Un entorno dice más que mil palabras
Los objetos que rodean nuestras casas y oficinas dicen mucho más de lo que creemos. Y a veces no dicen exactamente lo que queremos.
La investigación ha demostrado que los propios entornos pueden transmitir qué comportamientos se consideran "normales" cuando las personas están en ellos. Incluso fomentan determinados tipos de comportamiento cuando las personas entran en ellos.
En una época en la que la consultoría y los espacios de cotrabajo son la nueva norma, y las oficinas ya no son el lugar donde un empleado permanecerá de 9 a 5 durante los próximos treinta años, ¿queremos que nuestros lugares de trabajo transmitan mensajes equivocados? ¿Realmente podemos permitirnos que los empleados estén rodeados de un entorno que ahoga su productividad y su trabajo?
Pero, ¿cómo cambiar el mensaje que se transmite?