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El camino a las urnas por SMS, tres amigos a la vez

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Nov 02, 2017

""¿A qué tres amigos te gustaría pedir cuentas el día de las elecciones?""

Faltan tres semanas para las elecciones y usted es un votante activo que habla con un científico del comportamiento comprometido cívicamente. Le dices el nombre de tres amigos -Sam, Alex y Jamie- y le das tu número de móvil. El científico del comportamiento le da las gracias y le dice: "Tendrá noticias mías justo antes del día de las elecciones". Al hacer esto, acabas de participar en uno de los primeros intentos de utilizar la ciencia del comportamiento para motivar la participación electoral.

Esta nueva táctica "Get Out The Vote" (GOTV) utiliza tres estrategias de la ciencia del comportamiento para aumentar la participación electoral, y la evidencia sugiere que aumentan significativamente las cifras de las encuestas. Sin embargo, las campañas políticas tienen dificultades para ponerse al día. Mediante recordatorios de texto, intenciones de aplicación e influencia social, las campañas pueden basarse en la investigación de la ciencia del comportamiento y dar forma a una nueva generación de compromiso cívico. En este artículo explicaré cómo.

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Estrategia 1: Recordatorios de texto

Los científicos del comportamiento están descubriendo el poder de los mensajes de texto en múltiples ámbitos, incluido el compromiso cívico, y han descubierto que pueden ser más eficaces que los métodos de comunicación tradicionales. Los bancos telefónicos y los recordatorios por correo son impersonales, fáciles de ignorar y costosos: el banco telefónico profesional y personalizado menos caro produce un voto a 19 dólares [3]. Mientras tanto, la comunicación cara a cara, como el sondeo, es más eficaz, pero es puntual y de alcance limitado. En un estudio de 2006, estos métodos tradicionales alcanzaron aproximadamente al 30% de la población objetivo. Los mensajes de texto, por el contrario, tenían una tasa de contacto estimada del 80% de la población objetivo, y eran mucho más baratos, costando como mucho 0,10 dólares por destinatario. [1] Por último, si se intenta llamar a una persona o llamar a la puerta en un momento inoportuno, el mensaje nunca se recibe. Este obstáculo no se experimenta con las estrategias de envío de mensajes de texto.

Por ello, los científicos del comportamiento sostienen que los mensajes de texto son la solución. Los destinatarios tienen poca motivación para ignorar el mensaje de texto, debido a la cantidad relativamente pequeña de mensajes no deseados en comparación con las llamadas y el correo electrónico, y el destinatario del texto tiene la flexibilidad de leer y responder al mensaje en su propio horario. Además, los votantes jóvenes dependen cada vez más de la tecnología portátil, como los teléfonos móviles y las tabletas, por lo que es probable que el recordatorio de texto capte su atención. Los investigadores descubrieron que los recordatorios por mensaje de texto aumentaban los índices de participación electoral en 4,1 puntos porcentuales respecto al grupo de control, significativamente más que las demás estrategias probadas. [1]

Estrategia 2: Intenciones de aplicación

Las estrategias de envío de mensajes de texto que apelan a la accesibilidad y la comodidad no son la única forma de mejorar la participación electoral. Otras áreas de investigación se centran en cómo la estructura y la organización en el período previo al día de las elecciones también pesan en la decisión de una persona de ir a votar. Los resultados sugieren que es más probable que las personas voten si planifican la jornada electoral. Si se tiene en cuenta la estructura de la jornada, la mejor hora para votar y el lugar al que hay que acudir para hacerlo, el ciudadano estará preparado y tendrá más probabilidades de votar cuando llegue el día.

En un estudio, los participantes en la condición de intención de aplicación comunicaron a qué hora votarían, de dónde venían y qué harían antes de votar. Los participantes que compartían estas intenciones concretas de implementación tenían 0,9 puntos porcentuales más de probabilidades de votar que el grupo de control: un resultado estadísticamente significativo. [4] Los investigadores también analizaron los hogares según el número de votantes con derecho a voto. Descubrieron que la condición de intención de implementación aumentaba la participación electoral en los hogares con un votante con derecho a voto en un 2 por ciento estadísticamente significativo con respecto al control, y descubrieron que ninguna de las otras condiciones aumentaba significativamente la participación electoral en estos hogares. [4] Los participantes que determinaron su intención de voto y la compartieron con los investigadores tenían más probabilidades de votar.

Estrategia 3: Influencia social

Además de los recordatorios de texto y las intenciones de aplicación, las estrategias destinadas a impulsar la participación electoral pueden basarse en el hecho de que las personas están muy influidas por sus iguales. Las expectativas sociales que promueven o dificultan un comportamiento tienen influencia social. Las personas suelen esforzarse por comportarse de una manera que garantice su aceptación en la sociedad. Esta influencia social es relevante porque votar es un comportamiento prosocial: los votantes son bien considerados porque son miembros activos y comprometidos de la sociedad. Los investigadores descubrieron que cuando los participantes creen que otras personas de su comunidad sabrán si participan en las elecciones, es mucho más probable que voten.

En un estudio, los participantes en la condición de influencia social recibieron una lista de nombres de personas de su vecindario, incluidos ellos mismos, en la que se indicaba quién había votado en las elecciones anteriores. El mensaje informaba a los participantes de que, tras las próximas elecciones, se daría a conocer al vecindario una lista similar. El 37,8% de los participantes votó. Esta participación es sustancialmente superior a la de la condición "deber cívico", en la que los hogares leían: "Recuerda tus derechos y responsabilidades como ciudadano. Recuerde votar". El 31,5% de los votantes en esta condición de deber cívico votaron. En el grupo de control, en el que los participantes no recibieron ningún mensaje, votó el 29,7% de los participantes [2]. [2] Los resultados sugieren que los participantes estaban muy motivados para votar debido a la influencia social de sus vecinos.

Cómo aplicar estas estrategias de voto

Teniendo en cuenta la investigación que respalda estas estrategias, ¿cómo podrían aplicarse? Imagina que mañana es día de elecciones y recibes el siguiente mensaje: "Este es tu recordatorio para votar el martes 13 de junio. ¿Sabes dónde está tu colegio electoral y tienes un plan para ir a votar?". [Estrategia 1: texto recordatorio]. Piensas un momento y respondes: "Sí, tengo pensado votar en la biblioteca a las 16:00". [Estrategia 2: Intenciones de aplicación] Llega otro mensaje de texto: "Genial, vamos a asegurarnos de que tus amigos Sam, Alex y Jamie también vayan a votar...". Hace semanas te comprometiste a responsabilizar a estos amigos, ahora te acuerdas de cumplir tu compromiso. También recibes un texto de muestra que puedes copiar y pegar a tus compañeros, y es parecido a: "¡Hola Alex! El martes es el día de las elecciones. ¿Sabes dónde y cuándo vas a votar? Yo voto a las 4 de la tarde y espero verte allí". [Estrategia 3: Influencia social] Una vez realizado este paso, las tres estrategias se activan para ti y tres de tus compañeros. Los efectos pueden extenderse rápidamente y aumentar la participación electoral sin gastar tiempo ni recursos.

Los científicos del comportamiento que emplearon esta estrategia obtuvieron resultados alentadores durante las elecciones primarias a gobernador de Virginia, en junio, en las que el 67% de los participantes respondieron a los mensajes de texto, y más de la mitad afirmaron haberse puesto en contacto con sus tres amigos o familiares para hablar de las elecciones. La mayoría de los participantes atendieron al recordatorio y cumplieron su compromiso. Teniendo en cuenta las pruebas de cada método para fomentar la participación electoral, la participación electoral en estas redes sociales aumentó en múltiplos de 3. Los participantes recibieron un texto sobre sus intenciones de votar y responsabilizar a sus amigos, desarrollaron y compartieron un plan para votar con el científico conductual, y después avisaron a tres amigos, preguntándoles por sus planes de voto. Al comprometerse con sus amigos, salió a la luz la influencia de las expectativas sociales. Todas las partes se beneficiaron de las tres estrategias: Recordatorios de texto, intención de voto e influencia social. Según la investigación, esto aumentó el número de votantes en las primarias.

Los hallazgos de las ciencias del comportamiento son tan poderosos como su aplicación. Los científicos del comportamiento responsables de esta estrategia poseían dos características fundamentales pero sencillas: el deseo de promover el compromiso cívico entre los jóvenes y el interés por la investigación en ciencias del comportamiento. Cualquiera que comparta estas cualidades puede participar y aplicar los hallazgos basados en pruebas sobre el comportamiento humano para motivar la acción de los votantes. Mediante recordatorios por mensaje de texto, el establecimiento de intenciones de aplicación y la activación de la influencia social, unos pocos ciudadanos comprometidos llegaron a docenas de votantes potenciales. El siguiente paso es ampliar la estrategia, para que podamos llegar a las urnas por SMS, de tres en tres amigos.

References

[1] Dale, A., y Strauss, A. (2009). Don't Forget to Vote: Text Message Reminders as a Mobilization Tool. American Journal of Political Science, 53(4), 787-804. Obtenido de https://www.jstor.org/stable/20647951

[2] Gerber, A., Green, D., & Larimer, C. (2008). Social Pressure and Voter Turnout: Evidence from a Large-Scale Field Experiment. American Political Science Review, 102(1), 33-48. DOI:10.1017/S000305540808009X

[3] Gerber, A., y Green, D. (2000). The Effects of Canvassing, Telephone Calls, and Direct Mail on Voter Turnout: A Field Experiment. The American Political Science Review, 94(3), 653-663. DOI: 10.2307/2585837

[4] Nickerson, D., y Rogers, T. (2010). Do You Have a Voting Plan? Implementation Intentions, Voter Turnout, and Organic Plan Making. Psychological Science, 21(2), 194-199. DOI: 10.1177/0956797609359326

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