Ir al encuentro de los alumnos: Cómo personalizar los itinerarios de la tecnología educativa

Los alumnos necesitan aprendizaje social

Aunque la tecnología educativa tiene muchas ventajas -como hacer la educación más accesible y estandarizada-, no es una soluci^ón independiente.2 Por ejemplo, cuando se inclina mucho hacia el uso de pantallas, los niños no tienen tanta interacción cara a cara, un componente necesario para el aprendizaje eficaz y el desarrollo de habilidades sociales.5

Además, los dispositivos digitales ya distraen a los adultos, por no hablar de los niños. El aprendizaje a través del papel y los libros en lugar de una pantalla reduce las distracciones y ha demostrado ser una plataf^orma de aprendizaje más práctica.5 La enseñanza es innatamente social, y aunque la tecnología educativa puede mejorar los aspectos sociales, a veces puede suponer un^a barrera para que los estudiantes trabajen y aprendan juntos con la misma facilidad.2

Los profesores deben realizar un mayor esfuerzo cognitivo

Para los profesores, la tecnología educativa puede aumentar la eficiencia, por ejemplo, simplificando el proceso de distribución de recursos. Por desgracia para ellos, aprender un nuevo software también requiere un mayor esfuerzo cognitivo, lo que encierra el sesgo del statu quo. Es posible que los profesores no tengan la confianza necesaria para utilizar la tecnología, tal vez porque es diferente a lo que están acostumbrados o -lo que ^es más probable- porque no fue diseñada por profesores, por lo que no siempre es intuitiva.6

Para que el potencial de la tecnología educativa se haga realidad, los profesores tienen la carga añadida de aprender nuevas prácticas docentes que les permitan elegir la tecnología adecuada y utilizarla "de la manera adecuada, con los alumnos a^decuados y con el propósito adecuado "6. Eso lleva tiempo, y con una apretada agenda docente, es probable que los profesores no tengan la capacidad o el tiempo extra para hacer estas adaptaciones.

El problema no es que haya pocos productos en el mercado, sino la forma en que los productos comunican su valor: los profesores afirman que no investigarán una nueva tecnología si no ofrece un beneficio fácilmente compreⁿsible.7 Lo mismo puede decirse de los estudiantes, para quienes la escuela ya es lo bastante difícil como para tener que aprender a utilizar una can^tidad abrumadora de tecnología.8

¿Por qué existe un desfase entre las necesidades de profesores y alumnos y lo que hay disponible? Una posibilidad se explica por el efecto observador-esperanza. Describe cómo los deseos percibidos o los resultados esperados de un investigador pueden afectar al comportamiento de las personas observadas. En este contexto, es posible que cuando los investigadores observaron a profesores o alumnos utilizando una plataforma de tecnología educativa, los observadores mostraran el tipo de comportamiento que satisfaría a los investigadores. Tal vez utilizaron más el nuevo software de tecnología educativa o intentaron escalar la curva de aprendizaje durante más tiempo del que lo habrían hecho de otro modo.

En el "campo" (es decir, en el aula), es posible que los profesores no cambien su forma de enseñar ni siquiera con la presencia de la tecnología educativa. Como ocurre con cualquier cambio nuevo, sólo un puñado de personas suele adoptar las innovaciones tecnológicas, mientras que muc^hos otros nunca lo hacen o lo hacen lentamente6.

Otro factor que explica por qué la tecnología educativa no está necesariamente adaptada a quienes la utilizan son las diferentes prioridades de los desar^rolladores y los profesores.9

Muchas empresas de tecnología educativa, al priorizar la competencia, pueden optar por desarrollar soluciones lo suficientemente genéricas como para ser utilizadas por un amplio grupo de personas, en lugar de desarrollar h^erramientas específicas que se adapten excelentemente a un mercado más reducido.9

Para saber cómo minimizar la brecha entre lo que necesitan los alumnos y lo que tienen a su disposición, los desarrolladores de aplicaciones podrían crear un mecanismo de seguimiento integrado para saber cómo utilizan el software los alumnos y los profesores. Al igual que las cookies, que rastrean y supervisan no sólo los ^sitios que visita un usuario, sino también lo que hace dentro de los sitios10 , los desarrolladores de tecnología educativa pueden crear un mecanismo similar para alinear mejor los deseos de los desarrolladores de aplicaciones con los de los profesores y los alumnos.

Una vez que los desarrolladores recopilan datos suficientes, pueden empezar a identificar distintos tipos de usuarios e incluso crear itinerarios diferenciados que mejoren su aprendizaje. Crear itinerarios más personalizados tiene varias ventajas: reducirá la resistencia, aumentará la adopción y mejorará la experiencia del usuario.

Vías distintas para necesidades dispares

Los desarrolladores pueden crear distintas vías para profesores de distintas asignaturas. Por ejemplo, un profesor de inglés probablemente utilizaría un detector automático de plagio o un software que permitiera a sus alumnos editar los trabajos de sus compañeros. En cambio, un profesor de lenguas extranjeras podría preferir una experiencia de aprendizaje gamificada (similar a Duolingo).

Incluso los profesores de los mismos temas tienen necesidades diferentes en función de la edad de sus alumnos. Los profesores de matemáticas de primaria podrían preferir un enfoque gamificado, mientras que los de cálculo de alto nivel probablemente optarían por un software que permita a sus alumnos compartir apuntes o acceder a las clases.

Sea cual sea el grupo de edad o la asignatura, tanto profesores como alumnos podrían beneficiarse de soluciones eficientes y más tiempo. Un mecanismo de supervisión permite a los instructores acceder rápidamente a lo que necesitan y a los alumnos dedicar menos tiempo innecesario a navegar por la tecnología.

A la hora de decidir qué herramientas utilizar en las aulas, cerca del 44% de los profesores confían en las opiniones de sus colegas, más del doble del porcentaje de docentes que confían en las recomendaciones de los responsables de sus ^centros y distritos.11 En una profesión en la que la mayoría de los educadores afirman que se les deja ^al margen del proceso de adopción de nuevas tecnologías,11 los desarrolladores tienen grandes oportunidades de fidelizar y generar confianza. Al salvar la brecha entre lo que hay disponible y lo que se necesita en el ámbito de la tecnología educativa, los desarrolladores demuestran que están escuchando de verdad las necesidades de profesores y alumnos, lo que aumentará la probabilidad de que los profesores recomienden estos productos a sus compañeros.

Para ayudar mejor a los profesores a enseñar y a los alumnos a aprender, los desarrollad^ores de tecnología educativa deben comprender cómo servirles mejor creando mecanismos de supervisión para identificar las vías de aprendizaje e introducir cambios en los problemas detectados. De este modo, las empresas de tecnología educativa se convertirán en aliadas de profesores y alumnos, muchos de los cuales se muestran recelosos sobre cómo puede ayudarles la tecnología en este ámbito.

The Decision Lab es una consultoría de ciencias del comportamiento que trabaja con algunas de las organizaciones más conocidas del mundo para abordar los problemas más acuciantes de nuestro tiempo. La educación, y su relación con la tecnología educativa, es fundamental para el futuro de nuestras sociedades, y la incorporación de un sistema de retroalimentación es un componente clave para desencadenar una acción positiva en este espacio. Si está interesado en saber más sobre cómo The Decision Lab puede ayudar a su tecnología educativa, póngase en contacto con nosotros.