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Mujeres profesionales y estereotipos: Cómo superarlos

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Apr 14, 2017

Las mujeres, sobre todo las que se dedican a profesiones tradicionalmente masculinas, suelen ser objeto de estereotipos de género. En esencia, un estereotipo es "una imagen o idea de una persona o cosa ampliamente extendida pero fija y excesivamente simplificada". Por supuesto, las mujeres y los hombres han desempeñado históricamente funciones sociales diferentes, y muchas profesiones estaban reservadas hasta hace muy poco a los hombres. Por ello, aunque estos papeles han empezado a evolucionar, la forma en que se observa y se espera que se comporten las mujeres en el lugar de trabajo no ha seguido el mismo camino. Las mujeres luchan a diario contra estos estereotipos, que a menudo obstaculizan su rendimiento y productividad en el trabajo. Este artículo detalla tres de los principales estereotipos y generalizaciones que rodean a las mujeres profesionales y que afectan a su contribución en el lugar de trabajo.

Estereotipo nº 1: Las mujeres no poseen las aptitudes necesarias que los hombres poseen intrínsecamente para determinadas profesiones o puestos de trabajo.

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Una percepción errónea habitual es que, si bien las mujeres están capacitadas para tareas específicas de su puesto, no son aptas para gestionar personas, dirigir o colaborar. Al mismo tiempo, se supone que un hombre idéntico (en cualificación, experiencia, etc.) es capaz de dirigir bien, delegar responsablemente y comunicarse eficazmente con sus compañeros. Esta idea, que conduce a una infrarrepresentación de las mujeres en puestos directivos, es perjudicial por varias razones. Una investigación reciente de Korn Ferry International -uno de los mayores grupos internacionales de consultoría sobre comportamiento organizativo- sugiere que las mujeres son mejores en el uso de habilidades blandas, como demostrar empatía, adaptarse a entornos de trabajo cambiantes, trabajar en equipo y gestionar conflictos. Por lo tanto, aunque este estereotipo lleva a la percepción de que las mujeres no son aptas para el liderazgo en el lugar de trabajo, de hecho, las mujeres líderes son muy necesarias.

Estereotipo nº 2: Las mujeres no se toman su carrera o su trabajo tan en serio como los hombres y, por lo tanto, no son tan dedicadas al trabajo.

Es muy común la idea de que los hombres son más serios en su empeño por ganarse la vida, lo que recuerda el arquetipo histórico del hombre como proveedor. Por el contrario, a menudo se percibe que las mujeres tienen otras preocupaciones que superan su interés por el lugar de trabajo, como una familia. Una joven profesional puede ser independiente, segura de sí misma y totalmente dedicada a su trabajo, pero estos factores se pasan por alto si también tiene una familia de la que ocuparse (esto está relacionado con nuestro tercer estereotipo). Mientras tanto, se piensa que una mujer soltera está esperando a formar una familia en el futuro o, si es mayor, está sujeta a otros estereotipos negativos de las mujeres profesionales solteras. Por su parte, los hombres, independientemente de su estado civil y familiar, son percibidos como personas con una determinación y un compromiso inquebrantables con su trabajo.

Estereotipo nº 3: Las mujeres son las principales responsables de sus hijos y, por tanto, harán más pausas en el trabajo e inevitablemente trabajarán menos horas que los hombres.

Como acabamos de mencionar, cuando una mujer profesional tiene familia, suele darse por sentado que prioriza su papel de madre sobre su carrera. Sin embargo, este no es el caso de los padres. A medida que las funciones parentales (como el empleo) siguen evolucionando, las mujeres y los hombres parecen compartir más responsabilidades que antes se suponían propias de la madre. En este sentido, nuestra cultura profesional debería aceptar esta dinámica familiar cambiante, y la flexibilidad debería mostrarse no sólo hacia las madres, sino hacia los padres en general. Este cambio reducirá el efecto negativo que este estereotipo ha tenido en las mujeres, cuyo potencial profesional se ve a menudo limitado por la naturaleza de su maternidad.

Estas tres representaciones estereotipadas, y sin duda muchas más, asolan a las mujeres en el ámbito profesional. Aunque las barreras formales de acceso se han reducido (es decir, ahora se permite a las mujeres acceder a profesiones que antes eran exclusivas de los hombres), estos obstáculos perceptivos no han disminuido. Sumados a otras barreras raciales, étnicas y socioeconómicas, estos estereotipos inhiben la contribución de las mujeres, sobre todo de las pertenecientes a minorías, en todo el mundo. Al disuadir a las mujeres de participar en la población activa - o al segmentarlas en funciones específicas - frenamos el enorme potencial de crecimiento y las ganancias de capital humano que se derivarían de la plena inclusión en el lugar de trabajo, ya sea por razones de género o de otro tipo. En este sentido, los países en desarrollo se encuentran en una situación de desventaja aún mayor.

Permitir que las mujeres trabajen, sin barreras, mejorará los resultados para todos. La cuestión que se nos plantea es cómo moldear estas percepciones erróneas para poder superarlas. ¿Seremos capaces algún día de superarlas por completo? El éxito en este empeño sólo puede venir de una iniciativa de colaboración, cuyo objetivo sea aliviar estas cargas a las que tan a menudo se enfrentan las mujeres, y que empuje a los hombres a ser defensores y partidarios más enérgicos de las opciones de las mujeres. Y lo que es más importante, las mujeres deben dar un paso al frente para apoyar a las mujeres y sus decisiones dentro y fuera del hogar.

References

Korn Ferry, "Una nueva investigación muestra que las mujeres son mejores en el uso de habilidades blandas cruciales para un liderazgo eficaz y un rendimiento empresarial superior, según Korn Ferry Hay Group". 4 de marzo de 2016

https://www.kornferry.com/press/new-research-shows-women-are-better-at-using-soft-skills-crucial-for-effective-leadership/

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