Kids drawing

Por qué los niños pueden ser mejores economistas que los economistas

read time - icon

0 min read

Nov 23, 2017

¿Podrían ser los niños los responsables políticos de hoy en día? Los economistas conductuales son alabados por explicar algunas de las causas obvias del comportamiento humano, y con razón. Aunque la mayoría de las veces es lo que tenemos delante de las narices lo que pasa desapercibido. Los niños, sin embargo, parecen inmunes a este lapsus.

Una investigación de Kenneth J. Arrow sobre la "Racionalidad propia y ajena en un sistema económico", postula que "una forma aceptable y fundamental de poner a prueba la teoría económica es comprobar directamente la racionalidad económica de individuos aislados de la experiencia interactiva en la institución social y económica". Durante la infancia, una mente primitiva tiene poca predisposición cognitiva al sesgo de selección, el fanatismo u otros efectos adversos que suelen observarse en el comportamiento del mundo real. No se trata de cuestionar el arte de la economía, sino la ciencia.

Nacidos con la capacidad innata de procesar transacciones económicas sencillas, quizá nuestras mentes "maduras" han llegado a complicar en exceso el pensamiento económico. Por ejemplo, un día, mientras conducía por un suburbio bajo el sofocante sol de julio, un joven proveedor de limonada se instaló en el jardín delantero de la casa de su familia, vendiendo limonada a 50 céntimos el vaso. Justo al lado de su mesa, un chico de la misma edad anunciaba "Joe's Iced Tea" (té helado de Joe), y a sólo 40 céntimos la taza era una ganga. Es el mejor ejemplo de estrategia de precios microeconómicos competitivos que he visto, especialmente en un niño de 8 años. Propongo que soy yo quien se comporta mal como estudiante de economía, y que los 40 céntimos que le pagué a Joe no tienen ni de lejos el mismo valor que los 2 céntimos que me dio él.

En una investigación de 1958 sobre "Las primeras concepciones infantiles de las relaciones económicas", un grupo de investigación de la Universidad de Melbourne planteó preguntas triviales sobre diversos procesos económicos a un grupo de niños de entre 5 y 8 años (por desgracia, Joe aún no había nacido). Constatan un estadio inicial de desarrollo precategorial en el que no existe un ámbito de conceptos económicos diferenciado de los conceptos sociales en general. Los Kahneman y los Tversky del mundo se alegran.

Un enfoque normativo

Aunque un enfoque económico estándar basa el razonamiento racional en un agente totalmente informado e imparcial, hay por supuesto casos en los que nos portamos mal, como sostendría el economista ganador del Nobel Richard Thaler. Esta visión de la economía representa una convención inocua a menudo insatisfactoria para describir el comportamiento humano. A través de una lente normativa se hace evidente por qué el 35% de los canadienses todavía no ahorran lo suficiente para la jubilación y por qué había una deuda pendiente de tarjetas de crédito de 94.200 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2016. Está claro que las personas no siempre toman las decisiones más racionales.

Del mismo modo, en el vídeo de YouTube "niños contra galletas", un investigador presenta a los niños la opción de comerse una galleta ahora o, si están lo bastante decididos a esperar, recibir dos más tarde. Se les nota la expectación y, sin duda, se les hace la boca agua ante el delicioso producto horneado que tienen sobre la mesa. Su lucha interna es evidente, y la mayoría de ellos ceden a una tentación que supera la perspectiva de saciarse en el futuro. ¿Acaso los adultos no nos enfrentamos a diario a la misma batalla? Sin duda, el cristal que nos separa del expositor de donuts no es tan molesto como la barrera mental que nos separa de la cinta de correr. Lo sorprendente, y tal vez decepcionante, es que saltamos obstáculos físicos para hacer algo malo, pero nos resistimos a hacer algo bueno.

¿Cuáles son las consecuencias?

Cuando somos adultos, a menudo echamos la vista atrás y nos preguntamos en qué momento nuestro cerebro dejó de funcionar como el de un niño. Mientras que lo que está en juego crece a medida que envejecemos y las decisiones se hacen más complejas, ¿cómo podría aplicarse una visión clara, imparcial y sin experiencia para resolver los problemas más enojosos de la actualidad? Uri Gneezy, colaborador habitual de la saga "Freakonomics", señala la importancia de abordar el fanatismo desde el principio. Gneezy sugiere que la mejor manera de cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres es invertir en educación. Recuerdo que de niña me preguntaba por qué mi mejor amigo tenía la piel de otro color, pero lo hacía por curiosidad. Ya sea por discriminación de género o de raza, la animadversión es una lamentable enfermedad contraída por contaminación socioambiental.

La cuestión es que hemos evolucionado a partir de un proceso primordial de cognición y mantenemos un patrón de pensamiento similar a lo largo de nuestra vida. Es evidente que existe una disociación, ya que los adultos no podemos comprender los procesos de pensamiento de un niño. Dado que a menudo buscamos el consejo de un tercero imparcial en nuestro proceso de toma de decisiones, ¿cómo podría ser malo implicar a los niños en la elaboración de políticas? Es una estrategia imprudente que requiere poca inversión, aparte de tiempo y pacientes necesariamente, pero un esquema sencillo al fin y al cabo. Quizá a todos nos vendría bien que los responsables políticos hicieran honor a la tradición del "Día de llevar a nuestros hijos al trabajo".

Conclusión

Para concluir, los estudios mencionados proporcionan un marco destacado a partir del cual los futuros académicos podrán evaluar el grado de comprensión de los niños de los problemas del mundo real y la mecánica subyacente de las posibles medidas políticas. Lo bueno es que siempre habrá una población de niños de 5 a 8 años de todos los orígenes demográficos y socioeconómicos dispuesta a dar su opinión.

A pesar de tu intuición y tu destreza académica, siéntate a la mesa de los niños y escucha. Puede que aprendas algo.

References

Danziger, K. 1958. "Childre's Earliest Conceptions of Economics Relationships (Australia)". Journal Of Social Psychology 47, nº 2: 231. Índice complementario, EBSCOhost (consultado el 22 de noviembre de 2017).

Gneezy, Uri. Why axis: hidden motives and the undiscovered economics of everyday life. Nueva York: Public Affairs, 2016.

Kahneman, Daniel. Pensar, rápido y despacio. New York: Farrar, Straus and Giroux, 2015.

Kenneth J. Arrow, autor. 1986. "Racionalidad propia y ajena en un sistema económico". The Journal Of Business no. 4: S385. JSTOR Journals, EBSCOhost (consultado el 22 de noviembre de 2017).

Noticias, CBC. "El hábito del ahorro: El censo muestra que 2/3 de los canadienses lo tienen". CBCnews. 13 de septiembre de 2017. Consultado el 22 de noviembre de 2017. https://www.cbc.ca/news/business/census-canadian-saving-1.4287219.

Noticias, CBC. "El canadiense medio debía 21.912 dólares a finales de 2016, sin incluir la hipoteca". CBCnews. 08 de marzo de 2017. Consultado el 22 de noviembre de 2017. https://www.cbc.ca/news/business/canada-credit-cards-transunion-1.4015250.

Thaler, Richard H. Misbehaving: the making of behavioral economics. Lugar de publicación no identificado: Instaread, 2016.

About the Author

Read Next

Notes illustration

Eager to learn about how behavioral science can help your organization?