Uri Gneezy

Thinker

Dar vida a la economía

Introducción

Uri Gneezy es economista, científico del comportamiento, estratega innovador, empresario, profesor y autor del aclamado libro The Why Axis. Está especialmente interesado en cómo se forman los hábitos y en la eficacia de los incentivos.1 Se basa en la economía experimental para comprender mejor el comportamiento de la vida real, lo que ha hecho que su trabajo se ajuste más a la economía conductual que a la economía tradicional. Desde el principio, Gneezy comprendió que, aunque las teorías económicas eran útiles, a menudo no lograban explicar el comportamiento humano real. En lugar de intentar demostrar o probar teorías, Gneezy comienza su trabajo observando el comportamiento y planteando preguntas que el campo de la economía no ha abordado adecuadamente.2 Sus sencillas demostraciones empíricas muestran el poder de los sesgos cognitivos y la intersección entre la psique humana y el comportamiento.3 Uri Gneezy suele estar acreditado como una de las principales figuras de la economía conductual, especialmente en lo que se refiere al pensamiento innovador y la economía experimental.4 Su investigación académica abarca varias disciplinas y sigue desafiando a las ciencias sociales para que describan con mayor precisión el comportamiento de la vida real.4 Gneezy entiende que, para que los principios económicos sean eficaces, deben tener en cuenta las cuestiones psicológicas.

Esta es la gran conclusión: si se quiere que la gente adopte nuevos comportamientos, la mejor herramienta es una combinación de normas sociales y precios, que funcionan como complementos y se refuerzan mutuamente.


- Uri Gneezy en El eje del porqué

On their shoulders

For millennia, great thinkers and scholars have been working to understand the quirks of the human mind. Today, we’re privileged to put their insights to work, helping organizations to reduce bias and create better outcomes.

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Efectos psicológicos de los incentivos

Los economistas creen desde hace tiempo en el poder de los incentivos. Los modelos económicos tradicionales se basan en la idea de que los seres humanos se comportan de acuerdo con una racionalidad perfecta, lo que significa que cuanto mayor sea una recompensa, más se esforzará un individuo por obtenerla. Una empresa que quiera aumentar la productividad de sus empleados, por ejemplo, puede utilizar incentivos para estimular el comportamiento. Los padres que quieren que sus hijos rindan bien en la escuela pueden ofrecerles una compensación monetaria por cada sobresaliente que saquen. Sin embargo, Uri Gneezy se dio cuenta de que los incentivos no siempre conducen al comportamiento deseado. Los incentivos externos ofrecidos por otros, como el dinero, pueden disminuir la motivación intrínseca, lo que hace que el incentivo sea contraproducente. Para explicar por qué los incentivos no siempre funcionan, Gneezy, en su artículo "When and Why Incentives (Don't) Work to Modify Behavior" (Cuándo y por qué los incentivos (no) funcionan para modificar el comportamiento), dividió los efectos de los incentivos monetarios en dos categorías distintas.5 Los incentivos monetarios tienen un efecto precio directo estándar cuando las personas están más motivadas para realizar una tarea porque recibirán dinero por ello, que es el efecto en el que se centraban los economistas tradicionales en sus investigaciones. Sin embargo, Gneezy explicó que los incentivos monetarios también tienen un efecto indirecto: un efecto psicológico, al que denominó "efecto de exclusión "5. Uri Gneezy identificó dos formas diferentes en las que los incentivos pueden provocar el efecto de exclusión. Por un lado, sugirió que las personas pueden asociar el comportamiento incentivado con la dificultad.5 Si a un estudiante se le dice que recibirá dinero si obtiene un sobresaliente, se le puede hacer creer que alcanzar ese objetivo será realmente difícil y requerirá mucho esfuerzo. Además, si los padres de alguien han hecho ese trato con él, puede creer que sus padres no creen probable que obtenga la nota, y que por eso es necesario un incentivo. Debido a la incentivación externa, la tarea empieza a parecer demasiado difícil y puede hacer que alguien ni siquiera se moleste en intentarlo. La otra forma en que puede producirse el efecto de exclusión, según Gneezy, se conoce como efecto de sobrejustificación.5 El efecto de sobrejustificación explica que si originalmente realizábamos tareas porque nos gustaban y estábamos intrínsecamente motivados para realizarlas, después de que se nos ofrezca un motivador externo, tendemos a estar menos interesados en realizar esa tarea. Aunque podemos seguir realizando la tarea cuando se nos ofrece la recompensa, una vez que desaparece el incentivo externo, nuestra motivación intrínseca disminuye. Las ideas de Gneezy sobre la incentivación demostraron una comprensión más holística del comportamiento. Mientras que los modelos económicos sólo tienen en cuenta la situación actual, Gneezy demostró que el comportamiento no es sólo producto de los incentivos actuales. Esta idea tenía implicaciones no sólo para los economistas, sino también para la educación, el comportamiento prosocial y los hábitos de vida, ámbitos todos ellos en los que Gneezy realizó experimentos5.

Género y competencia

Uri Gneezy reconoció que los modelos económicos tradicionales solían tratar a todos por igual, con la creencia de que todos se comportaban como un homo economicus. El homo economicus es un modelo hipotético en el que se supone que los individuos toman decisiones basadas en la racionalidad perfecta. Sin embargo, Gneezy argumentó que no eran sólo los sesgos cognitivos los que hacían que el comportamiento se desviara de este modelo, sino también, que factores como el género pueden influir en el comportamiento.6 Aunque esto pueda no parecer un argumento de peso, lo era para la economía tradicional a la antigua usanza, que trataba a todos los consumidores por igual. Las estadísticas muestran que los hombres tienden a ocupar puestos de trabajo más importantes y que sigue existiendo una brecha salarial entre hombres y mujeres, a pesar de que la igualdad de género se ha convertido en una gran preocupación en el lugar de trabajo.6 Gneezy identificó dos argumentos comunes que la gente suele esgrimir para explicar por qué ocurre esto. El primero es que hay diferencias de capacidades y preferencias entre los géneros y el segundo es que hay discriminación en el lugar de trabajo y las mujeres y los hombres reciben un trato diferente. Sin embargo, Gneezy quería ofrecer un tercer argumento que ayudara a explicar por qué existen estas diferencias. Gneezy, junto con sus colegas, sugirió que las mujeres pueden tener menos éxito que los hombres en entornos tradicionalmente competitivos, en su artículo "Performance in Competitive Environments: Gender Differences" (Rendimiento en entornos competitivos: diferencias de género).6 El argumento de Gneezy se basaba en la idea básica de que "las chicas, cuando están protegidas de la competencia con los chicos, tienen más posibilidades de desarrollar sus habilidades e intereses en la ciencia" (1050).6 Aunque Gneezy había visto indicios de una explicación de este tipo en la psicología evolutiva, descubrió que apenas había pruebas experimentales. En consecuencia, decidió llevar a cabo una serie de experimentos para comprobar si su argumento era sólido. En cada experimento, se pidió a grupos de tres hombres y tres mujeres que realizaran una tarea en la que debían resolver laberintos informatizados. En el experimento de control, la recompensa que recibían los participantes se basaba únicamente en su propio rendimiento: recibían dinero por cada laberinto que resolvían. En este experimento, Gneezy y sus colegas comprobaron que el género no influía en el rendimiento. Sin embargo, para crear un entorno más competitivo, en el siguiente experimento sólo se prometió una recompensa al participante que resolviera más laberintos. En esta condición, el rendimiento medio de los hombres aumentó, mientras que el de las mujeres se mantuvo igual.6 Puede que no sea que las mujeres rindan peor en entornos competitivos, sino que los hombres rinden mejor cuando compiten contra personas del sexo opuesto. Gneezy también quería ver si el tipo de entorno competitivo importaba: ¿las mujeres rendirían mejor si estuvieran en un entorno competitivo sólo con otras mujeres? Para probar esta teoría, que a menudo se utiliza como argumento a favor de la escolarización de un solo sexo, Gneezy repitió el experimento con grupos de un solo sexo. En lugar de actuar dentro de un grupo mixto, las mujeres competían ahora contra otras cinco mujeres para resolver los laberintos informatizados. En estas condiciones, Gneezy descubrió que el rendimiento medio de las mujeres era mucho mejor que cuando estaban en grupos mixtos.6 Gneezy creía que podía haber varias razones para el comportamiento que observó en las mujeres. Por un lado, sugirió que si las mujeres creen que los hombres son más hábiles en la tarea, sea cierto o no, pueden esperar perder y, por tanto, no esforzarse tanto. Otra explicación que ofreció Gneezy fue la "amenaza del estereotipo". La amenaza del estereotipo sugiere que si las mujeres creen que existe un consenso general o estereotipo de que las mujeres son peores en los laberintos computarizados, esta presión adicional de tratar de refutar el estereotipo en realidad hace que se ahoguen bajo presión.6 Un documento posterior del que Gneezy fue coautor, "Gender and Competition at Young Age", sugirió que los mismos efectos existen en entornos competitivos con niñas y niños pequeños.7 Al examinar a un grupo de niños de primaria que corrían distancias cortas, Gneezy descubrió que, mientras que la velocidad media de las chicas y los chicos presentaba diferencias insignificantes cuando los estudiantes corrían solos, cuando una chica corría junto a un chico, el tiempo del chico mejoraba mientras que el de la chica permanecía igual.7 Estos experimentos demostraron de nuevo que, mientras que el rendimiento de los chicos cambia cuando interviene un elemento de competición, el de las chicas no.

Biografía histórica

Uri Gneezy nació el 6 de junio de 1967 en Tel Aviv (Israel). Pasó su infancia en Israel, aprendiendo la teoría de juegos en la calle.4 La teoría de juegos examina las interacciones estratégicas entre los responsables de la toma de decisiones, pero en lugar de examinarlo simplemente a través de modelos matemáticos, Gneezy observaba lo cotidiano. Examinar el modo en que la gente a su alrededor tomaba decisiones le ayudó a despertar su interés por la racionalidad y la economía, lo que le llevó a licenciarse en Economía en la Universidad de Tel Aviv.2 Se licenció en Filosofía y Letras antes de trasladarse a los Países Bajos para continuar su formación. En los Países Bajos, Gneezy obtuvo su máster y su doctorado en la Universidad de Tilburg, en el Centro de Investigación Económica.2 Aunque comenzó su doctorado con la intención de centrarse en la teoría de juegos, Gneezy no tardó en darse cuenta de que no le convencía: era demasiado matemática.8 A medida que avanzaba en su educación, Gneezy se interesó no sólo por la teoría de la economía, sino también por cómo podía aplicarse a situaciones de la vida real, lo que le llevó a interesarse por la economía experimental.8 Tras completar su propia educación, Gneezy ocupó puestos académicos en diversas instituciones. Fue profesor en la Universidad de Chicago, el Instituto de Tecnología de Israel y la Universidad de Haifa, así como profesor visitante en el Centro de Investigación en Economía Experimental y Toma de Decisiones Políticas de la Universidad de Ámsterdam.2 En la actualidad, Gneezy sigue en la Universidad de Ámsterdam, pero su puesto a tiempo completo es el de profesor de Economía y Estrategia en la Rady School of Management de la Universidad de California en San Diego.2 También está reconocido como Epstein/Atkinson Endowed Chair in Management Leadership. Estas dotaciones se conceden a profesores distinguidos que facilitan experiencias excepcionales a los estudiantes.9 Gneezy también escribe regularmente para el sitio web Freakonomics, un proyecto multiplataforma que trata de aportar ideas sobre la economía cotidiana. En 2014, Gneezy fundó Gneezy Consulting, una consultoría empresarial especializada en economía del comportamiento,2 junto con su esposa Ayelet Gneezy. Su misión es ayudar estratégicamente a las empresas a alcanzar sus objetivos con recomendaciones basadas en pruebas concretas y relaciones causales halladas en la ciencia del comportamiento, de forma muy similar a The Decision Lab.10

Ideas de Uri Gneezy

Uri Gneezy realizó numerosas investigaciones sobre los incentivos y las diferencias de género. Aunque estos dos campos son distintos, Gneezy creía que los resultados de cada uno de ellos podían ayudar a motivar el comportamiento. Basándose en décadas de investigación y experimentos, sugirió que "dada la cultura adecuada, las mujeres son tan competitivas como los hombres, e incluso más en muchas situaciones". La competitividad, por tanto, no sólo viene determinada por fuerzas evolutivas que dictan que los hombres están naturalmente más inclinados a ello que las mujeres. La mujer media competirá más que el hombre medio si existen los incentivos culturales adecuados "11. En lugar de limitarse a estudiar los incentivos desde una perspectiva económica, Gneezy afirmó que "cuando se decide si se motiva a alguien, hay que pensar primero si el incentivo puede desplazar la voluntad de rendir bien sin incentivo "11. Quizá haya algunos incentivos que desplazan la voluntad de las mujeres, por lo que Gneezy instó a que también se establecieran los incentivos culturales adecuados en función del género. Para Gneezy, tratar a todos los seres humanos como si se comportaran igual, algo habitual en la economía tradicional, conducía a modelos erróneos. Para Gneezy, la economía tradicional se preocupa demasiado por las matemáticas y los modelos, a expensas de examinar el comportamiento en la vida real. Para él, ser un "economista del comportamiento significa ser alguien que realmente intenta comprender cómo se comporta la gente "8. Uri Gneezy también creía que sus ideas económicas podían ayudar a informar las políticas públicas. Sugirió que la "lección importante [para la política pública] es intentar cambiar la forma de pensar de la gente... en cualquier proceso que se ponga en marcha, hay que intentar pensar en el comportamiento de la gente, en su psicología... aunque sobre el papel vaya a ayudar a la gente, puede que en la realidad no lo haga".8 Gneezy cree que la economía conductual va a dejar de identificar cómo cambiar el comportamiento a corto plazo y va a empezar a encontrar formas de cambiar el comportamiento a largo plazo. Utilizó el ejemplo de que "sabemos que si en el bufé ponemos los tomates delante y el beicon detrás, es probable que la gente [elija la opción más sana]. Pero hacer que la gente coma realmente más sano [a largo plazo] es un reto mucho mayor que un cambio local". 8

¿Dónde puedo obtener más información?

El libro más conocido de Uri Gneezy se titula The Why Axis: Hidden Motives and the Undiscovered Economics of Everyday Life, del que es coautor junto con el también economista John List. En este libro, los dos autores llevan a los lectores a través de las aventuras en las que se embarcaron para demostrar cómo se comporta realmente la gente. Fueron de las estribaciones del Kilimanjaro a California, de la India a Chicago, todo ello para comprender qué incentivos funcionan realmente para los distintos grupos de personas.4 Aunque ese es su único libro publicado, Gneezy ha escrito docenas de artículos interesantes. Varios de ellos están disponibles en el sitio web de la Rady School of Management. También puede consultar los artículos que ha escrito para Freakonomics aquí. Si prefiere un buen podcast, le recomendamos este episodio de Smart People Podcast. En él, Gneezy nos explica cómo la economía del comportamiento nos ayuda a entender la motivación, así como la ciencia que hay detrás del modelo de pago por uso. También puede consultar algunos de los aspectos más destacados de su discurso en la 29ª conferencia de la Graduate School of Economics, "Incentives and Behavior Change", aquí.

Referencias

  1. Escuela Rady de Gestión. (sin fecha). Uri Gneezy. Obtenido el 20 de diciembre de 2020, del sitio Web: https://rady.ucsd.edu/people/faculty/gneezy/.
  2. Peoplepill. (s.f.). Uri Hezkia Gneezy. peoplepill.com. Extraído el 20 de diciembre de 2020, de https://peoplepill.com/people/uri-gneezy/
  3. Perfil de Uri Gneezy. (2018, 16 de agosto). SPEAKING.com Keynote Speakers Bureau. https://speaking.com/speakers/uri-gneezy/
  4. Amazon. (s.f.). El eje del porqué: Motivos ocultos y la economía por descubrir de la vida cotidiana. Obtenido el 20 de diciembre de 2020, del sitio Web: https://www.amazon.com/Why-Axis-Undiscovered-Economics-Everyday/dp/1610393112.
  5. Gneezy, U., Meier, S., y Rey-Biel, P. (2011). Cuándo y por qué los incentivos (no) funcionan para modificar el comportamiento. Journal of Economic Perspectives, 25(4), 191-210. https://doi.org/10.1257/jep.25.4.191
  6. Gneezy, U., Niederle, M., & Rustichini, A. (2003). Rendimiento en entornos competitivos: Gender differences. The Quarterly Journal of Economics, 118(3), 1049-1074. https://doi.org/10.1162/00335530360698496
  7. Gneezy, U., y Rustichini, A. (2004). Género y competencia a una edad temprana. American Economic Review, 94(2), 377-381. https://doi.org/10.1257/0002828041301821
  8. Gneezy, U. (2018, 18 de enero). ENTREVISTA CON EL PROFESOR URI GNEEZY. Entrevista realizada por E. Ung. Behavioural Economics. https://behaviouraleconomics.pmc.gov.au/podcasts/interview-professor-uri-gneezy
  9. Escuela Rady de Gestión. (s.f.). Endowed faculty chairs. Obtenido el 20 de diciembre de 2020, del sitio Web: https://rady.ucsd.edu/invest/endowed-chairs/.
  10. Gneezy Consulting. (s.f.). Obtenido el 20 de diciembre de 2020, del sitio Web: https://www.gneezy.com/.
  11. Goodreads. (s.f.). Uri Gneezy Quotes. Extraído el 20 de diciembre de 2020, de https://www.goodreads.com/author/quotes/6908006.Uri_Gneezy
  12. Podcast de la gente inteligente. (2014, 3 de noviembre). EPISODIO 164 - URI GNEEZY. https://www.smartpeoplepodcast.com/2014/11/03/episode-164-uri-gneezy/

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