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Ansiedad ecológica: ¿Amiga o enemiga?

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Aug 13, 2021

Esta semana, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas ha publicado un nuevo informe sobre el estado de la ciencia climática. Con casi 4.000 páginas y unos 14.000 estudios citados, presenta un sombrío panorama de lo que se avecina para la humanidad y nuestro planeta.

Los autores del informe, que escriben con un nivel de certidumbre poco característico de los científicos, afirman que es "inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra". También afirman que los recientes fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo pueden relacionarse con el cambio climático, y que estos fenómenos serán cada vez más frecuentes en los próximos años a menos que las emisiones de carbono disminuyan, y rápido. El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha calificado los resultados de "código rojo para la humanidad".1 En resumen: el cambio climático está aquí, los seres humanos son responsables y hay que tomar medidas urgentes para evitar consecuencias más terribles.

Con el telón de fondo de las olas de calor, los incendios forestales y las inundaciones repentinas que se producen en todo el mundo, cada vez está más claro que, además del impacto que estas catástrofes tienen en nuestra salud física, también están pasando una gran factura a nuestra salud mental. Ni que decir tiene que las catástrofes naturales tienen graves consecuencias psicológicas para las personas que las sufren en carne propia, como traumas, conmoción y trastorno de estrés postraumático (TEPT). Tras el huracán Katrina, por ejemplo, el suicidio y la ideación suicida aumentaron más del doble en las comunidades afectadas, más del 16% de los supervivientes cumplían los criterios del TEPT y casi la mitad de ellos desarrollaron un trastorno de ansiedad o del estado de ánimo.2 A medida que aumente la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, también lo hará la prevalencia de estos síntomas.

Más recientemente, sin embargo, los investigadores (y terapeutas) también han observado un aumento de otro tipo de angustia relacionada con el clima. La ecoansiedad, definida como el miedo crónico a la fatalidad medioambiental, se observa tanto en personas directamente afectadas por el cambio climático como en otras más alejadas, pero preocupadas por el estado actual de la (in)acción climática y el futuro del medio ambiente.

En medio de este aumento de la angustia mental, una pregunta abierta es si el aumento de los niveles de ansiedad ecológica podría tener un lado positivo: incitarnos a tomar medidas sobre las emisiones. Los investigadores intentan determinar si esta respuesta emocional es ventajosa o perjudicial, y qué variables pueden hacer más probable el primer resultado. Aunque la investigación en este campo está aún en sus primeras fases, pocos discutirían que este tema es de la máxima importancia.

Los altibajos de la ansiedad ecológica

La ansiedad ecológica (también conocida como ansiedad climática) es más frecuente de lo que cabría esperar, y cada vez lo es más. Según una encuesta reciente de la APA, dos tercios de los adultos estadounidenses sienten al menos cierta ansiedad o preocupación por el cambio climático y sus efectos3.

Sin embargo, algunos grupos se ven afectados de forma desproporcionada. Las personas que dependen de actividades basadas en la tierra, incluidas las comunidades indígenas y los agricultores, tienen más probabilidades de experimentar ansiedad ecológica, ya que se encuentran en primera línea de la crisis climática. Los jóvenes se ven más afectados que los adultos de más edad: el 47% de los adultos jóvenes de EE.UU. afirman que el estrés por el cambio climático afecta a su vida cotidiana3.

Aunque la ecoansiedad es una respuesta perfectamente racional teniendo en cuenta el estado de nuestro entorno natural, aún se está investigando si podría ser beneficiosa para motivar comportamientos proambientales. Los investigadores han descubierto que, para algunos individuos, la preocupación habitual por el calentamiento global puede ser poco constructiva y formar parte de una "disfunción intrapersonal", mientras que para otros puede ser una respuesta constructiva correlacionada con determinantes de los comportamientos proambientales, incluidos comportamientos proambientales anteriores y una identidad "verde "4.

Para separar estos diferentes efectos, un estudio dividió el concepto de ecoansiedad en tres subcomponentes: eco-depresión, eco-enfado y eco-ansiedad.5 Los investigadores descubrieron que la eco-depresión y la eco-ansiedad pueden contribuir (o al menos coexistir) a una peor salud mental, mientras que el eco-enfado estaba moderadamente asociado a una menor ansiedad, depresión y estrés.

¿Qué componentes de la ecoansiedad motivaban a la gente a actuar? Los resultados mostraron que el eco-enfado y la eco-depresión estaban relacionados con un mayor compromiso en la acción colectiva a favor del medio ambiente, mientras que la eco-ansiedad predecía una menor acción colectiva. El eco-enfado fue también el único estado significativamente asociado con mayores intentos personales de actuar. Sin embargo, la Dra. Ashley Cunsolo, geógrafa sanitaria especializada en los factores determinantes de la salud indígena, advierte de que, aunque la ira por los problemas climáticos es legítima y debe apoyarse, según su experiencia, puede no ser sostenible y causar agotamiento a largo plazo.6

En la cuerda floja: Gestionar la ansiedad ecológica y luchar contra el cambio climático

Como hemos visto, la ecoansiedad puede tener efectos muy perjudiciales para nuestra salud mental. Y aunque el enfado por el cambio climático puede inspirarnos a actuar, no está claro que sea sano o productivo permanecer eco-enojado para siempre. Entonces, ¿cómo podemos fomentar un equilibrio entre mantener un nivel saludable de preocupación por nuestro planeta y evitar al mismo tiempo un empeoramiento de la actual crisis mundial de salud mental?

En primer lugar, es importante tener en cuenta que unos niveles moderados de ecoansiedad son una respuesta completamente normal a la crisis actual y a veces pueden ser útiles para impulsar la acción. Al mismo tiempo, debido a la angustia causada por la ecoansiedad y otros trastornos psicológicos relacionados con el clima, el Dr. Cunsolo sugiere que necesitamos soluciones rápidamente ampliables para abordar los retos de salud mental asociados al medio ambiente. Estas soluciones deben integrarse en los sistemas sanitarios, junto con mejores oportunidades de evaluación y apoyo7.

Una nueva frontera en el tratamiento de la ansiedad ecológica son las terapias individuales y de grupo basadas en pruebas. Muchas personas se sienten aisladas y avergonzadas por su ecoansiedad, y unirse a una comunidad de apoyo puede ayudar a aliviar estos sentimientos. Por ejemplo, la Good Grief Network ofrece un programa de 10 pasos para aumentar la resiliencia, la autonomía y fomentar los lazos comunitarios en un clima caótico.

El Dr. Cunsolo también menciona la importancia de desarrollar respuestas sanas orientadas a la familia ante este problema debido al grado de su impacto en la juventud. También es importante señalar que los grupos que experimentan ecoansiedad a menudo también tienen peor acceso a los recursos de salud mental, por lo que es necesario un enfoque de equidad sanitaria para abordar este problema.8

La importancia de aumentar la resiliencia

La ansiedad ecológica puede llevarnos a veces a adoptar comportamientos activistas y proambientales, pero todavía se debate si estos comportamientos pueden aliviar nuestra ansiedad. Algunos investigadores sostienen que los síntomas de la ecoansiedad pueden reducirse mediante acciones que aborden la amenaza subyacente, especialmente la acción colectiva.

Sin embargo, Caroline Hickman, psicoterapeuta especializada en el clima, sostiene que utilizar únicamente este mecanismo de afrontamiento puede, paradójicamente, hacernos menos resistentes.9 Afirma que pasar directamente de la angustia a la acción elimina la oportunidad de crear tolerancia a la ansiedad y a otras emociones desagradables relacionadas con el medio ambiente.10 Dedicar tiempo al "activismo interno" -procesar nuestras emociones relacionadas con la crisis climática- es tan importante como el "activismo externo".10 Este procesamiento puede ayudarnos a afrontar los inevitables retos emocionales y a evitar el agotamiento mientras actuamos.

Para aliviar la ecoansiedad pueden emplearse muchas técnicas de procesamiento de emociones, como las prácticas de atención plena procedentes del budismo o las prácticas de terapia de grupo antes mencionadas. El Dr. Jo Hamilton recomienda el uso de Metodologías Emocionales (ME), que (al igual que el mindfulness y otros tipos de procesamiento emocional) se centran en la reflexividad.10 Las ME crean oportunidades para reconocer y apoyar las emociones dolorosas, ayudando a las personas a procesarlas y a reconocer su capacidad para actuar. Las investigaciones de Hamilton demuestran que las ME permiten a las personas actuar de forma más profunda y sostenible.

Conclusión

Aunque la ecoansiedad puede ayudarnos a tomar medidas contra el cambio climático, debemos estar preparados para apoyar a una creciente comunidad de personas ecoansiosas y ayudarles a gestionar su angustia psicológica. Los sistemas de salud mental y los responsables políticos deben reconocer que se trata de una amenaza creciente, y los profesionales deben estar preparados para validar y responder a estas emociones en sus clientes, especialmente en el caso de las personas procedentes de los grupos marginados más afectados por el cambio climático.

Por desgracia, con demasiada frecuencia las personas se sienten aisladas en sus preocupaciones climáticas e intentan abordar el problema por sí solas. Si estás luchando contra la ansiedad climática, debes saber que tienes muchas opciones de apoyo a tu disposición en varios niveles de atención. Aunque puede llevar tiempo encontrar la opción que funcione para ti, puede que sea la que te permita sentirte optimista y emprender acciones significativas en este momento tan importante.

References

  1. Root, T. (2021, 10 de agosto). Cinco extractos clave del informe de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/climate-environment/2021/08/10/ipcc-report-un-takeaways/
  2. Clayton, S., Manning, C. M., Krygsman, K., & Speiser, M. (2017). La salud mental y nuestro clima cambiante: Impactos, implicaciones y orientación. Washington, D.C.: Asociación Americana de Psicología. https://www.apa.org/news/press/releases/2017/03/mental-health-climate.pdf
  3. Asociación Americana de Psicología. (2020, 6 de febrero). La mayoría de los adultos estadounidenses cree que el cambio climático es el problema más importante en la actualidad. Asociación Americana de Psicología. https://www.apa.org/news/press/releases/2020/02/climate-change.
  4. Verplanken, B., Marks, E., & Dobromir, A. I. (2020). On the nature of eco-anxiety: How constructive or unconstructive is habitual worry about global warming? Journal of Environmental Psychology, 72, 101528. https://doi.org/10.1016/j.jenvp.2020.101528
  5. Stanley, S. K., Hogg, T. L., Leviston, Z., & Walker, I. (2021). From anger to action: Differential impacts of eco-anxiety, eco-depression, and eco-anger on climate action and wellbeing. The Journal of Climate Change and Health, 1, 100003. https://doi.org/10.1016/j.joclim.2021.100003
  6. Asociación Americana de Psicología. (2021). Hablando de Psicología: Cómo hacer frente a la ansiedad climática, con Thomas Doherty, PsyD, y Ashlee Cunsolo, PhD. Asociación Americana de Psicología. https://www.apa.org/research/action/speaking-of-psychology/eco-anxiety.
  7. Cunsolo, A., Harper, S. L., Minor, K., Hayes, K., Williams, K. G., & Howard, C. (2020). Duelo y ansiedad ecológicos: ¿El inicio de una respuesta saludable al cambio climático? The Lancet Planetary Health, 4(7). https://doi.org/10.1016/s2542-5196(20)30144-3
  8. Cunsolo, A., & Ellis, N. R. (2018). Duelo ecológico como respuesta de salud mental a la pérdida relacionada con el cambio climático. Nature Climate Change, 8(4), 275-281. https://doi.org/10.1038/s41558-018-0092-2
  9. Wray, B. (2021, 9 de junio). Recapitulación: Why activism isn't *really* the cure for eco-anxiety and eco-grief. Gen Dread. https://gendread.substack.com/p/recap-why-activism-isnt-really-the.
  10. Hamilton, J. (2020). Emotional methodologies for climate change engagement: Towards an understanding of emotion in civil Society Organisation (cso)-public engagements in the UK (tesis doctoral).

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