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Mucho ruido y pocas nueces: trabajo a distancia y agotamiento

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Jan 08, 2021

Basándose en datos de encuestas laborales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que el 7,9% de la población activa mundial trabajaba permanentemente desde casa antes de la pandemia del COVID-19, lo que supone unos 260 millones de personas.1 Pero esta cifra puede aumentar hasta algo entre el 25-30% a finales de 2021, según Kate Lister, Presidenta de Global Workplace Analytics.2

El enorme desplazamiento de las oficinas a los hogares, especialmente entre quienes nunca antes habían teletrabajado, ha provocado innumerables cambios tanto en la forma en que trabajamos como en la manera en que percibimos el trabajo. Y mientras las horas de trabajo siguen cayendo en picado -un 18,3% en las Américas, un 13,9% en Europa y Asia Central, un 13,5% en Asia y el Pacífico y un 12,1% en África3 - y se calcula que se ha perdido el equivalente a 400 millones de empleos a tiempo completo en todo el mundo, muchos empleados se sienten cada vez más aprensivos sobre su propia permanencia.

La paradoja del trabajo a distancia

Esta incertidumbre, y la ansiedad que produce, hace que muchos de nosotros pensemos en el trabajo en momentos en los que deberíamos estar dedicando toda nuestra atención a otra cosa (o a alguien). Lo que a primera vista parecía una oportunidad única de trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento, se ha convertido en una situación estresante. Como afirma Barry Schwartz "Una vez que las personas se encuentran en la situación de poder trabajar en cualquier momento desde cualquier lugar, se enfrentan a decisiones cada minuto de cada día sobre si estar trabajando o no".4

"Pensar en el trabajo a menudo significa estresarse por el trabajo", declara Rebecca Zucker, coach ejecutiva.5 Como nos pasamos el día dividiendo nuestra atención entre lo que estamos haciendo en el momento, como jugar con nuestros hijos -ellos también encerrados en casa y fuera del colegio- y preocupándonos por las tareas pendientes en nuestro contexto profesional, acabamos siendo incapaces de cumplir plenamente ninguno de estos dos objetivos.

Los efectos varían desde repercusiones negativas en las funciones cognitivas (como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la planificación y la organización) hasta una rutina improductiva: por ejemplo, renunciamos a valiosas horas participando en el desarrollo de nuestros hijos porque estamos ocupados con pensamientos relacionados con el trabajo, o bien nos frustramos por no poder reanudar el trabajo de inmediato y abordar los temas en los que estamos pensando.

La sociedad del agotamiento: Nuestra aversión a la ociosidad

En su ensayo "La sociedad del agotamiento", el filósofo alemán Byung-Chul Han advierte sobre un estado de "hiperatención "6 en el que buscamos la productividad todo el tiempo y la propia actividad simboliza el mayor logro del siglo XXI. Por eso, seguimos atrapados en el mito de la multitarea, cambiando la atención de una actividad a otra, pero sin dedicarnos por completo a ninguna de ellas en particular. A esto lo llama "libertad imaginaria".

En un estudio publicado en la revista Nature, Laura Giurge y sus colegas corroboran esta opinión: "Hoy en día, la pobreza de tiempo y el 'ajetreo' se consideran a menudo señales de productividad, éxito y alto estatus. Sin embargo, investigaciones científicas recientes aportan pruebas convincentes de que la falta de tiempo puede afectar negativamente al bienestar subjetivo (por ejemplo, la satisfacción vital, el afecto positivo), la salud mental, el rendimiento laboral, la creatividad y la calidad de las relaciones".7

Estar conectado ofrece infinitas posibilidades, lo que puede llevarnos a sentir que "nos estamos perdiendo algo" al dejar pasar oportunidades profesionales. Sin embargo, esto puede llevar a las personas a depositar sobre sus hombros un excesivo sentido de la responsabilidad por su éxito profesional. En consecuencia, siguen buscando más estímulos, más información y más trabajos por hacer. Esto va en detrimento de otras actividades importantes y necesarias, como estar con la familia, la autorreflexión e incluso el sueño: Un estudio de Korn Ferry reveló que el 66% de los trabajadores estadounidenses sufren privación del sueño debido al estrés. Aún no se ha calculado el impacto de la pandemia en estas cifras, pero vivimos en una situación potencialmente más compleja con la aparición de las "economías 24/7", como describe Giurge los cambios macroeconómicos actuales: proliferan los empleos orientados a las tareas junto con el arquetipo de la "figura del trabajador ideal", es decir, alguien que "sólo puede dar muestras de lealtad, devoción y productividad a través de largas jornadas laborales".8

Pobreza de tiempo y agotamiento

Definida como la sensación crónica de tener demasiadas cosas que hacer y no disponer de tiempo suficiente para hacerlas, la pobreza de tiempo está aumentando en nuestra sociedad.7 Los datos de la encuesta Gallup U.S. Daily Poll -una muestra representativa a nivel nacional de residentes en Estados Unidos- muestran que, en 2011, el 70 % de los estadounidenses con empleo declararon que "nunca tenían tiempo suficiente." En 2018, esta proporción aumentó al 80%. 10

En una reciente charla TED, Ashley Whillans, profesora asociada de la Harvard Business School, compartió la historia de algunas ocasiones de ocio en su vida en las que, en lugar de disfrutar del momento, estaba ocupada trabajando: un viaje de vacaciones a Europa, una escapada veraniega a la playa en Cancún, e incluso dentro de un vestuario... ¡durante una sesión de spa!11

Al profundizar en el tema, insiste en que debemos dar prioridad al tiempo sobre el dinero. Al fin y al cabo, el tiempo es nuestro recurso más valioso. Aunque ya hemos oído esto muchas veces, seguimos sin cambiar nuestros hábitos: estamos tan acostumbrados a estar ocupados que un momento ocioso puede parecer torpe, incluso incómodo. Estamos tan acostumbrados a la estimulación constante que, en nuestros ratos de inactividad, muchos de nosotros echamos mano de nuestros teléfonos inteligentes, arrastrados a compromisos triviales en las redes sociales cuando sería mejor que nos tomáramos un descanso. ¿Por qué?

Básicamente, a nuestro cerebro le cuesta establecer relaciones temporales: siempre pensamos que tendremos más tiempo en el futuro y, por tanto, no vemos que nuestros microespacios de atención son a la vez insuficientes para aumentar la productividad y perjudiciales para nuestra satisfacción. Además, normalmente damos por sentado que disponemos de tiempo libre, lo que da lugar a lo que Whillans denomina "confeti de tiempo", es decir, un mal uso del tiempo para acciones triviales. Y a medida que el futuro se convierte en presente, lleno de un número abrumador de tareas a las que hemos accedido previamente, desearíamos poder volver atrás en el momento en que dijimos "sí" a otro proyecto más.

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Organizar nuestros armarios mentales con diseño conductual

Hay varias medidas conductuales que podemos tomar para mejorar nuestras rutinas de trabajo a distancia. Éstas son sólo algunas:

  • Listas de tareas: Son un buen punto de partida para recuperar nuestro tiempo libre, pero no sirven de nada si no se establecen prioridades. Deben organizarse en función de la relevancia del proyecto, la fecha límite y el impacto que tendrá su finalización. De lo contrario, trabajar duro sólo hará que nos sintamos estresados y frustrados, por muchas horas que pasemos frente al portátil.
  • Distribución del tiempo: Puede ser tentador, pero debemos evitar asignar tareas para llenar todas las 8 horas laborables de nuestro día. Esto se debe a que el trabajo imprevisto no sólo puede aparecer, sino que aparecerá. Y si no tenemos margen para ocuparnos de las tareas imprevistas que surjan -las urgentes, al menos-, lo más probable es que nos estresen e irriten.
  • Anota tus citas e ideas: asegúrate de quitarte de la cabeza las tareas pendientes. Como ha escrito Michael Scullin, científico psicólogo e investigador del sueño en la Universidad de Baylor, "las tareas inacabadas que circulan por tu mente permanecen en un nivel elevado de activación cognitiva" y requieren una revisión constante: el "bucle recordar-no-olvidar". Y continúa: "12 Esto también es válido para las citas y las ideas: por lo general, no estamos disponibles para ejecutarlas de inmediato. Al transferirlas de nuestra cabeza a un cuaderno (o a tu aplicación favorita, como Evernote o Google Keep), liberamos espacio cognitivo para ocuparnos de otras cosas.
  • Apaga todas las notificaciones que no sean esenciales en todos los dispositivos electrónicos que tengas. Las notificaciones provocan distracciones, un desencadenante de la curiosidad natural de nuestro cerebro. Como las empresas han mejorado drásticamente sus estrategias de marketing digital, utilizan diversas técnicas para tenernos constantemente pendientes de las actualizaciones, incluso de las innecesarias. A menos que se trate de una emergencia, no necesita saber si un correo electrónico llegará a su bandeja de entrada de forma inminente o dentro de tres horas. Además, los investigadores en neurociencia han señalado que tardamos hasta 25 minutos en volver a centrarnos en nuestro trabajo una vez interrumpidos, dependiendo de la complejidad de la tarea.13 Multiplique esos minutos por todas las interrupciones a las que se enfrenta en un día, y ahí lo tiene: un KPI para el tiempo perdido.
  • Céntrate en la experiencia. Whillans aconseja saborear las experiencias (en el espíritu de la famosa frase del poeta romano Horacio carpe diem, "aprovecha el día") en lugar de perder el tiempo eligiendo -en este caso, si responder a otro correo electrónico, reanudar un documento comercial o terminar cualquier otra tarea pendiente-. En su libro, Time Smart, nos invita a calcular varias compensaciones para darnos cuenta de que muchas de las elecciones que hacemos no son óptimas y, en realidad, nos impiden aprovechar nuestro tiempo al máximo.14

A pesar de los retos que nos plantea trabajar desde casa, es posible recuperar el control de nuestra rutina. Una vez que entendamos cómo estamos distribuyendo el tiempo y qué es lo que más nos importa, podremos reorientar los hábitos y construir una vida más feliz y plena.

References

  1. Organización Internacional del Trabajo. (2020). Trabajar desde casa: estimación del potencial mundial. Informe extraído de: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/-ed_protect/-protrav/-travail/documents/briefingnote/wcms_743447.pdf
  2. Análisis global del lugar de trabajo. (2020). El trabajo en casa después de Covid-19: nuestras previsiones. Obtenido de: https://globalworkplaceanalytics.com/work-at-home-after-covid-19-our-forecast
  3. Naciones Unidas. (2020). Se prevén tiempos difíciles para la recuperación del empleo mundial en 2020, advierte el jefe de la agencia laboral de la ONU. Obtenido de: https://news.un.org/en/story/2020/06/1067432
  4. Schwartz, B. (2016). La paradoja de la elección: por qué más es menos, Edición revisada. Nueva York: Ecco.
  5. Zucker, R. (2019). Cómo dejar de pensar en el trabajo a las 3 am. Artículo publicado en Harvard Business Review, 19 de diciembre. Recuperado de: https://hbr.org/2019/12/how-to-stop-thinking-about-work-at-3am
  6. Han, B. (2015). La sociedad del burnout. California: Stanford Briefs.
  7. Giurge, L., Whillans, A. V., & West, C. (2020). Why time poverty matters for individuals, organisations and nations. Nature Human Behaviour. 4. 10.1038/s41562-020-0920-z.
  8. Instituto Korn Ferry. (2018). El estrés laboral sigue aumentando. Encuesta extraída de: https://www.kornferry.com/insights/articles/workplace-stress-motivation
  9. Hsee, C. K., Yang, A. X., & Wang, L. (2010). Idleness aversion and the need for justifiable busyness. Psychological science, 21(7), 926-930. https://doi.org/10.1177/0956797610374738
  10. Whillans, A.V. (2019). Tiempo para la felicidad: Por qué la búsqueda del dinero no te está trayendo alegría - y qué lo hará. Harvard Business Review.
  11. Whillans, A. V. (2019, junio). Una estrategia sencilla para la felicidad [Vídeo]. TEDx Talks. https://www.youtube.com/watch?v=C36WaLcHpEY
  12. Scullin, M. K., Krueger, M. L., Ballard, H. K., Pruett, N., & Bliwise, D. L. (2018). Los efectos de la escritura a la hora de dormir en la dificultad para conciliar el sueño: Un estudio polisomnográfico que compara listas de tareas pendientes y listas de actividades completadas. Revista de psicología experimental: General, 147(1), 139-146. https://doi.org/10.1037/xge0000374
  13. Mark, G., Gonzalez, V. M., & Harris, J. (2005). No task left behind? examining the nature of fragmented work. En Proceedings of the SIGCHI Conference on Human Factors in Computing Systems (CHI '05). Association for Computing Machinery, Nueva York, NY, EE.UU., 321-330. DOI: https://doi.org/10.1145/1054972.1055017
  14. Whillans, A. V. (2020). Time smart: how to reclaim your time and live a happier life. Harvard Business Press.

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