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Por qué "sólo hacer preguntas" no existe

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Sep 22, 2021

En un episodio de la comedia de situación de la NBC Parks and Recreation, nuestra protagonista, Leslie Knope, se ve envuelta en un escándalo político cuando sus esfuerzos por conseguir financiación para su departamento gubernamental provocan el cierre inminente de un refugio de animales local, poniendo en peligro a los gatos y perros que viven en él. Sin perder tiempo, una de las oponentes políticas de Leslie (interpretada por la encantadora Kathryn Hahn) aparece en la televisión local para hacer comentarios.

"No estoy diciendo que Leslie Knope sea una asesina de perros, per se", dice sonriendo el personaje de Hahn. "Sólo creo que sus acciones plantean algunas preguntas. Como, por ejemplo, ¿es una asesina de perros?".

"Bueno, no sé la respuesta a eso, Jennifer", dice gravemente el presentador del programa, "pero tu tono me hace pensar que sí".

Esta absurda escena es, por supuesto, ficticia. Pero en el mundo real, es posible que haya tenido el disgusto de escuchar algunas preguntas igual de cínicas: "¿Funcionan realmente las vacunas?" "¿No hay tratamientos alternativos?". "¿No deberíamos dejar que COVID haga lo suyo?".

A veces, este tipo de preguntas son sinceras, y nuestro trabajo como científicos del comportamiento es responderlas y navegar por ellas con seriedad. Otras veces, sin embargo, se utilizan para sembrar la desinformación y la desconfianza entre el público en general. En estos casos, nuestro trabajo como científicos del comportamiento consiste en averiguar cómo evitar que las malas preguntas interfieran con la buena formulación de políticas.

Para ello, sin embargo, tenemos que averiguar por qué las preguntas pueden ser engañosas. Afortunadamente, la psicología, la lingüística y la filosofía ya han realizado bastantes estudios que pueden ayudarnos a entender por qué las preguntas pueden llevarnos por mal camino.

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¿Cómo funcionan las malas preguntas? Una perspectiva psicológica

Las preguntas, al igual que las afirmaciones, pueden desencadenar todo tipo de sesgos cognitivos. Por ejemplo, consideremos los efectos de encuadre, propuestos por primera vez por Tversky y Kahneman en 19811 (y reproducidos recientemente en 2015).2 Los efectos de encuadre se producen cuando los individuos responden de forma diferente a la misma información: por ejemplo, las personas responden más positivamente a "el vaso está lleno al 50%" que a "el vaso está vacío al 50%", aunque las afirmaciones transmitan exactamente la misma información.

Sin embargo, muchos estudios señalan que se producen efectos similares en las encuestas de opinión pública. Dos preguntas pueden solicitar la misma información, pero, en función de cómo se formule la pregunta, los participantes pueden dar respuestas totalmente distintas.3

Se trata de una cuestión intuitiva. Comparemos estas dos preguntas, extraídas de una encuesta de Pew de 2003:4

  1. ¿Está a favor o en contra de emprender acciones militares en Irak para acabar con el régimen de Sadam Husein?
  2. ¿Está a favor o en contra de emprender acciones militares en Irak para acabar con el régimen de Sadam Husein aunque ello supusiera que las fuerzas estadounidenses pudieran sufrir miles de bajas?

En la primera pregunta, el 68% de los participantes se declararon a favor de la acción militar, mientras que el 25% dijeron que no.4 Pero cuando el coste de ir a la guerra se hizo explícito en la segunda pregunta, sus actitudes cambiaron: sólo el 43% dijeron que estaban a favor de la acción militar, mientras que el 48% no.4 Aunque las preguntas piden la misma información, el efecto de encuadre provocó un cambio masivo en la forma de responder de los participantes.

Una perspectiva lingüística

Los efectos de encuadre entran en juego con todo tipo de enunciados, incluidos los enunciados. Sin embargo, las preguntas tienen sus propias propiedades lingüísticas. Según la mayoría de los modelos estándar, las preguntas actúan como una colección de posibilidades.5 Además, las preguntas se añaden a lo que algunos lingüistas denominan "el conjunto de preguntas": las preguntas que todos los participantes en una conversación se comprometen a responder.6,7 Cuando pregunto "¿Dónde está mi helado?" estoy pidiendo a los demás que ordenen el conjunto de posibilidades para rellenar el espacio en blanco - "Su helado está en ___"- y así poder averiguar cuál es la respuesta correcta.

Una buena pregunta nos da el espacio en blanco que debemos rellenar. Recorta el espacio de posibilidades de forma que nos permite seleccionar las opciones que nos permitirán alcanzar nuestros objetivos (por ejemplo, encontrar la verdad). Una mala pregunta, por el contrario, hace las cosas mal. Nos obliga a dedicar tiempo a clasificar las posibilidades equivocadas, distrayéndonos de los problemas que realmente queremos resolver.

Se trata de algo habitual, pero sutil. Por ejemplo, algunas personas de las instituciones de enseñanza superior preguntan "¿perjudicará la diversidad a nuestra investigación?", lo que lleva a otros a dedicar tiempo a intentar asegurarles que no será así. Sin embargo, al dedicar tiempo a clasificar las posibilidades de "la diversidad perjudica el rigor" y "la diversidad no perjudica el rigor", acabamos olvidando la posibilidad de que la diversidad pueda ayudar a la investigación.8,9 (De hecho, el historial de figuras como Francis Cecil Sumner, Albert Sidney Beckham y Kenneth y Mamie Clark indica que es casi seguro que así sea). Incluso sin mala intención, la pregunta desvía la conversación de las posibilidades que realmente importan.

Una perspectiva filosófica

Pero conviene recordar que la comunicación no existe en el vacío. No sólo conocemos nuestra(s) lengua(s) materna(s), sino que la(s) utilizamos. Y como cualquier otra acción humana, lo que hacemos con nuestras palabras se rige por ciertas normas.

Muchos epistemólogos -personas que estudian la naturaleza del conocimiento- han escrito recientemente sobre las normas que rigen la forma en que comunicamos lo que sabemos. El filósofo Timothy Williamson defiende una norma de afirmación del conocimiento: no afirmar lo que no se sabe10.

Y lo que es más importante, asumimos que los demás también siguen esta norma. Por eso, cuando alguien dice "te has dejado el helado en casa", me inclino a pensar que tiene razón. Asumo que saben lo que dicen porque lo han dicho.

Recientemente, este enfoque se ha extendido también a las preguntas. Y aunque todavía no sabemos cuál es la norma correcta (¡así es la filosofía!), una cosa que sí sabemos es que, cuando alguien hace una pregunta, suponemos que no sabe la respuesta.11 Esto es bastante intuitivo: sería muy raro que siguiera preguntándote dónde está mi helado si secretamente supiera que ha estado en mi congelador todo el tiempo.

En una conversación sana y cooperativa, esta norma nos es útil. Nos permite hacer preguntas para solicitar la información que necesitamos y evita que nuestro interlocutor tenga que explicarnos lo que ya sabemos.

Sin embargo, los actores malintencionados pueden utilizar esta norma en su propio beneficio. Pueden utilizar las preguntas para fingir ignorancia y fingir que sólo están realizando una investigación sana. Esta táctica tiene incluso un nombre: "¡Sólo hago preguntas!". Un mal actor hará una pregunta claramente incendiaria, pero cuando se encuentre con una reacción violenta, simplemente dirá que está preguntando inocentemente porque no sabe la respuesta correcta. Se aprovechan del hecho de que las preguntas denotan ignorancia para ocultar sus segundas intenciones.

Un estudio de caso

Volvamos a las preguntas con las que empezamos:

  1. ¿Funcionan realmente las vacunas?
  2. ¿No hay tratamientos alternativos?
  3. ¿No deberíamos dejar que COVID hiciera lo suyo?

Para empezar, obsérvese que las tres preguntas plantean las cosas desde un punto de vista negativo. Pintan el cuadro de que nuestros medios actuales para reducir la propagación del COVID no están funcionando, y la última incluso enmarca las muertes por COVID como un hecho inevitable de la vida. Esto, por supuesto, ignora el hecho de que 1) nuestras medidas actuales (máscaras, vacunas y distanciamiento social) son increíblemente eficaces, y que 2) nuestro objetivo debería ser reducir las muertes siempre que sea factible hacerlo, especialmente en una pandemia.

Además, estas preguntas fragmentan el espacio de posibilidades de una forma que nos lleva por mal camino. Tenemos que abordar cuestiones importantes como, por ejemplo, cómo suministrar vacunas a los grupos que se han llevado la peor parte de la pandemia (y que tradicionalmente han estado desatendidos por el sistema médico), o cómo establecer alojamientos pospandémicos para las personas que los necesitan. En cambio, las preguntas anteriores oscurecen estas importantes cuestiones, al hacernos ordenar un espacio de posibilidades que ya hemos explorado.

Por último, y quizás lo más importante, estas preguntas a menudo no se formulan en serio. Muchas figuras utilizan estas preguntas para deslegitimar intervenciones políticas que de otro modo serían eficaces o, más ampliamente, para promover sus intereses políticos o financieros. Sin embargo, cuando se les confronta, se limitan a decir que sólo "hacen preguntas" porque quieren averiguar la verdad. (Suelen lamentarse de que "la gente ya no pueda limitarse a hacer preguntas".) En realidad, suelen haber tomado una decisión. Sólo que no quieren decir en voz alta que están callados.

Conclusión

En teoría, las preguntas sólo nos ayudan a solicitar información que desconocemos. Pero, en realidad, lo que preguntamos influye en el desarrollo de la conversación. Las buenas preguntas nos llevan por el buen camino, hacia la verdad u otro objetivo que tengamos. Las malas preguntas nos llevan por mal camino, y los actores malintencionados pueden utilizarlas como arma para moldear una conversación de un modo que sólo les beneficie a ellos.

A veces, como demuestra el personaje de Kathryn Hahn en Parks and Rec, una pregunta solo pretende que digamos "sí". Pero a medida que nuestro ecosistema mediático se polariza cada vez más -y que cada vez más gente recibe las noticias de medios ajenos a la corriente principal12 - tenemos que estar atentos a los efectos retóricos que pueden tener las preguntas. De lo contrario, seremos incapaces de ver cómo una mala pregunta desvía el discurso público de donde debería ir, y no podremos volver a encarrilarlo.

Recuerde: que alguien -incluso sinceramente- "sólo haga preguntas" no significa que esas preguntas merezcan respuestas.

References

  1. Tversky, A., y Kahneman, D. (1981). El encuadre de las decisiones y la psicología de la elección. Science, 211(4481), 453-458. https://doi.org/10.1126/science.7455683.
  2. Owens, B. (2018). Los fallos de replicación en psicología no se deben a diferencias en las poblaciones de estudio. Nature, d41586-018-07474-y. https://doi.org/10.1038/d41586-018-07474-y
  3. Keren, G. (Ed.). (2011). Perspectivas sobre el encuadre. Psychology Press.
  4. Centro de Investigación Pew. (sin fecha). Writing Survey Questions. https://www.pewresearch.org/our-methods/u-s-surveys/writing-survey-questions/
  5. Cross, Charles y Floris Roelofsen, "Questions", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2020 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL = <https://plato.stanford.edu/archives/fall2020/entries/questions/>
  6. Fleisher, N. (2021, 15 de octubre). ¿Puede hacerlo? Thinking C21. https://www.c21uwm.com/2020/10/15/can-he-do-that/
  7. Portner, P. (2004). The Semantics of Imperatives within a Theory of Clause Types. Semantics and Linguistic Theory, 14, 235. https://doi.org/10.3765/salt.v14i0.2907
  8. Robertson, E. (2013). El valor epistémico de la diversidad: El valor epistémico de la diversidad. Journal of Philosophy of Education, 47(2), 299-310. https://doi.org/10.1111/1467-9752.12026
  9. Eswarman, V. (2019, 29 de abril). The Buisness Case for Diversity in the Workplace Is Now Overwhelming. Foro Económico Mundial. https://www.weforum.org/agenda/2019/04/business-case-for-diversity-in-the-workplace/#:~:text=There%20is%20substantial%20research%20to,and%20better%20problem%2Dsolving%20abilities.
  10. Williamson, T. (1996). Knowing and Asserting. The Philosophical Review, 105(4), 489. https://doi.org/10.2307/2998423
  11. Whitcomb, D. (2017). Un tipo de pregunta. The Philosophical Quarterly, 67(266), 148-168. https://doi.org/10.1093/pq/pqw027
  12. Shearer, E., & Mitchell, A. (2021, 12 de enero). News use across social media platforms in 2020. Proyecto de Periodismo del Centro de Investigación Pew. https://www.pewresearch.org/journalism/2021/01/12/news-use-across-social-media-platforms-in-2020/

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