La gente ha empezado a buscar en Internet formas virtuales de conectar con amigos y seres queridos. Parece que las fiestas de Netflix, Animal Crossing y las llamadas de Zoom nos mantienen ocupados. Pero cuando los días se convierten en semanas y las semanas en meses, el sentimiento de soledad puede empezar a invadirnos. Empezamos a echar de menos ir a los restaurantes de moda con nuestros amigos y asistir a esas temidas (pero divertidas) barbacoas familiares.
Si te has sentido asustado, aislado o restringido durante esta cuarentena, te reto a que explores esos sentimientos y consideres cómo pueden permitirte empatizar mejor con nuestra población envejecida.
La soledad y el aislamiento social son problemas importantes entre las personas mayores.1 La soledad se ha asociado a diversos problemas de salud física y mental, como la depresión, la enfermedad de Alzheimer y la mortalidad por cáncer.2,3,4 Varios estudios han demostrado que la soledad puede aumentar el riesgo de mortalidad prematura entre las personas mayores.5,6,7 Basta decir que la soledad y el aislamiento social tienen una enorme influencia negativa en la calidad de vida de las personas mayores, que la situación actual no hace más que agravar. Los que somos jóvenes sólo podemos imaginar el impacto devastador que la pandemia actual ha tenido en las personas vulnerables que viven en residencias de ancianos y de larga duración de todo el mundo.
¿Por qué necesitamos empatía ahora?
El estigma actual contra el envejecimiento prevalece en nuestra sociedad y tiene un impacto negativo en el bienestar físico y mental de los mayores. Se ha demostrado que los adultos mayores interiorizan estereotipos edadistas como la inevitable mala salud, la inactividad y el deterioro de las capacidades cognitivas.8,9 Esto crea una profecía autocumplida que puede dar lugar a niveles reducidos de compromiso, pérdida de memoria y malos resultados de salud para una población ya vulnerable.10
La discriminación por motivos de edad puede deberse a la percepción de las personas mayores como parte de un grupo externo, es decir, un grupo que no comparte las mismas creencias, normas o comportamientos que nosotros y que, por lo tanto, no se parece a nosotros.11 La investigación ha demostrado que los miembros de grupos externos tienen dificultades para solicitar sentimientos de empatía a los miembros del grupo interno. Las implicaciones de esto no son triviales: la empatía es importante porque puede mejorar las relaciones intergrupales y dar lugar a comportamientos útiles.12,13 Los acontecimientos actuales pueden provocar sentimientos de soledad, incertidumbre y abatimiento tanto en las personas mayores como en los jóvenes. Independientemente de la edad, esta experiencia única de vivir juntos una pandemia mundial nos ha dado la oportunidad de practicar la empatía. Es hora de que la aprovechemos y la utilicemos como herramienta.
¿Cómo podemos utilizar nuestra empatía de forma productiva?
Lo que decidamos hacer para combatir el aislamiento social de las personas mayores depende de nosotros. Las opciones incluyen la creación de intervenciones, el voluntariado y el acercamiento a las personas mayores de su círculo social. Lo más importante es la forma en que emprendamos estas actividades, que determinará su eficacia.
Por ejemplo, crear una intervención sin hablar con los miembros de la población a la que se intenta ayudar puede resultar inútil. La intención es noble, pero la ejecución puede fracasar por múltiples razones. Puede que la intervención no se adapte al estilo de vida del usuario, o que aborde un problema que no existe. Por eso nuestra capacidad de empatizar es un paso tan importante en la búsqueda de convertirnos en agentes de cambio positivos.
Por eso la empatía es una herramienta clave que se utiliza sistemáticamente en el diseño centrado en el ser humano.
Un proceso de diseño basado en la empatía puede dar lugar a productos, intervenciones y cambios políticos adaptados a las necesidades de los consumidores. Cuando se hace correctamente, los resultados son muy apreciados por el destinatario. Comprender las necesidades es más fácil cuando se siente empatía por la persona para la que se crea un producto. Hay varias formas de que los diseñadores adquieran empatía, como los estudios etnográficos, el modelado empático y el trazado de experiencias de usuario.14 Les permite ver el mundo desde la perspectiva del usuario y crear soluciones que se adapten a su vida.
Empatía con las personas mayores
Los jóvenes como nosotros no tenemos forma de comprender del todo lo que supone vivir en una residencia de ancianos o de cuidados de larga duración en estos tiempos sin precedentes. Sin embargo, debido al impacto de la pandemia en todas nuestras vidas, podemos vislumbrar un tenue atisbo de lo que puede sentirse al estar solo y aislado de los amigos, la familia y los seres queridos.
Personalmente, esto me hace más proclive a comprender las disposiciones de las personas mayores con las que, hasta ahora, me costaba relacionarme. Podemos aprovechar esta oportunidad para escuchar las experiencias de los miembros mayores de nuestra sociedad. Esto no sólo nos ayudará a comprender la perspectiva de la otra parte y nos situará en una mejor posición para ayudarles, sino que las conversaciones empáticas también pueden ser extremadamente valiosas y de naturaleza terapéutica.15
¿Qué más se puede hacer?
Otra forma de utilizar nuestra empatía es el voluntariado. Los beneficios del voluntariado son bidireccionales: hacerlo puede fomentar un sentimiento de comunidad y pertenencia tanto para el que da como para el que recibe. Estos sentimientos son extremadamente beneficiosos durante una crisis como la que vivimos actualmente. Es comprensible que muchas personas no quieran realizar visitas voluntarias en persona durante la pandemia. Afortunadamente, existen oportunidades de voluntariado en línea que siguen proporcionando beneficios en forma de mayor bienestar psicológico y conexión social.16,17
Por último, acercarse a los amigos y seres queridos en momentos como este puede suponer una gran diferencia. Hay una especie de consuelo en las conversaciones en las que se rememoran recuerdos, se aprecian las pequeñas cosas de la vida y se mira hacia un mundo post-Covid.
Aunque nos encontramos en una posición que nos permite empatizar, utilizar esto para facilitar un cambio positivo es una decisión consciente que debemos tomar. Una respuesta natural a una crisis sanitaria es el miedo. La amenaza de la enfermedad puede dar lugar a un mayor etnocentrismo y a un comportamiento negativo hacia los grupos externos.18 En el pasado, esto ha dado lugar a discriminaciones y prejuicios que han comprometido nuestra capacidad de empatizar y actuar. Somos mejores que eso. Ahora que conoces las herramientas de que dispones, espero que dejes que tu empatía te guíe para lograr un cambio positivo en el mundo.
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