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El vagón prohibido: ¿Son las prohibiciones la mejor manera de resolver el problema del plástico?

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Mar 13, 2019

Una abrumadora ola de activismo de los consumidores se ha desplegado en apoyo de la campaña para eliminar las pajitas de plástico de un solo uso, iniciada en 2017 por Lonely Whale. Este tipo de interés de los consumidores por el medio ambiente no es en absoluto un fenómeno nuevo. Ya en 1970, en el primer Día de la Tierra de la historia, 20 millones de personas en Estados Unidos se unieron a la protesta para concienciar sobre el impacto humano en el medio ambiente. Fue una de las primeras manifestaciones generalizadas y unificadas de preocupación por la contaminación en Norteamérica (y en el mundo).

Estas primeras preocupaciones no han hecho sino reforzarse con el tiempo, ya que los consumidores exigen cada vez más transparencia y responsabilidad a las empresas sobre su impacto medioambiental. Según un estudio mundial realizado el año pasado, el 81% de los consumidores afirman ahora que consideran "extremadamente importante" que las empresas introduzcan cambios para ayudar al medio ambiente [1].

La psicología del activismo de los consumidores

A pesar de no ser nuevo, la rapidez con la que se ha extendido el movimiento contra las pajitas de plástico es notable. Iniciado por la campaña "Strawless in Seattle" en 2017, el apoyo se ha extendido como la pólvora. Ha tenido repercusión internacional y ha recibido el apoyo de numerosas celebridades, desde Amanda Seyfried hasta Russell Crowe. El hashtag #StopSucking alcanzó un alcance en las redes sociales de más de 304 millones en solo los primeros cuatro meses [2], y Lonely Whale cree que más de 29 millones de pajitas se han mantenido fuera del sistema de residuos como resultado [3].

Sin embargo, según National Geographic, las pajitas de plástico sólo representan una pequeña proporción (0,025%) de los residuos plásticos de nuestros océanos. Teniendo esto en cuenta, ¿por qué esta campaña en concreto ha tenido tanto éxito a la hora de recabar nuestro apoyo? A este respecto, no es casualidad que Dune Ives, Directora Ejecutiva de Lonely Whale, sea doctora en Psicología.

Aunque admite que el movimiento de la paja en sí no es más que una "puerta de entrada" para cambios más amplios, analiza los factores estratégicos que intervienen en el fomento de un cambio de comportamiento a tan gran escala. Destaca la importancia de ofrecer a los consumidores la opción de adoptar este cambio por sí mismos, en lugar de imponerles un mandato, porque "en general, la gente rechaza que se le diga lo que tiene que hacer" [4]. En esencia, la campaña ha sido un "empujón" muy eficaz.

¿Por qué es importante la elección para fomentar la conciencia medioambiental?

Y lo que es más importante, las personas han podido elegir si querían renunciar al uso de pajitas de plástico. Esto significa que si participamos en el movimiento, lo hacemos de forma activa, deliberada y repetida. Si a los consumidores se les ofrece esta opción cada vez que entran en una cafetería, significa que su cerebro debe participar en un proceso activo de toma de decisiones cada vez. Si los clientes cambian su comportamiento habitual porque la nueva elección se ajusta mejor a su sistema de valores, este proceso crea lo que se conoce como cambio de actitud "interiorizado": una auténtica alteración de las creencias y comportamientos privados, que continuarán en privado [5].

Por el contrario, si se impone una norma a los clientes, éstos podrían cumplirla sin estar necesariamente de acuerdo con ella. Esto se conoce como simple "acatamiento" y, por lo general, sólo se lleva a cabo de forma pasiva o en público. La interiorización, en cambio, genera un cambio de actitud más duradero y, por lo general, produce cambios de comportamiento en cadena.

En el caso de las pajitas de plástico, los consumidores asimilan el espíritu de reducción de los residuos plásticos y toman medidas para reducir el uso de plástico en otros productos. Esto podría significar que mañana, de camino al trabajo, esa persona cogería una petaca para llevarla consigo en lugar de aceptar su habitual vaso de café desechable. Además, puede que se anime a comprar recipientes reutilizables en lugar de bolsas de congelación de un solo uso para guardar las sobras de la cena.

El poder del consumidor

El fuerte compromiso individual con la causa de las pajitas de plástico también ha llevado a los consumidores a exigir cambios a las empresas. Por ejemplo, un resultado muy elogiado de la campaña ha sido la introducción de la prohibición de las pajitas de plástico de un solo uso (y, en algunos casos, de otros plásticos de un solo uso) por parte de diversas organizaciones, desde Starbucks a Disney, pasando por el Parlamento Europeo.

Los consumidores pueden impulsar este tipo de cambio ejerciendo su poder adquisitivo, recurriendo al boicot y al "buycotting": pueden dejar de comprar a marcas con cuyos valores no estén de acuerdo, o comprar deliberadamente a empresas éticas como muestra de apoyo [6]. Los resultados son impresionantes; por ejemplo, McDonald's ya ha sustituido las pajitas de plástico por otras de papel en sus sucursales del Reino Unido, lo que por sí solo ha eliminado 1,8 millones de pajitas de plástico al día. Esto revela el impresionante poder del activismo de los consumidores y la magnitud de los cambios que es capaz de provocar.

Ventajas de la prohibición de las pajitas de plástico

Sin duda, cuando entren en vigor todas las prohibiciones prometidas, se reducirán significativamente los residuos generados por las pajitas de plástico de un solo uso. Aunque, sobre todo, la reducción se logrará alejando la decisión de los consumidores. Merece la pena considerar el impacto que esto tendrá en el comportamiento de los consumidores en relación con otras fuentes de residuos plásticos (proporcionalmente mucho mayores).

La propia Ives ha señalado que la campaña de las pajitas de plástico "no trata realmente de pajitas" [7], sino que es un punto de partida para iniciar una conversación más amplia sobre un problema mayor. El enfoque actual está haciendo un trabajo impresionante al mantener el problema general de los residuos plásticos en el radar público y recordar constantemente a los consumidores el impacto del consumo individual de plástico.

Las trampas de la prohibición de las pajitas de plástico

Sin embargo, si las pajitas de plástico se prohíben en lugar de opt-out, ya no se exigirá una decisión, ni a las empresas ni a sus clientes. Es muy posible que los consumidores dejen de pensar en el material del que están hechas las pajitas en su cafetería local, y los compromisos de inclusión voluntaria en las redes sociales serán redundantes. Por lo tanto, es menos probable que los clientes interioricen el espíritu del movimiento o se sientan motivados para reducir el consumo de otros productos de plástico. Por tanto, imponer prohibiciones podría restringir los efectos positivos de la "interiorización".

En consecuencia, es más probable que las prohibiciones den lugar a un tipo pasivo de cambio de comportamiento: la simple "conformidad". El cumplimiento es un tipo de conformidad más superficial, e implica seguir una norma sin experimentar ningún cambio de actitud privado. Por ejemplo, si todas las cafeterías locales empiezan a servir bebidas sin pajita, no es probable que los consumidores se quejen; sin embargo, la decisión entre "con pajita" y "sin pajita" ya está tomada, sin que se les haya llamado la atención. Esto podría suponer restringir algunos de los cambios en cadena a mayor escala que se han fomentado hasta ahora (tanto en particulares como en empresas) mediante un movimiento a favor de la pajita.

Seguir avanzando

Así pues, conservar la posibilidad de elegir los materiales tiene importantes ventajas, lo que significa que tanto las empresas como los consumidores deben optar por mejores opciones y pensar activamente en los materiales que consumen. Por supuesto, las opciones positivas para el medio ambiente pueden reforzarse, y no sólo con pajitas. Algunas cafeterías ya ofrecen descuentos como recompensa por llevar tu propio termo. Además, podrían imponerse costes más elevados por el uso de utensilios de plástico. Experimentar estas consecuencias cada vez que se toma un café por la mañana puede dar un empujón hacia el cambio de hábitos y, poco a poco, hacia la creación de nuevas normas.

Si el cambio de actitud se consigue de forma adecuada y profunda, es más probable que el activismo de los consumidores que estamos viendo actualmente mantenga su impulso. En el futuro, podría canalizarse hacia cambios mayores y más impactantes. Existe la posibilidad de apuntar a los mayores culpables para que introduzcan los cambios que necesitamos, como exigir a todos los supermercados que sigan el ejemplo de Budgens y se comprometan a introducir envases sin plástico.

En última instancia, es fundamental estudiar detenidamente la forma más eficaz de cambiar los resultados medioambientales, y puede ser útil recordar la táctica del propio Ives: pedir a los consumidores que "adopten su propia agencia" [4]. Al fin y al cabo, si las actitudes cambian, los comportamientos también lo harán.

References

[1] Los compradores sostenibles compran el cambio que desean ver en el mundo. (2018, 11 de agosto). Obtenido de https://www.nielsen.com/content/corporate/us/en/insights/reports/2018/the-education-of-the-sustainable-mindset.html

[2] Lonely Whale, consultado el 27 de diciembre de 2018, https://www.lonelywhale.org/stopsucking/. Entry from the 10th Annual Shorty Awards, consultado el 17 de diciembre de 2018, https://shortyawards.com/10th/strawless-ocean-campaign.

[3] Dune Ives, "The Gateway Plastic", Global Wildlife Conservation, 19 de octubre de 2017,https://www.globalwildlife.org/2017/10/19/the-gateway-plastic/.

[4] Herbert C. Kelman, "Compliance, identification, and internalization: Three processes of attitude change", Journal of Conflict Resolution, nº 1 (1958), 51-60:https://doi.org/10.1177/002200275800200106.

[5] Weber y Shandwick. (2018). Batalla de los Wallers: El cambiante panorama del activismo de los consumidores. Obtenido del sitio web: https://webershandwick.co.uk/wp-content/uploads/2018/01/Battle-of-the-wallets report-UK.pdf, Radhika Viswanathan, "Why Starbucks, Disney, and the EU are all shunning plastic straws", Vox, 21 de diciembre de 2018, https://www.vox.com/2018/6/25/17488336/plastic-straw-ban-ocean-pollution.

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