemos?

El efecto proyector

explicó.
Bias

¿Qué es el efecto Foco?

El efecto foco describe la tendencia de las personas a creer que los demás les prestan más atención de la que realmente les prestan; en otras palabras, nuestra tendencia a sentirnos siempre "el centro de atención". Este sesgo aparece con frecuencia en nuestra vida cotidiana, tanto en situaciones positivas (como cuando hacemos una presentación excelente y sobrestimamos lo impresionados que deben estar todos nuestros compañeros de trabajo) como negativas (como cuando fracasamos en la presentación y sentimos que todo el mundo se está riendo de ello a nuestras espaldas).

Dónde se produce este sesgo

Supongamos que vas a una fiesta en casa de un amigo y acabas derramando parte de tu bebida sobre la camisa. Mientras te diriges al baño para limpiarte, sientes que todo el mundo en la fiesta te está viendo hacer el ridículo y te sientes increíblemente avergonzado. Sin embargo, unas semanas después de la fiesta, cuando sacas el tema con tus amigos, nadie se acuerda del incidente.

Efectos individuales

El efecto foco de atención nos hace tener una visión exagerada de nuestra propia importancia para las personas que nos rodean, lo que nos lleva a juzgar mal las situaciones y a tomar decisiones basadas en nuestros sentimientos exagerados de visibilidad.

Efectos sistémicos

La creencia de que los demás siempre nos están prestando mucha atención puede ser perjudicial para nuestra salud mental y puede frenarnos al hacernos sentir cohibidos. Si caemos continuamente en la trampa del efecto foco de atención, podemos dejar pasar oportunidades basándonos en la suposición errónea de que los demás nos analizarán y juzgarán por ello. El efecto foco también puede contribuir a la ansiedad social, que tiene muchos efectos perjudiciales en la salud física y mental de una persona.1 Intentar cambiar la creencia de que los demás nos observan y piensan en nosotros constantemente es una parte importante del tratamiento de la ansiedad.

Por qué ocurre

El efecto foco es sólo un ejemplo de un tipo de distorsiones cognitivas conocidas como sesgos egocéntricos. Este tipo de sesgo cognitivo sesga la forma en que vemos las cosas al hacer que confiemos demasiado en nuestras propias perspectivas, en lugar de ajustarnos para tener en cuenta otros puntos de vista. Otro ejemplo habitual de sesgo egocéntrico es el efecto de falso consenso, que nos hace suponer que la mayoría de las personas comparten las mismas creencias y opiniones que nosotros.2 También existe la ilusión de transparencia, que describe cómo las personas tendemos a creer que los demás son capaces de discernir lo que pensamos o sentimos.6

En cierto modo, en nuestra vida cotidiana, todos desempeñamos el papel de psicólogos sociales aficionados: intentamos constantemente averiguar por qué los demás actúan como lo hacen. Sin embargo, como demuestran los numerosos sesgos egocéntricos, también tenemos tendencia a centrarnos en nosotros mismos, aunque no lo intentemos: al fin y al cabo, el único punto de vista al que tenemos acceso directo es el nuestro. Esto significa que nuestra interpretación de una situación viene filtrada por nuestros propios pensamientos y emociones.

Nuestros juicios están anclados en nuestras propias experiencias

En parte, el efecto foco se debe a otro sesgo cognitivo, conocido como anclaje (o sesgo de anclaje). Acuñado por primera vez por Amos Tversky y Daniel Kahneman, dos de los "padres fundadores" de la economía conductual, el anclaje describe cómo, cuando tomamos decisiones, tendemos a confiar demasiado en la información que recibimos al principio del proceso.3 Una vez que hacemos un plan o una estimación basada en esta información inicial, empezamos a pensar en todo lo que ocurre después en función de ese valor inicial. Esto hace que nos resistamos a hacer cambios importantes en nuestro plan, aunque la situación lo requiera.

Los efectos del anclaje son tan fuertes que incluso podemos anclarnos a información que no es relevante para nuestros objetivos. Por ejemplo, en un experimento se pidió a los participantes que facilitaran los dos últimos dígitos de su número de la seguridad social. A continuación, se les mostraron varios productos de uno en uno, incluidos objetos como equipos informáticos, botellas de vino, libros y cajas de chocolate. Para cada artículo, se preguntó a los participantes si estarían dispuestos a pagar la cantidad que formaban sus dos dígitos de la seguridad social. Por ejemplo, si el número de alguien terminaba en 34, decía si pagaría o no 34 dólares por cada artículo. Después, los investigadores preguntaban cuál era la cantidad máxima que los participantes estarían dispuestos a pagar.

Este estudio descubrió que, aunque el número de la Seguridad Social no es más que una cadena aleatoria de números, la gente seguía "anclada" a la cantidad que formaban estos dígitos. Los que tenían números más altos estaban dispuestos a pagar mucho más por los mismos productos, en comparación con otros que resultaban tener números más bajos.4 Como demuestra este experimento, cualquier información que recibimos al principio de nuestro proceso de toma de decisiones se convierte en nuestro punto de referencia para decisiones futuras, aunque sea ilógica o nos ponga en desventaja.

Entonces, ¿qué tiene esto que ver con el efecto foco? Bueno, una forma de explicar este sesgo es como resultado del anclaje. Cuando emitimos juicios sobre situaciones sociales, nos anclamos en nuestras propias percepciones, porque son lo único a lo que tenemos acceso inmediato. Después, podemos intentar ajustar nuestros puntos de vista para tener en cuenta las perspectivas de otras personas, pero debido al anclaje, estos cambios son insuficientes.5

Existen pruebas experimentales que respaldan esta teoría. En el primer artículo sobre el efecto de los focos, publicado por Thomas Gilovich, Victoria Husted Medvec y Kenneth Savitsky, los investigadores provocaron el efecto de los focos en sus participantes poniéndolos en una situación que a la mayoría de los estudiantes universitarios de la época (es decir, finales de los noventa) les parecería vergonzosa: obligarlos a llevar una camiseta con la cara de Vanilla Ice, cantante de "Ice Ice Baby". (Una versión anterior del experimento incluía camisetas con la cara del cantante Barry Manilow). A continuación, los participantes fueron introducidos brevemente en una sala donde trabajaban otros estudiantes, tras lo cual respondieron a algunas preguntas de los investigadores.

Gilovich, Husted Medvec y Savitsky ya habían demostrado (mediante el estudio de la camiseta de Barry Manilow y otros) que los participantes sobrestimaban significativamente cuántos de los otros estudiantes serían capaces de recordar lo que aparecía en su camiseta. Se trata del efecto foco: los portadores de la camiseta, avergonzados de su atuendo, pensaban que la gente les prestaba más atención de la que realmente les prestaban. Pero en la versión Vanilla Ice del experimento, los investigadores fueron un paso más allá: también preguntaron a los participantes si habían considerado otros números antes de decidirse.

La mayoría de los participantes también dijeron que habían considerado inicialmente una cifra más alta, antes de ajustarla a la baja. Esto concuerda con lo que cabría esperar si existiera un efecto de anclaje: la gente estimó inicialmente una cifra muy alta y luego la redujo un poco, pero no lo suficiente, porque su percepción estaba influida por su estimación original.

Notamos cambios en nuestro comportamiento o apariencia más que los demás

Otra razón por la que puede producirse el efecto de los focos es que estamos más familiarizados con nuestro propio comportamiento y aspecto que otras personas, y por eso somos más conscientes de cuando hay algo "raro". Todo el mundo ha tenido, por ejemplo, "días de mal pelo", o mañanas en las que se ha despertado y se ha encontrado con un grano rojo y enfadado en la cara. O, por poner un ejemplo no relacionado con la belleza, los académicos que dan la misma charla una y otra vez pueden tener la sensación de que algunos días lo hacen muy bien y otros muy mal, y sorprenderse al comprobar que, a pesar de todo, obtienen una respuesta similar de su audiencia.5

Cuando hacemos algo fuera de lo común o percibimos un cambio en nuestro aspecto, parece como si los demás estuvieran tan obsesionados como nosotros, pero no es así. Las investigaciones han confirmado que tendemos a sobrestimar hasta qué punto los demás notan variaciones en nuestra forma de actuar o nuestro aspecto. En un estudio, se pidió a estudiantes universitarios que valoraran, en una escala de 7 puntos, cómo creían que se veían ante los demás ese día en particular, en relación con su aspecto la mayoría de los días. La diferencia entre estas dos estimaciones era mucho mayor que las valoraciones reales que los demás hacían de ellos.5 Esto también puede provocar el efecto foco, en los casos en que nos sentimos cohibidos porque algo es diferente de lo normal.

Por qué es importante

Como ya se ha mencionado, el efecto foco puede contribuir a la ansiedad social, que tiene consecuencias para nuestra vida social y nuestra salud en general. También puede hacer que tomemos decisiones basándonos en la suposición incorrecta de que los demás nos miden constantemente. La realidad, para bien o para mal, es que la gente no suele fijarse ni preocuparse por cosas de las que nosotros mismos somos muy conscientes. Pensar lo contrario puede costarnos oportunidades y afectar negativamente a nuestras relaciones con otras personas. Sin embargo, una vez que somos conscientes de este sesgo, podemos tomar medidas para superarlo.

Cómo evitarlo

Para bien o para mal, lo cierto es que a los demás casi nunca les importamos tanto como creemos. A veces, basta con recordar este hecho para contrarrestar el efecto de los focos. Pero si eso no es suficiente, prueba algunos de estos consejos.

Pregúntate cómo reaccionarías si se invirtieran los papeles

Si te pasas el día preocupándote por un error que has cometido durante una presentación, o por el trozo de espinacas que se te ha quedado entre los dientes y que un compañero de trabajo ha tenido que señalarte, piensa por un momento cómo te sentirías si estuvieras al otro lado de esa interacción. De hecho, es probable que en muchas ocasiones hayas estado entre el público de una charla en la que el ponente ha torcido un poco las palabras o le ha susurrado a un compañero que debería mirarse los dientes en el baño, pero probablemente estos episodios no te hayan llamado mucho la atención porque no les has dado importancia en ese momento. Lo mismo les ocurre a las personas que han sido testigos de tu metedura de pata: a ti te puede parecer el fin del mundo, pero los demás ni siquiera le dan importancia. Es una forma sencilla de tranquilizarte y reconfortarte cuando te invade la ansiedad por el efecto de los focos.

Pruebe la reestructuración cognitiva

La terapia cognitivo-conductual (TCC), que se utiliza a menudo para tratar la ansiedad, ofrece un método algo más práctico para tratar sesgos como el efecto foco. Un elemento básico de la TCC es el uso de hojas de trabajo, en las que los clientes trabajan con los pensamientos angustiosos (ya sea por su cuenta o con la ayuda de un terapeuta) desafiando cualquier sesgo o distorsión cognitiva que pueda estar causando ansiedad. Este proceso se conoce como reestructuración cognitiva.

En el caso del efecto foco, existen algunas hojas de ejercicios (como ésta) que animan a la gente a pensar en las pruebas que apoyan el pensamiento que provoca ansiedad, así como en las pruebas que no lo apoyan. El paso final suele ser pensar en una versión alternativa o "equilibrada" del pensamiento. Por ejemplo, si alguien dice algo incorrecto durante una conversación, y el efecto foco le hace pensar "Ahora todo el mundo debe estar hablando de lo estúpido que soy", un pensamiento más equilibrado podría ser algo como "Puede que los demás se hayan dado cuenta de mi error, pero probablemente después no le hayan dado mucha importancia".

Cómo empezó todo

Gilovich, Husted Medvec y Savitsky acuñaron el efecto foco en un artículo publicado en 2000. En él se hablaba de cinco experimentos distintos realizados por los autores, entre ellos el de las camisetas de Barry Manilow/Vanilla Ice descrito anteriormente. En otro de los experimentos, los investigadores utilizaron camisetas que los estudiantes universitarios consideraban más atractivas (a finales de los 90, camisetas de Jerry Seinfeld, Bob Marley o Martin Luther King Jr.) para demostrar que el efecto de protagonismo se producía tanto en situaciones positivas como negativas.

En aquel momento, acababan de publicar su trabajo sobre la ilusión de transparencia (que también acuñaron). El efecto de foco está estrechamente relacionado con la ilusión de transparencia, y argumentaron que ambos eran el resultado del anclaje. En general, este equipo de investigadores ha hecho muchas aportaciones importantes a la literatura sobre los sesgos egocéntricos.

Ejemplo 1 - El efecto foco minoritario

Todo el mundo es susceptible de sufrir el efecto de los focos. Sin embargo, las personas que pertenecen a un grupo minoritario también pueden sentirse "en el punto de mira" cuando en la conversación surgen temas relacionados con su grupo.

En un estudio sobre este "efecto de foco minoritario", los participantes (algunos blancos y otros pertenecientes a una minoría étnica) fueron introducidos en una sala en la que esperaban otras dos personas. Estas personas eran confederados, lo que significa que estaban "dentro" del experimento y trabajaban con el experimentador. Los tres se pusieron los auriculares y escucharon una grabación. Los participantes oían hablar de las emisiones de carbono (la condición de control) o de la discriminación positiva, un tema relacionado con la raza. Mientras tanto, los confederados escuchaban instrucciones que les indicaban dónde y cuándo mirar. A veces les decían que simplemente miraran hacia arriba, mientras que otras veces les decían que miraran al participante.

Los resultados mostraron que los participantes pertenecientes a minorías que escucharon la cinta de acción afirmativa tenían la sensación de que los confederados les habían mirado fijamente mucho más que a los demás grupos, aunque en realidad habían mirado a todo el mundo durante exactamente el mismo tiempo. Este grupo también dijo sentirse más "en el punto de mira" y experimentar más emociones negativas que los demás. Esto podría deberse a que las personas de color están acostumbradas a que se les ponga en el punto de mira cuando surge el tema de la raza, lo que les lleva a sentirse incómodos en previsión de que esto vuelva a ocurrir.7

Ejemplo 2 - Solo en el punto de mira

En nuestra cultura, a menudo se estigmatiza el hecho de hacer cosas a solas, ya sea viajar o simplemente salir a comer a un restaurante, hasta el punto de que esto último se utilizó una vez como subtrama de un episodio de Friends. (Monica: "Perdona, ¿qué tiene de malo que una mujer coma sola?". Chandler: "Bueno, obviamente algo. Está comiendo sola")

En realidad, es poco probable que la mayoría de la gente se fije o se preocupe por otras personas que hacen cosas solas. Pero el efecto de los focos crea una profecía autocumplida: a la gente le angustia salir sola y este sesgo cognitivo le hace creer que los demás le prestan más atención de la que realmente le prestan, lo que confirma su ansiedad. Afortunadamente, parece que el tabú se está relajando y cada vez hay más gente que se atreve a salir sin compañía.8

Resumen

Qué es

El efecto foco es un sesgo que nos hace sentir que los demás están más centrados en nosotros de lo que realmente están.

Por qué ocurre

Somos propensos a los sesgos egocéntricos, que nos llevan a centrar nuestra propia perspectiva ignorando la de los demás. El efecto de anclaje nos dificulta ajustar nuestra percepción de las cosas. El efecto de focalización también puede producirse porque estamos más familiarizados con nosotros mismos que los demás, lo que significa que somos más conscientes de los cambios o variaciones.

Ejemplo 1 - El efecto foco minoritario

Las investigaciones demuestran que los miembros de grupos minoritarios experimentan algo muy parecido al efecto de los focos cada vez que aparecen en la conversación temas relacionados con su grupo. Esta experiencia es incómoda y desagradable.

Ejemplo 2 - Solo en el punto de mira

Debido al efecto foco, muchas personas se sienten incómodas haciendo cosas solas en público. Por suerte, esto está empezando a cambiar.

Cómo evitarlo

Si te sientes "en el punto de mira", recuerda que la mayoría de la gente no se fija tanto en tu comportamiento como tú. También puedes imaginar cómo te sentirías si se invirtieran los papeles. Si el efecto de ser el centro de atención está provocando una ansiedad más grave o generalizada, puede que merezca la pena probar algunos ejercicios de la terapia cognitivo-conductual (idealmente con un clínico).

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Referencias

  1. Brown, M. A., & Stopa, L. (2007). The spotlight effect and the illusion of transparency in social anxiety. Journal of Anxiety Disorders, 21(6), 804-819. https://doi.org/10.1016/j.janxdis.2006.11.006
  2. Ross, L., Greene, D., & House, P. (1977). The “false consensus effect”: An egocentric bias in social perception and attribution processes. Journal of Experimental Social Psychology, 13(3), 279-301. https://doi.org/10.1016/0022-1031(77)90049-x
  3. Lovallo, D., & Kahneman, D. (2003, July). Delusions of success: How optimism undermines executives’ decisions. Harvard Business Review. https://hbr.org/2003/07/delusions-of-success-how-optimism-undermines-executives-decisions
  4. Ariely, D., Loewenstein, G., & Prelec, D. (2006). Tom Sawyer and the construction of value. The Construction of Preference, 60, 271-281. https://doi.org/10.1017/cbo9780511618031.015
  5. Gilovich, T., Medvec, V. H., & Savitsky, K. (2000). The spotlight effect in social judgment: An egocentric bias in estimates of the salience of one's own actions and appearance. Journal of Personality and Social Psychology, 78(2), 211-222. https://doi.org/10.1037/0022-3514.78.2.211
  6. Gilovich, T., Savitsky, K., & Medvec, V. H. (1998). The illusion of transparency: Biased assessments of others' ability to read one's emotional states. Journal of Personality and Social Psychology, 75(2), 332-346. https://doi.org/10.1037/0022-3514.75.2.332
  7. Crosby, J. R., King, M., & Savitsky, K. (2014). The minority spotlight effect. Social Psychological and Personality Science, 5(7), 743-750. https://doi.org/10.1177/1948550614527625
  8. Bendix, A. (2015, October 15). It's Time to Ditch the Stigma of Doing Things Alone. Bloomberg CityLab. https://www.bloomberg.com/news/articles/2015-10-15/why-more-people-are-eating-and-traveling-alone
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