¿Por qué los hombres creen que las mujeres siempre coquetean con ellos?

Sesgo de sobrepercepción sexual

explicó.
Bias

¿Qué es el sesgo de sobrepercepción sexual?

El sesgo de sobrepercepción sexual se refiere a la tendencia a sobrevalorar el interés sexual de otro individuo por uno mismo. El sesgo se da predominantemente en los hombres, que son más propensos a sobrestimar el interés sexual de una mujer, mientras que las mujeres son más propensas a subestimar el de un hombre.

Dónde se produce

Es fácil recordar a un amigo o conocido optimista que cree que todas las camareras coquetean con él. Cada vez que una mujer le sonríe, saca conclusiones promiscuas.

Aunque la tendencia perceptiva del hombre "creo que ella siente algo por mí" es un estereotipo común que ha hecho su aparición en innumerables comedias románticas y comedias de situación, existe una rica capa de teoría evolutiva y pruebas experimentales bajo el cliché de género.

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Efectos individuales

Dado que la intención sexual rara vez se expresa explícitamente, está sujeta a malentendidos e imprecisiones. Las investigaciones demuestran que los hombres son más propensos a sobrevalorar el interés sexual de una posible pareja, mientras que las mujeres son más propensas a subvalorarlo.1 Este hallazgo no implica que todos los hombres sobrevaloren el interés sexual, ni que tal sobrevaloración no pueda darse entre las mujeres. Sin embargo, sí implica que los hombres son más propensos a este sesgo que las mujeres.

Independientemente de las notables diferencias de sexo, el prejuicio puede llevar a interacciones sociales incongruentes en las que un individuo asume falsamente que otro está interesado en él sexualmente. Si esta suposición se lleva a la práctica, puede dar lugar a una interacción inapropiada o incómoda entre los individuos, y en el contexto del lugar de trabajo, estas percepciones erróneas pueden obstaculizar las relaciones presentes y futuras entre compañeros.

Efectos sistémicos

El sesgo de sobrepercepción sexual desbocado a nivel de grupo puede dar lugar a culturas laborales tóxicas en las que las mujeres se encuentran a menudo en situaciones incómodas cuando sus colegas masculinos presumen falsamente de interés sexual.

Numerosos estudios han revelado que, aunque el sesgo de la sobrepercepción sexual es mayor entre los hombres, este efecto puede explicarse por el nivel de sociosexualidad de la persona, es decir, su disposición a mantener relaciones sexuales fuera de una relación estable.2 En un estudio, en el que los participantes juzgaban la coquetería de las caras, las puntuaciones de sociosexualidad explicaban en realidad una mayor proporción de la sobrepercepción que el sexo por sí solo (cabe señalar que la sociosexualidad suele ser mayor entre los hombres como grupo en la mayoría de las culturas.3)

Los espacios sociales donde hay una mayor prominencia de la sociosexualidad (por ejemplo, los campus universitarios) pueden ser más propensos al sesgo de sobrepercepción sexual. En una línea similar, la investigación sobre el sesgo también ha descubierto que los hombres con mayor masculinidad son más propensos a la sobrepercepción sexual.4 Esto podría significar que los lugares de trabajo con mayores niveles de cultura masculina experimentarían más casos de sesgo de sobrepercepción sexual.

Por qué ocurre

Las ideas de la biología evolutiva son en gran medida responsables de las teorías más destacadas sobre por qué observamos un sesgo de sobrepercepción sexual. Como las tasas de reproducción pueden ser más altas en los hombres que en las mujeres, a los hombres les resulta más "costoso" perder una oportunidad de apareamiento que a las mujeres, y estas diferencias en los costes hacen que los hombres sean más sensibles a las señales sexualmente oportunistas. En términos menos académicos: puesto que los hombres no tienen que pasar por el laborioso camino de la crianza para transmitir su ADN, se inclinan naturalmente a estar más atentos a la posibilidad de sexo, ya que para ellos es menos costoso replicar sus genes que para las mujeres.

Con una mayor atención implícita, la prevalencia de falsos positivos a la hora de juzgar el interés sexual es inevitable. Sin embargo, este tipo de error cognitivo ha persistido a lo largo de generaciones de homo sapiens, y es el quid de la teoría de la gestión del error (EMT, por sus siglas en inglés).5 La EMT sugiere que ciertos sesgos cognitivos pueden persistir a lo largo de los procesos evolutivos cuando el coste de un tipo de error es mayor que el de la alternativa. Para los machos biológicos, un falso positivo manifestado en el sesgo de sobrepercepción sexual es menos costoso que un falso negativo, en el que una mujer estaría expresando interés sexual pero el hombre no se daría cuenta (¡no habría replicación genética para él!).

Las explicaciones evolucionistas como la EMT están muy cargadas de teoría y, aunque pueden ofrecer una historia convincente a cualquiera que valore la lógica darwiniana, es importante tener en cuenta que si hay algo de verdad en ellas, es probable que sólo sea una parte de la historia, ya que la naturaleza y la crianza a menudo trabajan juntas en lugar de separadas.

Algunos expertos han rebatido el punto de vista evolutivo, sugiriendo que las diferencias de sexo halladas en la investigación pueden eliminarse explorando otras diferencias individuales aparte del sexo, como la sociosexualidad, como se ha destacado anteriormente, así como el atractivo autocalificado y el interés sexual personal en la otra persona.1 Otros, por su parte, han sugerido que el sesgo depende de la cultura y no está determinado por el sexo, lo que significa que la sobrepercepción es producto de normas sociales en las que se espera que los hombres inicien el comportamiento sexual. Sin embargo, un estudio realizado en Noruega, un país con un alto grado de igualdad de género e igualitarismo, también descubrió que la sobrepercepción sexual se producía de forma desproporcionada en los hombres en comparación con las mujeres, lo que respalda el marco EMT.6

Por qué es importante

El sesgo de sobrepercepción sexual es un error cognitivo de gran alcance, ya que potencialmente se encuentra en el núcleo de una serie de incidentes de acoso laboral. En un entorno empresarial en el que las personas suelen ser muy cordiales y amables entre sí, la posibilidad de que se produzcan percepciones erróneas sobre el interés sexual es, por desgracia, enorme.

Un estudio realizado en 2016 por un grupo de trabajo especial de la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos7 reveló que el 60 % de las mujeres afirman haber sufrido "atención sexual no deseada, coacción sexual, conducta sexualmente grosera o comentarios sexistas" en el lugar de trabajo. Aunque no cabe duda de que hay una serie de factores que contribuyen a este problema, abordar el sesgo de la sobrepercepción sexual es un sólido punto de partida para comprender y rectificar las injusticias que sufren las mujeres en el lugar de trabajo.

Cómo evitarlo

Si bien es importante tener en cuenta el sesgo de la sobrepercepción sexual a la hora de emitir un juicio sobre el interés sexual de otra persona, es aún más crucial hacerlo al considerar si se debe actuar en función del interés sospechado. Hay que considerar si el momento y el lugar son apropiados para sondear tal creencia. También puede ser útil considerar las pruebas en tercera persona. Si hubieras visto a una mujer sujetar la puerta y sonreír a otro hombre, ¿apostarías realmente a que le está seduciendo? Como dice el antídoto coloquial contra la vanidad: No te hagas ilusiones.

Cómo empezó todo

El sesgo de sobrepercepción sexual apareció por primera vez en la literatura académica en 1982, a raíz de un artículo de Antonia Abbey.8 El estudio de laboratorio de Abbey reveló que los participantes masculinos percibían a las actrices como más seductoras. También descubrió que los hombres eran más propensos que las mujeres a percibir las interacciones en términos sexuales y a emitir juicios sexuales, y que los participantes masculinos parecían percibir la mera amabilidad de las mujeres como seducción.

Desde el artículo original de Abbey, numerosos estudios han reproducido sus conclusiones utilizando diversas metodologías. Aunque la idea de que el sesgo de sobrepercepción sexual es un fenómeno mayoritariamente masculino persiste en toda la investigación, la interpretación de tal afirmación sigue siendo dispar, y algunos dudan en sacar conclusiones evolutivas, argumentando que hay más matices en el efecto aparte de las meras diferencias de sexo.

Ejemplo 1 - #MeToo

Sin referirnos a ningún caso concreto, no es difícil imaginar un incidente en el que una subordinada muestre simpatía hacia un superior masculino, que a su vez lo interprete como interés sexual y posteriormente haga avances hacia la mujer.

Estas asimetrías sociales interpretativas resultan demasiado familiares en el contexto del sesgo de sobrepercepción sexual. Con percepciones de interés sexual derivadas de información tan sutil como el lenguaje corporal,9 a pesar de su inexactitud, estas percepciones erróneas pueden conducir al comportamiento inapropiado que finalmente leemos en el periódico. Muchos de los hombres implicados en estos sonados casos #MeToo afirman que la situación fue un malentendido o un error de comunicación.

Ejemplo 2 - Citas rápidas

Los investigadores Carin Perilloux, Judith Easton y David Buss utilizaron un paradigma de citas rápidas para explorar el sesgo de la sobrepercepción sexual.10 Hicieron que participantes universitarios de sexo opuesto rotaran por una habitación manteniendo conversaciones de 3 minutos sobre temas neutros. Perilloux y sus colegas descubrieron el efecto habitual: que los hombres sobrestimaban el interés sexual de las mujeres mientras que ellas lo subestimaban. Curiosamente, descubrieron que la magnitud de la sobrepercepción de los hombres estaba relacionada con el atractivo físico de la mujer. En otras palabras, los hombres eran más propensos a pensar que una mujer estaba interesada en ellos cuando pensaban que esa mujer era atractiva.

Resumen

Qué es

El sesgo de sobrepercepción sexual se refiere a la tendencia a sobrepercibir el interés sexual de otro individuo.

Por qué ocurre

Muchos apoyan el marco evolutivo de la teoría de la gestión del error para explicar el sesgo de la sobrepercepción sexual. Sin embargo, existen otras diferencias individuales aparte del sexo que pueden explicar algunos de los efectos. En general, es probable que el fenómeno sea el resultado de varios factores.

Ejemplo 1 - #MeToo

El sesgo de sobrepercepción sexual aporta un contexto psicológico al polémico debate en torno al movimiento #MeToo. Aunque el sesgo no puede decirnos qué situaciones son apropiadas y cuáles no, sí puede ofrecernos una visión del porqué de algunas de estas incidencias problemáticas.

Ejemplo 2 - Citas rápidas

Los investigadores aplicaron un paradigma de citas rápidas para explorar el sesgo de sobrepercepción sexual. Pudieron replicar los resultados clásicos, y también descubrieron que los hombres eran aún más propensos a sobrepercibir el interés sexual cuando la mujer era atractiva.

Cómo evitarlo

Como ocurre con muchos sesgos cognitivos, ayuda reconocer que lo que uno ve no siempre es lo que ven los demás. Vemos lo que creemos, y esas creencias no siempre son ciertas. En los casos de sesgo de sobrepercepción sexual, es importante no sacar conclusiones precipitadas basadas en una percepción potencialmente errónea.

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Referencias

  1. Lee, A. J., Sidari, M. J., Murphy, S. C., Sherlock, J. M., & Zietsch, B. P. (2020). Sex differences in misperceptions of sexual interest can be explained by sociosexual orientation and men projecting their own interest onto women. Psychological science31(2), 184-192.
  2. Howell, E. C., Etchells, P. J., & Penton-Voak, I. S. (2012). The sexual overperception bias is associated with sociosexuality. Personality and Individual Differences53(8), 1012-1016.
  3. Schmitt, D. P. (2005). Sociosexuality from Argentina to Zimbabwe: A 48-nation study of sex, culture, and strategies of human mating. Behavioral and Brain Sciences28(2), 247.
  4. Jacques-Tiura, A. J., Abbey, A., Parkhill, M. R., & Zawacki, T. (2007). Why do some men misperceive women’s sexual intentions more frequently than others do? An application of the confluence model. Personality and Social Psychology Bulletin33(11), 1467-1480.
  5. Haselton, M. G., & Buss, D. M. (2000). Error management theory: A new perspective on biases in cross-sex mind reading. Journal of personality and social psychology78(1), 81.
  6. Bendixen, M. (2014). Evidence of Systematic Bias in Sexual Over-and Underperception of Naturally Occurring Events: A Direct Replication of in a more Gender-Equal Culture. Evolutionary Psychology12(5), 147470491401200510.
  7. Feldblum, C. R., & Lipnic, V. A. (2016). Select Task Force on the Study of Harassment in the Workplace (U.S. Equal Employment Opportunity Commission). Retrieved from https://www.eeoc.gov/select-task-force-study-harassment-workplace
  8. Abbey, A. (1982). Sex differences in attributions for friendly behavior: Do males misperceive females’ friendliness?. Journal of Personality and Social Psychology42(5), 830.
  9. Barrett, L. F. (2018, May 11). Why Body Language Isn’t Sexual Consent, According to Science. Retrieved from https://time.com/5274505/metoo-verbal-nonverbal-consent-cosby-schneiderman/
  10. Perilloux, C., Easton, J. A., & Buss, D. M. (2012). The misperception of sexual interest. Psychological Science23(2), 146-151.
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