Teoría de la autodeterminación
La idea básica
Los objetivos son el motor de nuestras vidas. Todos queremos tener éxito y solemos saber exactamente lo que tenemos que hacer para conseguirlo. Pero, aunque nos levantamos cada día con cosas que queremos conseguir, a menudo no intentamos alcanzarlas. ¿Por qué ocurre esto?
A veces, simplemente no estamos motivados. En un mundo impulsado por los objetivos, este tipo de fracasos puede resultar confuso. ¿Por qué tu amigo pudo aprender a tocar la guitarra en cuestión de semanas, pero tu guitarra se quedó cogiendo polvo? ¿Por qué ellos encontraron la motivación para practicar y tú no? No es sólo un problema individual. En todo el mundo, profesores, entrenadores, directivos, padres y mentores intentan motivar a los demás en vano.
Para motivarnos, a menudo recurrimos a recompensas externas. El dinero, las notas o el juicio de los demás pueden estimular el cambio de comportamiento, pero no suelen ser duraderos ni psicológicamente beneficiosos. Por otro lado, las personas parecen hacer las cosas con la misma frecuencia sin motivadores externos, impulsadas por el interés personal, la curiosidad o los valores internos. Esta motivación facilita nuestros objetivos, ya que no necesitamos levantarnos del sofá para trabajar en cosas que nos interesan. ¿Es posible aprovechar esa motivación inherente al ser humano para impulsarnos hacia la consecución de nuestros objetivos?
La teoría de la autodeterminación (TAD) es una teoría general de la motivación que explica por qué nos sentimos intrínsecamente motivados para hacer cosas. La TAD considera a los seres humanos como agentes activos que crecen y se esfuerzan constantemente dentro de sus confines sociales. Según la teoría, nuestro entorno social y cultural puede fomentar diferentes ambientes motivacionales, que pueden promover o frustrar nuestra motivación intrínseca. Sin embargo, independientemente del entorno, la teoría sostiene que nos motivan fundamentalmente tres cosas:
- Autonomía: La necesidad de sentir que uno está de acuerdo y siente que controla su propio comportamiento.
- Relación: La necesidad de sentirse conectado de forma significativa con los demás.
- Competencia: Necesidad de sentir que uno hace las cosas bien o que es capaz de mejorar su capacidad.
En esencia, una persona se sentirá intrínsecamente motivada para alcanzar un objetivo si éste favorece su autonomía, muestra una mejora tangible con el paso del tiempo o refuerza sus relaciones interpersonales1. En conjunto, la consecución de estos tres motivos nos impulsa hacia el crecimiento personal y la consecución de objetivos, pero de forma duradera y potenciando el bienestar. Además, si nuestro entorno frustra estas tres necesidades fundamentales, se producirán problemas psicológicos. En esencia, la teoría propone que podemos completar nuestros objetivos más fácilmente construyendo nuestros propios entornos y estructuras de objetivos para satisfacer nuestras tres necesidades básicas.