Paralelismos en la toma de decisiones entre humanos y animales

Estudiando el comportamiento de animales no humanos en cámaras operantes, o "cajas de Skinner", como se las llama coloquialmente, los científicos han podido examinar detenidamente el modo en que los animales toman decisiones.

El procedimiento es el siguiente: se introduce al animal (a menudo una rata o una paloma) en la cámara y se le da a elegir entre dos alternativas. Con el tiempo, el animal aprende que elegir la alternativa A le da X cantidad de comida y la alternativa B le da Y cantidad de comida. Al cambiar la cantidad de comida que le da cada alternativa, el científico puede alterar las elecciones del animal. Desde la perspectiva del animal, parece que está aprendiendo a sopesar las ventajas y desventajas de cada elección. Por ejemplo, la alternativa A puede dar el doble de comida que la alternativa B, pero la calidad de la comida puede ser peor (buffet barato frente a cena de lujo).

Utilizando el método descrito, los analistas del comportamiento han estudiado la toma de decisiones de forma tan minuciosa que incluso han podido desarrollar una sencilla ecuación matemática que puede predecir las elecciones de los animales ¡casi a la perfección! La ecuación se denomina "ley de correspondencia", porque se ha comprobado que sus decisiones coinciden con las ventajas y desventajas combinadas de sus elecciones.

Esta ecuación es capaz de tener en cuenta todas las formas que se les han ocurrido a los científicos para cambiar las cualidades de las dos opciones (y los científicos pueden ser muy creativos en sus investigaciones). Esto incluye la cantidad de comida, la calidad de la comida, el retraso de la comida y mucho más.

Aunque se ha demostrado que la ley de correspondencias predice las decisiones de los animales, es razonable preguntarse si también es capaz de explicar las decisiones que toman las personas cada día. Otras investigaciones, tanto experimentales como de archivo, han demostrado que la ley de correspondencia describe con precisión las decisiones humanas.

La investigación en este campo es abundante, con ejemplos tan sencillos como elegir entre distintas variedades de bocadillos hasta la toma de decisiones más complejas en el deporte. Los niños tienden a trabajar más y durante más tiempo en clase cuando reciben como recompensa algo que prefieren. Los estudiantes universitarios prestan más atención en clase cuando conversan con alguien que les da la razón con frecuencia.

En el ámbito de los deportes, la proporción de tiros de 2 y 3 puntos intentados por los jugadores de baloncesto universitarios y de la NBA se corresponde con los porcentajes de acierto de esos tiros. Además, los entrenadores de fútbol americano universitario proponen jugadas de carrera y de pase en función de la media de yardas ganadas. En estos casos, y en muchos otros, la ley de correspondencia ha sido capaz de describir con precisión las decisiones de las personas.

Los seres humanos y los animales toman decisiones continuamente a lo largo de sus vidas, y estas decisiones se toman a menudo en entornos caóticos y dinámicos. Sin embargo, la investigación analítica de la conducta puede llevarse a cabo en un entorno de laboratorio estrictamente controlado, con animales que toman decisiones relativamente sencillas. Incluso con las limitaciones potenciales de la investigación con animales, los estudios han demostrado que el proceso de toma de decisiones de los animales es muy similar al de los humanos. Con el tiempo, todos los animales (humanos y no humanos por igual) sopesan las ventajas y desventajas de sus elecciones y se comportan en consecuencia. Aunque las situaciones sociales humanas son definitivamente más complicadas, los científicos seguirán investigando sobre este importante tema y continuarán encontrando similitudes entre la toma de decisiones humana y animal.