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Guía de la ciencia del comportamiento para hacer regalos

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Dec 21, 2020

"El regalo de los Reyes Magos" es mi cuento favorito de todos los tiempos. Escrito por O. Henry, cuenta la historia de una joven, Della, y su marido Jim. Della quiere comprar un buen regalo para su marido, pero no tiene dinero. Así que visita a un peluquero, que le corta sus largos mechones de hermosa cabellera y le paga 20 dólares a cambio. Con el dinero compra una costosa cadena de oro para el reloj de bolsillo favorito de su marido.

Cuando Jim llega a casa esa noche, ella le regala la cadena y admite haber vendido su pelo para poder permitírsela. A cambio, Jim le regala un juego de peines ornamentales para su pelo largo y admite que vendió su reloj de bolsillo para conseguir dinero para los peines. En otras palabras, los regalos de ambos no sirven para nada y, sin embargo, no se quejan porque el incidente demuestra lo mucho que se quieren.

Otra de mis actividades favoritas es crear versiones contemporáneas de clásicos. Así que aquí está "El regalo de los Reyes Magos: Recargado".

Esta es la historia de la joven Della y su marido Jim. Della quiere comprar un buen regalo para su marido. Tras unas horas buscando inspiración en Pinterest e Instagram y leyendo artículos con títulos como "50 cosas que regalar a tu novio estas fiestas", decide regalarle el último juego de PS4, Call of Duty: Black Ops Cold War.

Para poder permitirse ese juego tan caro, decide deshacerse del FitBit que le regalaron las Navidades anteriores. Lo vende por una buena cantidad en eBay y compra el juego. Por la noche, cuando Jim vuelve a casa, ella le entrega emocionada una copia del nuevo Call of Duty. Él le informa de que ha actualizado su PS4 a la nueva y reluciente PS5, por lo que el juego queda inutilizado. Luego procede a regalarle una suscripción premium a FitBit, que pensó que iría bien con su regalo del año anterior.

Esa Navidad, Jim juega con su PS5 durante 24 horas seguidas. Della busca en Internet formas de cancelar las suscripciones a Fitbit.

¿Qué quiero decir? Comprar regalos es difícil, y necesitamos que la ciencia nos ayude.

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La ciencia de hacer regalos

Hacer regalos es una costumbre social importante que tiene muchas capas. Es un microcosmos representativo de muchas construcciones sociales: identidad, normas sociales, similitud, rituales obligatorios, reciprocidad, etcétera. Quien hace un regalo tiene varios objetivos: satisfacer al destinatario, señalar su propio estatus, representar el estatus de la relación, etcétera. Además de equilibrar todo esto, hay que añadir a la mezcla la paradoja de la elección: la sensación de parálisis que surge cuando nos enfrentamos a demasiadas opciones. Hacer regalos es un arte, pero también requiere ciencia.

Si le cuesta tachar los últimos nombres de su lista navideña, ¿puedo complicarle un poco la vida con algunos factores más que debería tener en cuenta? La ciencia del comportamiento puede ofrecernos algunos consejos basados en pruebas sobre cómo elegir el regalo adecuado para alguien.

1. ¿Qué dice tu regalo de ti? ¿Y del destinatario?

En su emblemático artículo "The Social Psychology of Gifting" (La psicología social del regalo), el psicólogo Barry Schwartz explora la idea del regalo como marcador de identidad.1 Es una tesis común que los regalos representan la identidad de quien los hace: hacemos regalos que obligan a los demás a formarse una determinada imagen de nosotros. Una persona rica puede alegrarse de hacer regalos llamativos, mientras que un amante de los libros juzga a los regaladores por el género o la calidad del libro que eligen regalar.

La idea menos explorada es la del regalo que representa la identidad de quien lo recibe. Schwartz pone el ejemplo de los padres que imponen su visión a los niños con la elección de regalos como un kit de ciencias o una muñeca Barbie. El regalo se convierte entonces en una forma sutil de telegrafiar al destinatario la identidad que los demás esperan de él.

Así que, cuando hagas un regalo a alguien, asegúrate de no enviarle un mensaje que no quiera oír: tu regalo lleva información sobre cómo ves tú al destinatario y cómo debería verte él a ti.

2. ¿Te has dicho a ti mismo "esto me encanta, así que estoy seguro de que a él también le encantará"?

A menudo se considera que un regalo es una representación de la similitud entre quien lo da y quien lo recibe. Un interesante artículo de Elizabeth Dunn y su equipo profundiza en este tema.2 En una serie de experimentos, se hizo creer a los participantes que un conocido del sexo opuesto o su pareja sentimental les había hecho un regalo deseable o indeseable. Después de recibir el regalo, los participantes valoraban su parecido con la persona que se lo había regalado.

Los resultados mostraron que, tras recibir un regalo indeseable, los hombres se consideraban menos parecidos a la persona que les había hecho el regalo. Los hombres llegaron incluso a manifestar una perspectiva negativa de la relación a causa de esta desemejanza percibida. (La valoración de la similitud de las mujeres no se vio afectada significativamente por el regalo recibido).

Así que no te arriesgues a comprar un regalo a alguien porque te gusta, bajo el supuesto de que a él también le gustará. Esto es especialmente cierto si la persona a la que haces el regalo es hombre.

3. ¿Preguntó al destinatario qué quería?

Por mucho que nos gusten las sorpresas, la ciencia sugiere pensárselo dos veces antes de ofrecer una a un ser querido. Gino Francesca y Francis Flynn han estudiado los registros de regalos para profundizar en esta dinámica.3 En una serie de experimentos, se pedía a los participantes que eligieran entre una serie de regalos preseleccionados. El estudio concluyó que los receptores de regalos apreciaban más un obsequio cuando se trataba de algo que habían solicitado explícitamente. Mientras tanto, los que hacían regalos suponían (falsamente) que un regalo no solicitado sería considerado más considerado por el destinatario.

¿Planea una sorpresa? Piense en desvelar el secreto al destinatario.

4. ¿Cuánto gastaste en tu regalo?

Por último, ¿cuánto es demasiado y cuánto es demasiado poco? Otro estudio de Flynn y sus colegas descubrió una interesante dicotomía entre la forma en que los receptores y los donantes ven el coste de un regalo.4 Los donantes esperan una correlación positiva entre lo que gastan y lo mucho que les gustará el regalo a los receptores. ¿Y los destinatarios del regalo? No les importa el valor monetario.

Eso podría haberle ahorrado mucho dinero. Como se suele decir, ¡la intención es lo que cuenta!

Encontrar el regalo perfecto

Está claro que Della y Jim necesitan un marco mejor para elegir los regalos que se hacen el uno al otro. Después de haber pasado por esto una vez de más, he decidido utilizar el enfoque de un asesor para la compra de regalos. Para aquellos que todavía están tachando cosas de sus listas, aquí tienen un sencillo manual para hacer regalos:

Categoría 1: El regalo Gamble

Son regalos con los que el destinatario lleva tiempo soñando. Han hecho listas de características, han visto vídeos en Youtube comparando sus opciones, se han quedado embobados viendo vídeos de unboxing. Saben exactamente lo que quieren, pero entonces tú, después de oírles hablar del artículo en cuestión durante tanto tiempo, decides comprárselo.

Ahora bien, caveat emptor: esto podría funcionar muy bien, pero también podría ser muy contraproducente. ¿Cómo puede ocurrir?

  1. Es perfecto cuando el destinatario recibe exactamente lo que quería. La mejor forma de conseguirlo es estar atento a todo tipo de pistas.
  2. Pero no es tan perfecto cuando quien hace el regalo acaba regalando una marca menos preferida. Esto provocaría cierto resentimiento, porque ahora el destinatario siente que no puede malgastar su propio dinero comprando la que realmente quería.

Categoría 2: Los regalos de la lista de la compra

No te creerías la cantidad de veces que esto ocurre, a veces incluso sin saberlo. Recibir regalos que la gente considera artículos "que hay que comprar" es lo peor. La única forma de salir de esta trampa es echar un vistazo a los carritos de la compra de los demás antes de pagar. Si está en el carro de la compra de una familia en el supermercado, no lo regales.

Categoría 3: Los regalos del reciclaje

Cuando regalas algo que el destinatario no quiere y que nunca pagaría, da por hecho que te lo devolverán (o que se lo volverás a regalar a otra persona) al cabo de unos meses. No hay señales verbales para esto; sólo la represalia silenciosa de un regalo que nunca mereció ser un regalo. Esto puede ser el resultado de asumir que al destinatario le gustará tu regalo tanto como a ti, o simplemente de no haber pensado en su elección.

Categoría 4: Los regalos perfectos

El truco está en encontrar cosas que la gente quiera tener, pero que se sentiría culpable comprándose a sí misma. Cuando lo reciben como regalo, es perfecto: lo tienen sin gastar dinero en ello. Y esta lista es reducida pero tiene un gran alcance: Alexa de Amazon. Una bonita funda para el pasaporte. Entradas para un concierto. Uno de esos bonitos cuadernos. Vasos de cerveza divertidos. Tazas de café extravagantes.

Ya conoces el patrón. Piensa en todas las cosas que te han regalado pero que no has tirado. Eso es. Ese es el regalo perfecto. Merodean por ahí para siempre. No puedes deshacerte de ellas, porque las querías, pero no podías justificar obtenerlas para ti.

Así que ya está. La ciencia del comportamiento al rescate una vez más.

Por cierto, en caso de que quiera agradecérmelo, he estado ojeando proyectores durante un tiempo en Internet. Solo digo que me veo aceptando a regañadientes este regalo perfecto.

References

  1. Schwartz, B. (1967). La psicología social del regalo. American journal of Sociology, 73(1), 1-11.
  2. Dunn, E. W., Huntsinger, J., Lun, J., & Sinclair, S. (2008). El don de la similitud: cómo influyen los regalos buenos y malos en las relaciones. Social Cognition, 26(4), 469-481.
  3. Gino, F., y Flynn, F. J. (2011). Give them what they want: Los beneficios de la explicitud en el intercambio de regalos. Journal of Experimental Social Psychology, 47(5), 915-922.
  4. Flynn, F. J., y Adams, G. S. (2009). El dinero no puede comprar el amor: Asymmetric beliefs about gift price and feelings of appreciation. Journal of Experimental Social Psychology, 45(2), 404-409.

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