Por qué creemos que tenemos más control sobre el mundo del que realmente tenemos

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Ilusión de control

explicó.
Bias

¿Qué es la ilusión de control?

La ilusión de control describe cómo creemos que tenemos más control sobre los acontecimientos del que realmente tenemos. Incluso cuando algo es fruto del azar, a menudo sentimos que podemos influir en ello de alguna manera.

illusion of control

Dónde se produce

Tú y tu familia vais a ver a vuestro equipo de fútbol favorito en el partido del campeonato de liga. Como siempre, tu padre lleva su camiseta de la "suerte" con los colores del equipo. Últimamente le queda un poco pequeña, pero insiste en ponérsela porque cree que aumentará las posibilidades de victoria del equipo.

Efectos individuales

Cuando creemos que tenemos más influencia sobre algo de la que realmente tenemos, podemos acabar eligiendo estrategias fáciles para conseguir algo, en lugar de pensarlo bien y anticiparnos a los problemas que puedan surgir. También puede llevarnos a depositar nuestras esperanzas en la superstición y el pensamiento mágico, cuando la realidad es que estas cosas no van a cambiar nuestra situación.

Efectos sistémicos

Cada vez que se nos anima a sentir que tenemos más control sobre un acontecimiento del que realmente tenemos, corremos el riesgo de tomar malas decisiones. Esto puede contribuir a una serie de comportamientos nocivos. Un ejemplo es la adicción al juego. Las personas que siguen apostando, incluso cuando ya han perdido grandes cantidades de dinero, lo hacen en parte porque creen que tienen habilidades o conocimientos especiales que les ayudarán a ganar a lo grande.1

Por qué ocurre

Nos gusta pensar que tomamos decisiones racionales, basándonos en datos y en la lógica. La ilusión de control es uno de los muchos sesgos cognitivos que echan por tierra esta idea. Esta ilusión aparece en casos en los que algo es claramente aleatorio, como la lotería, y en situaciones en las que obviamente no tenemos ningún efecto sobre el resultado, como los partidos deportivos. Y, sin embargo, somos muy susceptibles de sentir que sí tenemos alguna influencia.

Ellen Langer, psicóloga de Harvard, acuñó el término "ilusión de control". En su artículo original, realizó seis experimentos distintos para ver dónde y cuándo aparecía este sesgo.2 En cada experimento, los participantes tenían que participar en algún tipo de juego regido por el azar, como cortar cartas o participar en una lotería.

Langer descubrió que la confianza de la gente en sus posibilidades de ganar estaba influida por un montón de factores diferentes, ninguno de los cuales tenía realmente nada que ver con sus posibilidades de ganar. La gente apostaba más dinero cuando se enfrentaba a alguien que parecía torpe y poco seguro de sí mismo, a pesar de que la habilidad no importaba en este juego; asignaban un valor más alto a los boletos de lotería que habían elegido ellos mismos, lo que sugería que creían que estos boletos tenían más probabilidades de ganar; y confiaban más en sus probabilidades de ganar la lotería cuanto más tiempo pasaban pensando en ello.

En resumen, hay muchas cosas que pueden desencadenar la ilusión de control. Pero, en primer lugar, ¿por qué somos vulnerables a ella?

Satisface nuestra necesidad de tener el control

A lo largo de los años, muchas investigaciones han demostrado que experimentamos las cosas de forma muy diferente dependiendo de si sentimos que tenemos control sobre ellas o no. Un estudio clásico que ilustra este hecho fue el realizado en 1971 por Glass y sus colegas. En este experimento, los investigadores dijeron a los participantes que estaban realizando un estudio sobre "los efectos de distintos niveles de ruido en el rendimiento en algunas tareas sencillas", y luego les hicieron corregir pasajes mientras sonaba de fondo un zumbido muy molesto a intervalos aleatorios.

A algunos de los participantes, el grupo de "Control Percibido" (CP), se les dio un botón que podían pulsar para comunicar que querían que cesara el ruido (aunque los experimentadores dejaron claro que "preferiríamos que no lo hicieran"). Mientras tanto, a los participantes del grupo "Sin control percibido" (NPC) no se les dio una salida si no les gustaba el ruido; simplemente tuvieron que soportarlo durante 24 minutos. Además, durante el experimento, se conectó a los participantes a una máquina que medía su respuesta galvánica cutánea, es decir, cuánto sudaban. Esto se utiliza a menudo en la investigación psicológica para medir el grado de estrés de una persona.

Los investigadores descubrieron que, aunque casi todo el mundo se había acostumbrado al ruido al final del experimento, el grupo NPC estaba más estresado por el ruido durante un periodo de tiempo más largo, en comparación con el grupo que tenía la opción de poner fin al ruido. También fueron menos eficientes a la hora de corregir. Algo importante a destacar aquí es que esto sucedió a pesar de que nadie del grupo PC pulsó realmente el botón para detener el ruido. Cuando nos encontramos en una situación desagradable, el mero hecho de saber que podemos detenerla hace que nos resulte mucho más fácil tolerarla.

Creer que tenemos el control de lo que nos ocurre, aunque no siempre sea del todo cierto, es en realidad una parte importante de nuestra salud mental en general. Lo contrario de la ilusión de control es la indefensión aprendida, que describe cómo, si las personas se han visto previamente en situaciones en las que no tenían poder para cambiar nada, empiezan a sentir que carecen de control sobre sus propias vidas. Esto hace que se rindan más rápidamente cuando se enfrentan a obstáculos. No es de extrañar que la indefensión aprendida sea una de las piedras angulares de la depresión.4

Somos optimistas hasta la exageración

En general, las personas tienen un sesgo hacia el positivismo5 , un efecto que se conoce como sesgo de optimismo, o a veces como "principio de Pollyanna". Somos optimistas sobre el mundo en general y sobre nosotros mismos.6 Este sesgo es tan profundo que afecta a nuestra percepción del mundo y a la forma en que pensamos y centramos nuestra atención. Estamos más atentos a la información positiva que a la negativa; es más probable que recordemos los acontecimientos felices que los tristes; y, a la hora de tomar decisiones, tenemos la costumbre de dar más peso a las predicciones optimistas que a las pesimistas. Lo más probable es que este sesgo optimista contribuya a la ilusión de control: queremos creer que las cosas nos saldrán bien, aunque no sea realista.

Vemos causalidad donde no la hay

Nuestro cerebro está programado para dar explicaciones causales a las cosas, aunque no estén justificadas. Esto alimenta la ilusión de control al llevarnos a interpretar las cosas que nos ocurren como consecuencias de algo que hemos hecho, cuando en realidad, algunas veces, no tenemos nada que ver con ellas.

Daniel Kahneman, una de las figuras más influyentes de la economía conductual, habla de esta tendencia en su libro Thinking, Fast and Slow. Este libro se dedica principalmente a explicar los dos sistemas diferentes que contribuyen a nuestro pensamiento: El Sistema 1, que es automático y está fuera de nuestro control, y el Sistema 2, del que somos conscientes y que realiza un mayor esfuerzo de procesamiento7 . Esto significa que tendemos a llegar a conclusiones sobre por qué suceden las cosas sin razonarlas.

Para ilustrarlo, considere esta frase:

"Después de pasar un día explorando hermosos lugares de interés en las abarrotadas calles de Nueva York, Jane descubrió que le faltaba la cartera".8

Al leer esto, probablemente deduzcas que a Jane le han robado la cartera mientras paseaba por Nueva York. De hecho, cuando los investigadores mostraron a la gente esta frase y luego les sometieron a una prueba de memoria por sorpresa, asociaron la palabra carterista más fuertemente con la historia que con la palabra vistas, a pesar de que vistas aparece realmente en la historia, mientras que carterista no.

En teoría, Jane podría haber perdido la cartera de muchas maneras, por ejemplo, dejándola caer en algún sitio. Pero como en la primera parte de la frase se mencionan las multitudes y Nueva York, estamos predispuestos a dar una explicación causal relacionada con estas cosas. En el caso de la ilusión de control, se aplica el mismo principio: si realizamos la acción X y obtenemos el resultado Y, el Sistema 1 puede llevarnos a suponer que X causó Y.

Por qué es importante

La ilusión de control puede incitarnos a tomar decisiones irracionales que nos lleven a resultados negativos que podrían haberse evitado fácilmente. Los juegos de azar son un buen ejemplo: incluso en los casos en los que todo depende del azar, la gente suele creer que puede cambiar las probabilidades a su favor utilizando la "estrategia" adecuada o siguiendo ciertos rituales.

Este sesgo suele explotarse en la publicidad de casinos y otras empresas que dependen del comportamiento de los jugadores. Además de restar importancia a los riesgos del juego, los anunciantes intentan aumentar la percepción de control de la gente sobre las apuestas. Un estudio sobre la publicidad de las apuestas deportivas en el Reino Unido descubrió que estos anuncios suelen hacer hincapié en temas como la masculinidad y los conocimientos deportivos, con el fin de construir una narrativa: que los hombres que son machos y saben de deportes tienen más posibilidades de ganar dinero9.

Aunque no seas un gran tahúr, todos somos susceptibles a la ilusión de control, especialmente cuando nos encontramos en cierto tipo de situaciones. La investigación ha demostrado que los entornos estresantes fomentan la ilusión de control, al igual que los entornos altamente competitivos. Este sesgo también es más probable que aparezca cuando adoptamos una mentalidad de ejecución, es decir, cuando nos centramos únicamente en lograr un objetivo, en lugar de reflexionar más profundamente sobre todos los posibles resultados de nuestras acciones.

Y cuando la ilusión de control asoma la cabeza, puede hacer que hagamos peor nuestro trabajo. En un estudio sobre el comercio financiero -un trabajo estresante, competitivo y que anima a la gente a centrarse en maximizar los beneficios a corto plazo-, cuanto más se dejaban llevar por la ilusión de control, peor hacían su trabajo10.

Cómo evitarlo

Caer en la ilusión de control no es una cuestión de inteligencia o personalidad. Incluso los científicos son propensos a este sesgo en su vida diaria, utilizando la intuición para emitir juicios sobre las razones de algo que ha sucedido.11 Evitar la ilusión de control significa elegir deliberadamente no dejarse llevar sólo por el instinto a la hora de tomar una decisión. En su lugar, hay algunas estrategias que probablemente conduzcan a mejores resultados.

Mirar desde fuera

A la hora de tomar cualquier decisión, conviene recurrir a fuentes externas de información, en lugar de confiar únicamente en nuestros instintos. En muchos casos, cuando necesitamos predecir nuestras probabilidades de éxito, puede que dispongamos de datos que nos ayuden a moderar nuestras expectativas. Es lo que se conoce como "visión externa".12

Si decide participar en la lotería, por ejemplo, puede que intuitivamente piense que tiene una probabilidad no insignificante de ganar, sobre todo si utiliza un número determinado, pero una rápida búsqueda en Google le dirá que, en realidad, las probabilidades de ganar determinados juegos son aproximadamente de 1 entre 14 millones.13 Incluso cuando no hay datos disponibles, es útil obtener una segunda opinión, idealmente de alguien que no esté involucrado en la decisión que está tomando.

Piense como un científico

No, los científicos no son inmunes a la ilusión de control, pero aun así, emplear los métodos de la ciencia es la mejor forma de evaluar si algo tiene o no realmente una relación causal con otra cosa. Piense en los métodos científicos como un tipo de herramienta: del mismo modo que no intentaría averiguar cuánto pesa algo sin utilizar una balanza, tampoco debería intentar asignar causalidad sin antes tratar de reflexionar sobre ellos de forma crítica.11

Si no estás familiarizado con el método científico, infórmate sobre las ideas básicas e intenta aplicarlas en tu vida diaria. Si tu objetivo es ayudar a otra persona a evitar la ilusión de control, puede que tengas más éxito si empiezas siendo un poco sigiloso.

Un estudio que logró reducir la ilusión de control en adolescentes empezó diciéndoles que un trozo de ferrita, un tipo de material cerámico, era un "producto milagroso" que podía mejorar sus capacidades físicas y cognitivas. A continuación, los investigadores dejaron que el grupo jugara con la ferrita para "probar" sus diversos beneficios. Sólo cuando el grupo se convenció de que la ferrita era eficaz, se les informó de que no servía para nada y se les enseñó a juzgar mejor la causalidad. Mostrar a la gente que su propia forma de pensar puede ser falible es una forma poderosa de conseguir que se adhieran a métodos más científicos.11

Cómo empezó todo

Ellen Langer acuñó por primera vez el término "ilusión de control" en los años setenta. Antes de sus investigaciones, otros estudios habían establecido que las personas tienen tendencia a ver relaciones causales en lugares donde en realidad no existen. Este tipo de fenómeno se conoce en general como ilusión de causalidad. La ilusión de control es un tipo específico de ilusión causal.

Otro concepto importante que sentó las bases de la investigación de Langer es la hipótesis del "mundo justo", que esencialmente describe cómo la gente tiende a creer que la vida es justa. Es similar al concepto de karma: queremos creer que a la gente que hace cosas buenas le pasan cosas buenas, y a la gente que hace cosas malas le pasan cosas malas. Como ocurre con la ilusión de control y otras ilusiones causales, la hipótesis del mundo justo implica inventar explicaciones causales para los acontecimientos, sin aplicarles necesariamente la razón o la lógica.

Ejemplo 1: el botón "cerrar puerta

Si alguna vez has tenido la sensación de que el botón "cerrar puerta" de un ascensor no hacía realmente nada, estarías en lo cierto (al menos si estás en Estados Unidos). Tras la aprobación de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (Americans With Disabilities Act) en 1990, la ley exige que las puertas de los ascensores permanezcan abiertas el tiempo suficiente para que las personas que utilizan muletas, bastón o silla de ruedas puedan subir con seguridad. Y en algunos lugares, como Nueva York, ocurre lo mismo con los botones de los pasos de peatones: la mayoría de ellos hace tiempo que se desactivaron, en favor del uso de señales de tráfico controladas por ordenador.14

¿Para qué tener botones si no sirven para nada? Aunque sean inútiles, poder pulsar un botón para conseguir lo que queremos contribuye a la ilusión de control y nos hace sentir mejor por tener que esperar. Al igual que en el estudio sobre el ruido anterior, mientras percibamos que tenemos el control, estaremos mejor equipados para hacer frente a las molestias y los obstáculos.

Ejemplo 2 - Homeopatía

La ilusión de control se asocia a menudo con la superstición y las creencias paranormales,15 ambas en aumento en los últimos años. Otra cosa a la que contribuye este sesgo es la creencia en la homeopatía, o medicina alternativa.11 En 2019, la homeopatía era una industria de 1.200 millones de dólares solo en Estados Unidos, y los analistas proyectaban que su mercado global crecería un 12,5 % para 2023. Y aunque antes se pensaba que los remedios homeopáticos eran cosa de "hippies", hoy en día se están convirtiendo en la corriente principal, con marcas líderes disponibles en los principales minoristas, incluidos Whole Foods y Walmart.16

Esta tendencia es preocupante, dado que los productos homeopáticos no están aprobados por la FDA ni se basan en pruebas científicas. Aunque la homeopatía no suele ser perjudicial en sí misma, existe el riesgo de que los consumidores elijan estos remedios en lugar de medicamentos de eficacia probada, creyendo haber encontrado una alternativa mejor a la medicina convencional.

Resumen

Qué es

La ilusión de control es la tendencia de las personas a creer que tienen más control sobre las cosas del que realmente tienen. Esto nos lleva a sobrestimar nuestras probabilidades de tener éxito o de obtener un resultado positivo, y a inventar explicaciones que relacionan nuestro comportamiento con algún resultado.

Por qué ocurre

Somos propensos a este sesgo porque tenemos una necesidad psicológica de sentir que tenemos el control, así como un sesgo general hacia el optimismo. Nuestros procesos de pensamiento automático también tienden a ver causalidad entre los acontecimientos, aunque en realidad no estén conectados.

Ejemplo 1 - Ascensores y pasos de peatones

Tanto los botones de "cerrar puerta" de los ascensores como los de muchos pasos de peatones (sobre todo en Nueva York) son "placebos": en realidad no hacen nada. Sin embargo, como hacen que la gente sienta que puede influir en lo que le rodea, se mantienen.

Ejemplo 2 - Homeopatía

La medicina homeopática no está científicamente probada ni aprobada por la FDA, pero cada vez está más extendida. La investigación ha vinculado las creencias en la homeopatía, así como el pensamiento supersticioso y las creencias paranormales, a la ilusión de control.

Cómo evitarlo

La mejor manera de evitar la ilusión de control es formarse en el método científico y aplicarlo a las situaciones en las que uno se siente tentado a seguir su instinto. También es bueno buscar otras opiniones.

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Referencias

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  8. Kahneman, D. (2011). Thinking, fast and slow. Macmillan.
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  15. Rudski, J. (2004). The illusion of control, superstitious belief, and optimism. Current Psychology22(4), 306-315. https://doi.org/10.1007/s12144-004-1036-8
  16. Plante, S. G. (2019, October 23). “It’s just a big illusion”: How homeopathy went from fringe medicine to the grocery aisles. Vox. https://www.vox.com/the-highlight/2019/10/16/20910346/homeopathic-homeopathy-holistic-alternative-medicine-oscillococcinum-history
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