Las tres leyes del comportamiento humano
La idea básica
Si estudiaste física en el instituto, seguro que conoces las tres leyes del movimiento de Newton. Estas reglas describen la relación entre el movimiento de un cuerpo y las fuerzas que actúan sobre él, y fueron propuestas por primera vez en el siglo XVII por el matemático inglés Isaac Newton.¹ Sorprendentemente, Newton consiguió destilar conceptos físicos complejos y difíciles en tres reglas simples y universales.
Las tres leyes del movimiento son:
- Un cuerpo en reposo permanecerá en reposo y un cuerpo en movimiento permanecerá en movimiento a menos que actúe sobre él una fuerza externa.
- La fuerza que actúa sobre un objeto es igual a la masa de ese objeto multiplicada por su aceleración.
- Para cada acción, hay una reacción igual y opuesta.
Hasta que la mecánica cuántica y la relatividad general se impusieron a la física newtoniana a principios del siglo XX, se creía que estas leyes describían el impacto de las fuerzas sobre todos los objetos y su movimiento. Todavía se utilizan con frecuencia en los cálculos y reflejan con precisión el movimiento de los objetos, a menos que hablemos de partículas cuánticas o cuerpos extremadamente masivos. Pero, ¿podemos aplicar estas leyes a cualquier otra cosa? En un artículo de 2019 para Behavioral Economics, Aline Holzwarth, una científica del comportamiento, utilizó las leyes del movimiento de Newton para informar tres leyes del comportamiento humano.²
Estas tres leyes son:
- El comportamiento tiende a seguir el statu quo a menos que se actúe sobre él mediante una disminución de la fricción o un aumento del combustible.
- El comportamiento (B) es una función de la persona (P) y su entorno (E), o B=f(P,E).
- Cada decisión tiene sus contrapartidas y puede tener consecuencias imprevistas.
Aunque el comportamiento humano es complicado, Holzwarth sugirió que estas leyes pueden al menos captar tendencias de comportamiento muy generales.