Poder de recompensa
La idea básica
¿Recuerdas cuando tus padres te decían que si hacías algo que te apasionaba, no trabajarías ni un solo día de tu vida? El famoso dicho es reconfortante en teoría, sin embargo, la mayoría de nosotros probablemente seguimos sintiendo que nos dedicamos a nuestro trabajo por algo más que pasión. Aunque lo disfrutemos intrínsecamente, pocas personas aceptarían continuar con sus responsabilidades si les quitaran el sueldo.
A menudo nos motiva la recompensa; pensamientos de reconocimiento o compensación nos empujan a trabajar duro. Un liderazgo eficaz requiere motivar a los empleados para que sean productivos y estén satisfechos en el trabajo. Una técnica para conseguir altos niveles de motivación se llama poder de recompensa. El poder de recompensa consiste en aprovechar el poder de los incentivos. Los incentivos pueden ser tangibles, como primas, aumentos salariales, ascensos y certificados, o intangibles, como elogios y reconocimiento.1
El poder de recompensa funciona a través del refuerzo positivo. Según la perspectiva conductista, aprendemos a través de nuestras experiencias pasadas con estímulos. Si la realización de un trabajo de alta calidad ha dado lugar previamente a una recompensa, llegamos a asociar ese comportamiento con la recompensa y es más probable que lo repitamos en el futuro.