El modelo ABC

La idea básica

Aunque todos nos enfrentamos a situaciones adversas, también reaccionamos ante ellas de forma diferente. Mientras que una persona puede estar esperando pacientemente y escuchando música mientras se enfrenta a un atasco, otra tocará el claxon con rabia y sentirá que se le acumula la ansiedad. ¿Por qué ocurre esto?

Durante las experiencias negativas, lo primero que hacemos de forma natural es explicarnos subconscientemente por qué se ha producido la situación. Nuestras creencias sobre las causas de la adversidad determinan nuestra reacción.1 El modelo ABC es una mnemotecnia que representa las tres etapas que determinan nuestro comportamiento:

  • Acontecimientos activadores: se produce una situación negativa
  • Creencias: la explicación que nos creamos de por qué ha sucedido la situación
  • Consecuencias: nuestros sentimientos y comportamientos en respuesta a la adversidad, causados por nuestras creencias.

El modelo ABC es una técnica utilizada en la terapia cognitivo-conductual (TCC), una forma de psicoterapia que ayuda a las personas a reestructurar sus pensamientos y sentimientos negativos de forma positiva. La TCC enseña a las personas a ser más conscientes de cómo sus pensamientos y sentimientos afectan a su comportamiento, y el modelo ABC se utiliza en esta reestructuración para ayudar a los pacientes a desarrollar respuestas más saludables.

Los mejores años de tu vida son aquellos en los que decides que tus problemas son tuyos. No culpas de ellos a tu madre, a la ecología o al presidente. Te das cuenta de que controlas tu propio destino.


- Albert Ellis, psicólogo y creador del modelo ABC, habla sobre su capacidad para fomentar la resiliencia

Historia

El psicólogo Albert Ellis desarrolló la terapia racional emotiva conductual (REBT) a mediados de la década de 1950. Esta forma de terapia se diseñó como una psicoterapia activa-directiva con el objetivo de resolver problemas emocionales y conductuales y ayudar a las personas a construir vidas más plenas.2

Alrededor de la misma época, Aaron Beck utilizaba la asociación libre en sus prácticas psicoanalíticas, una idea propuesta por Sigmund Freud para ayudar a los pacientes a expresar sus pensamientos inconscientes.3 La asociación libre se refiere a la comunicación sin censura -ya sea escrita o verbal- de cualquier cosa y de todo lo que venga a la mente. La asociación libre no tiene una estructura lineal: los profesionales exploran las ideas a medida que aparecen. Sin embargo, Beck se dio cuenta de que los pensamientos no eran tan "inconscientes" como Freud creía en un principio, y que ciertos tipos de pensamiento podían ser antecedentes de malestar emocional. Beck desarrolló la terapia cognitiva en los años sesenta, proponiendo que pensamientos, sentimientos y conductas estaban todos conectados.

cognitive triangle

La REBT de Ellis y la terapia cognitiva de Beck están entrelazadas y se consideran las raíces de la TCC moderna. Ambas se centraron en las creencias como curso fundamental del tratamiento.3 Dado que la terapia cognitiva se combinó con la terapia conductual para convertirse en la TCC tal y como la conocemos hoy en día, la REBT se considera la forma original. El modelo ABC entra en juego como método común utilizado en la TCC moderna.

Al crear el modelo ABC, Ellis se vio influido por varios filósofos antiguos y por la teoría estímulo-organismo-respuesta (teoría S-O-R). La teoría S-O-R sostiene que el entorno es un estímulo compuesto por signos que hacen que alguien mantenga una evaluación interna de creencias, produciendo posteriormente una respuesta.1 Ellis creía que las personas mantenían suposiciones irracionales comunes que, si se abordaban, podían aliviar sus respuestas angustiosas ante acontecimientos negativos. Algunas de ellas son

  • La idea de que la gente debe ser completamente competente en todo
  • La idea de que es un desastre cuando las cosas no son exactamente como queremos que sean
  • La idea de que no tenemos control sobre nuestra felicidad
  • La idea de que necesitamos a alguien más fuerte que nosotros de quien depender
  • La idea de que nuestro pasado influye mucho en nuestra vida actual
  • La idea de que todos los problemas tienen una solución perfecta y encontrable

Ellis formuló por primera vez el modelo ABC en 1955, sosteniendo que los sucesos activadores (A) contribuyen a las reacciones emocionales y conductuales de las personas (C), ya que están influidas por las creencias de las personas sobre dichos sucesos activadores (B).1 En última instancia, Ellis desarrolló el modelo ABC para abordar las creencias irracionales de las personas y crear resiliencia ante la adversidad. En 1991, Ellis amplió su modelo de sucesos activadores, creencias y consecuencias al modelo ABCDE. Dado que el objetivo del modelo ABC era ayudar a las personas a reestructurar sus pensamientos para rebatir las creencias irracionales, añadió una (D), que significa disputa de creencias. Esta disputa de creencias daría lugar a creencias más sanas, conocidas como efectos (E) en el modelo.

Personas

Albert Ellis

El trabajo de Ellis estuvo marcado en gran medida por su infancia: un trastorno renal desvió su atención de los deportes a los libros, y el divorcio de sus padres a los 12 años motivó su trabajo para comprender a los demás.4 Ellis obtuvo su máster y su doctorado en psicología clínica en la Universidad de Columbia y fundó el Instituto Albert Ellis en Nueva York. Ellis, psicoanalista en ejercicio, asumió un papel activo en las situaciones de sus clientes, interviniendo con consejos e interpretaciones directas sobre sus problemas familiares o sexuales. Esta técnica activa se convirtió en la terapia racional emotiva conductual (REBT) y, más tarde, en el modelo ABC. Una encuesta profesional realizada en 1982 entre psicólogos estadounidenses y canadienses situó a Ellis como el segundo psicoterapeuta más influyente de la historia.5

Consecuencias

Utilizando el modelo ABC, la TCC ha progresado increíblemente desde la década de 1970 y ahora es una de las formas más populares de tratamiento psicológico.1 Aunque en la práctica contemporánea se sigue llamando comúnmente modelo ABC, los aspectos de disputa y efecto según la ampliación de Ellis de 1991 siguen presentes.6 Incluso sin llamarlo modelo ABCDE, el resultado de los pasos del ABC es disputar las creencias irracionales, lo que produce un efecto positivo.

A la hora de aplicar el modelo ABC, un elemento clave es ayudar a los clientes a ver la conexión entre un acontecimiento activador y cómo las evaluaciones o creencias irracionales pueden causar consecuencias perjudiciales, que a menudo conducen a un aumento del malestar.6 Los profesionales trabajan para ayudar a los clientes a comprender que no se trata tanto de cambiar su entorno, sobre el que puede que no tengan mucho control, como de cambiar sus reacciones, sobre las que sí tienen control.

En primer lugar, los profesionales pedirán a los clientes que describan la situación adversa y cómo reaccionaron ante el suceso, para identificar el comportamiento objetivo que se debe abordar.7 A continuación, pedirán al cliente que identifique la creencia que subyace a su respuesta: ¿fue el suceso causado por algo que estaba bajo su control o por un factor situacional? Se pedirá al cliente que cuestione si esta creencia es cierta, antes de explorar explicaciones alternativas para la situación y soluciones más saludables. Por ejemplo, aunque alguien crea que le han ignorado en la calle porque la persona con la que se ha cruzado no le cae bien, el terapeuta puede ayudarle a ver explicaciones alternativas, como que la otra persona tenía puestos los auriculares y no oyó que le llamaban por su nombre.

Es importante destacar que el cliente trabajará para identificar y desacreditar atribuciones automáticas irracionales comunes en un esfuerzo por replantear de forma independiente las situaciones adversas que se produzcan en el futuro.

Controversias

Las críticas al modelo de Ellis pueden dividirse en dos grupos.8 En primer lugar, hay quienes están de acuerdo con la idea general, pero consideran que los constructos del modelo no se han operacionalizado lo suficiente. En segundo lugar, están los que están totalmente en desacuerdo con el modelo.

Los que tienen profundas raíces en la psicología conductual -en relación con los psicólogos cognitivos- han defendido la necesidad de definiciones claras y conceptualmente discretas de los constructos del modelo ABC, para permitir medidas fiables y válidas de los sucesos activadores, las creencias y las consecuencias.8 Esta crítica se ha extendido sobre todo al constructo de las creencias, ya que existe un consenso mínimo sobre lo que cuenta como creencia y cómo debería evaluarse.

Por otro lado, algunos creen que los pensamientos, los sentimientos y las conductas no pueden separarse, por lo que las distinciones del modelo ABC resultan irrelevantes.8 En cuanto a la relación entre los sucesos activadores y las creencias, los críticos creen que la realidad es constructiva, de modo que se basa en las percepciones y los procesos cognitivos del individuo. En este sentido, existe un gran solapamiento entre los sucesos activadores y las creencias. En cuanto a la relación entre creencias y consecuencias, los críticos sostienen que están entrelazadas como un solo constructo. Si los sucesos activadores, las creencias y las consecuencias no son constructos separados, el modelo no tiene fundamento.

Estudio de caso

Salud mental de los adolescentes

En 2017, los investigadores Sælid y Nordahl consideraron que había una falta de investigación sobre las formas de empoderar a los adolescentes en el entorno escolar, y ayudarles a afrontar los retos de la sociedad y el lugar de trabajo.9 También vieron una laguna en cuanto a cómo la investigación innovadora, como la implementación del modelo ABC, podría contribuir a desarrollar una educación de alta calidad en las escuelas secundarias. Los investigadores examinaron los efectos de educar a los estudiantes con niveles subclínicos de ansiedad y depresión sobre el modelo ABC. Predijeron que esta educación reduciría los pensamientos disfuncionales de los estudiantes y los síntomas de depresión y ansiedad, y aumentaría su esperanza y autoestima.

Trescientos siete estudiantes de secundaria noruegos se dividieron en tres grupos:

  1. Un grupo de control sin asesoramiento;
  2. Un grupo placebo de atención, donde los estudiantes podían desahogarse y discutir sus problemas, pero donde no recibían ningún consejo; y
  3. El grupo ABC, en el que los alumnos aprendieron sobre el modelo y las respuestas alternativas al pensamiento y el comportamiento, a lo largo de tres sesiones de 45 minutos.9

De hecho, el aprendizaje del modelo ABC fue eficaz para potenciar la salud mental de los adolescentes: redujo los síntomas de depresión y ansiedad, disminuyó el pensamiento disfuncional (en términos de creencias irracionales) y aumentó la esperanza y la autoestima. Estos efectos fueron mucho más pronunciados que los del grupo placebo de atención, en el que los estudiantes podían hablar de sus problemas pero no recibían apoyo de intervención.

Además, el 90% de los participantes afirmaron no tener conocimiento previo de los vínculos entre pensamientos, sentimientos y comportamientos. Este hallazgo sugiere que el mero conocimiento de las relaciones que sustentan el modelo ABC puede ser una herramienta poderosa: si las personas no son conscientes de la relación, no se puede esperar que trabajen a través de ella.

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Sesgo de negatividad

El sesgo de negatividad significa que los acontecimientos negativos nos afectan más que los positivos, incluso a igual magnitud. Si sentimos las emociones negativas con mayor intensidad, el uso de modelos como el ABC en el marco de la TCC es aún más importante. Si podemos replantear nuestras respuestas negativas, ¡podríamos frenar el sesgo de negatividad!

Fuentes

  1. Ellis, A. (1991). El ABC revisado de la terapia racional-emotiva (RET). Journal of Rational-Emotive & Cognitive-Behavior Therapy, 9(3), 139-172.
  2. Ellis, A. (1995). Changing rational-emotive therapy (RET) to rational emotive behavior therapy (REBT). Journal of Rational-Emotive & Cognitive-Behavior Therapy, 13(2), 85-89.
  3. Oatley, K. (2004). Emotions: A brief history. Blackwell Publishing.
  4. Instituto Albert Ellis. (s.f.). Acerca de Albert Ellis, Ph.D. https://albertellis.org/about-albert-ellis-phd/
  5. Smith, D. (1982). Tendencias en asesoramiento y psicoterapia. American Psychologist, 37(7), 802-809.
  6. Selva, J. (2021, 17 de febrero). El modelo ABC de Albert Ellis en el punto de mira de la terapia cognitivo-conductual. Psicología Positiva. https://positivepsychology.com/albert-ellis-abc-model-rebt-cbt/
  7. McLeod, S. (2019, 11 de enero). Terapia cognitivo conductual. Simply Psychology. https://www.simplypsychology.org/cognitive-therapy.html
  8. Muran, J. C. (1991). Una reformulación del modelo ABC en psicoterapias cognitivas: Implicaciones para la evaluación y el tratamiento. Clinical Psychology Review, 11(4), 390-418.
  9. Sælid, G. A., & Nordahl, H. M. (2017). Terapia racional emotiva conductual en institutos para educar en salud mental y potenciar la salud juvenil. Un estudio controlado aleatorizado de una intervención breve. Terapia cognitivo-conductual, 46(3), 196-210.

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