¿Quién se enriquece con la globalización?
De hecho, la globalización tiene un efecto secundario: la desigualdad aumentó en la mayoría de los países tras la disminución de los aranceles. Esto incluye tanto la desigualdad salarial entre grupos de trabajadores como el desplazamiento de los beneficios a empresas altamente productivas a expensas de las empresas más pequeñas.
La apertura comercial estaba creando ganadores y perdedores dentro de cada país. En otras palabras, las ganancias creadas por el libre comercio estaban beneficiando enormemente a algunas personas a costa de la mayoría. Esto justifica una historia de economía política detrás del proteccionismo, que en un mundo ricardiano sería completamente irracional, donde los perdedores se oponen al comercio y los ganadores lo promueven.
¿Cuál es entonces la solución? ¿Podría ser beneficioso impedir el comercio? El comercio aumenta la cantidad de recursos en todos los países. Renunciar a él también significa renunciar a esa riqueza adicional. Entonces, ¿cuál es la solución? Si somos capaces de reconocer quién pierde con la apertura al comercio, podemos compensarle. La solución es la redistribución.
Para redistribuir eficazmente, necesitamos entender quién gana y quién pierde, y cómo sucede. Melitz (2003), en una de las contribuciones fundamentales al tema, aborda este reto analizando el lado de la oferta de la economía. Demuestra que cuando se abre el comercio, los productores de bajo coste pueden entrar en el mercado nacional y expulsar del negocio a las empresas menos eficientes.
Los recursos desechados por las empresas que cierran pueden ser reempleados por las empresas supervivientes, más productivas, aumentando su producción y sus ventas. Las anécdotas empresariales confirman esta historia de los efectos diferenciales del comercio sobre la rentabilidad de las empresas en función de su punto de partida.
En general, el país es más productivo, un efecto deseable. Al mismo tiempo, los propietarios de las empresas que cierran debido al aumento de la competencia y sus trabajadores despedidos no deben estar extasiados con el cambio. El reto consiste, pues, en combinar la eficacia de la globalización con la equidad y la inclusión económica.
Algunos agentes económicos están mejor posicionados para aprovechar las bajas barreras al comercio. Las empresas multinacionales, por ejemplo, pueden trasladar la producción a países con salarios bajos, mientras que los trabajadores son receptores pasivos de tales decisiones.
Entonces, ¿cómo navegan las empresas multinacionales por este sistema asegurándose de que están en el espectro ganador?
References
Dix-Carneiro, R. (2014). Liberalización del comercio y dinámica del mercado laboral. Econometrica.
Feenstra R. (2004). Estimación de los efectos de la política comercial. University of California, Davis, Department of Economics Working Papers.
Grossman, G. M. y Rossi-Hansberg, E. (2008). Intercambio de tareas: A simple theory of offshoring. American Economic Review
Kaplinsky, R. (2000). Globalización y desigualdad: ¿Qué se puede aprender del análisis de la cadena de valor? Revista de estudios sobre el desarrollo.
Melitz, M. J. (2003). The impact of trade on intra-industry reallocations and aggregate industry productivity. Econometrica.
Menezes-Filho, N. A., & Muendler, M. A. (2011). Labor reallocation in response to trade reform (No. w17372). Oficina Nacional de Investigación Económica.
Milberg, W. y Winkler, D. (2013). Economía de la externalización: Cadenas globales de valor en el desarrollo capitalista. Cambridge University Press.
OCDE (2013). Economías interconectadas: Aprovechar las cadenas de valor mundiales. Informe técnico. Reunión de los países de la OCDE a nivel ministerial. París, 29-39 de mayo de 2013.
Ricardo, D. (1817). Sobre los principios de economía política y tributación. Londres
Wood, A. (1994). Comercio Norte-Sur. Empleo y desigualdad.