¿Por qué subestimamos la influencia de la situación en el comportamiento de las personas?

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Error fundamental de atribución

explicó.
Bias

¿Cuál es el error fundamental de atribución?

El error fundamental de atribución (fundamental attribution error, FAE) describe cómo, al emitir juicios sobre el comportamiento de las personas, solemos dar demasiada importancia a los factores disposicionales y restar importancia a los situacionales.5 En otras palabras, creemos que los rasgos de personalidad de las personas influyen más en sus acciones que el resto de factores que escapan a su control.

Fundamental Attribution Error illustraion

Dónde se produce este sesgo

Supongamos que un día vas en coche al trabajo y alguien te corta el paso. Furioso, decides que el otro conductor es un egoísta que no se preocupa por la seguridad de los demás. Sin que tú lo sepas, el otro conductor no suele cortar el paso a nadie y normalmente es muy cuidadoso con la seguridad, pero en este momento se dirige a un hospital por una urgencia familiar y actúa de forma distinta a la habitual.

El error fundamental de atribución nos lleva a hacer suposiciones rápidas, y a menudo incorrectas, sobre los demás sin tener en cuenta que puede haber otra razón para el comportamiento observado. Suele ocurrir en situaciones en las que conocemos poca información, ya que atribuimos el comportamiento de las personas a factores situacionales o disposicionales.

Efectos individuales

Debido al error fundamental de atribución, la mayoría de nosotros creemos que los factores disposicionales (es decir, los rasgos de personalidad de las personas) son más poderosos que los situacionales. En otras palabras, suponemos que, sean cuales sean las circunstancias, las acciones de un individuo seguirán reflejando en general cómo es como persona. Esto puede llevarnos a hacer juicios injustos e incorrectos sobre las personas, descartando las posibles razones que podrían haber contribuido a su comportamiento.

Esto significa que el error fundamental de atribución también nos hace emitir juicios inexactos sobre los demás. Esto puede provocar un déficit en nuestras relaciones interpersonales, ya que no concedemos a los demás el beneficio de la duda cuando sus acciones están guiadas por factores situacionales. Además, esto puede llevarnos a perpetuar prejuicios y estereotipos que son perjudiciales no sólo a nivel individual, sino a nivel sistémico.

Efectos sistémicos

Somos especialmente propensos a caer víctimas del error fundamental de atribución cuando consideramos un comportamiento negativo, incluido lo que consideramos inmoral. Esto puede convertirse en un obstáculo para abordar los problemas sistémicos de nuestra sociedad, ya que nos apresuramos a negar los factores situacionales que influyen en el comportamiento o las acciones observables de alguien.

El FAE frente al sesgo actor-observador

El error fundamental de atribución se asocia a menudo con otro fenómeno similar, el sesgo actor-observador (también conocido como asimetría actor-observador). Según este sesgo cognitivo, las personas tienden a hacer atribuciones disposicionales del comportamiento de los demás y atribuciones situacionales del suyo propio. En otras palabras, mientras nos gusta explicar nuestras propias acciones en función de diversos factores externos, cuando se trata de otras personas, nos apresuramos a decir que actúan como lo hacen porque "son así".1

Por ejemplo, si te va muy mal en un examen, puedes inclinarte por culpar a factores externos para racionalizar el resultado. Puedes alegar que tu profesor no transmitió correctamente el material y los conceptos o que tu examen fue mucho más difícil que el de tus compañeros. Niegas los factores que implican tus propios defectos, como el hecho de que sólo estudiaste la noche anterior o que te perdiste las tutorías de tus profesores.

El FAE frente al sesgo de correspondencia

Similar al error de atribución fundamental es el sesgo de correspondencia. Durante mucho tiempo, ambos términos se utilizaron indistintamente, antes de que varios investigadores empezaran a defender que eran distintos.5

Aunque describen el mismo fenómeno, el sesgo de correspondencia se centra en nuestra tendencia a inferir aspectos más amplios e inmutables sobre la personalidad de las personas basándonos en su comportamiento. 4,5 Dicho de otro modo, suponemos que las acciones de las personas se corresponden con sus actitudes internas fundamentales. Por su parte, el error fundamental de atribución se centra en cómo subestimar el impacto de los factores situacionales conduce a estas suposiciones incorrectas.

Aunque estos sesgos se consideran ahora independientes, el error fundamental de atribución puede contribuir al sesgo de correspondencia. Por ejemplo, supongamos que estás viendo a un compañero hacer una presentación. Parece nervioso: suda, se inquieta y tartamudea. El error de atribución fundamental puede hacer que restes importancia al hecho de que la situación (hacer una presentación en clase) es estresante para la mayoría de las personas. A su vez, el sesgo de correspondencia podría llevarte a deducir del comportamiento de tu compañero que debe ser una persona ansiosa en general.

Cómo afecta al producto

El error fundamental de atribución puede desempeñar un papel importante en la reputación de una marca. Cuando un producto no cumple las expectativas de los consumidores, lo más probable es que atribuyan su rendimiento a un diseño y unas pruebas de calidad deficientes. Rara vez se tienen en cuenta los defectos legítimos de fabricación o los errores del usuario. Un buen ejemplo sería un error de software en un nuevo videojuego en línea. En lugar de considerar que se trata de un error subsanable, algunos pueden inclinarse a creer que la empresa de videojuegos fabrica productos de calidad inferior. Frustrado por el resultado, uno no considera que tal vez los servidores se sobrecargaron por la afluencia de nuevos jugadores, provocando la caída de la plataforma.

Por otro lado, al comprar una chaqueta de invierno, la etiqueta suele indicar la temperatura que puede soportar. Llevar esa chaqueta a temperaturas superiores a las indicadas en la etiqueta puede provocar una sensación de frío. Eso no significa necesariamente que el producto sea terrible y que la empresa fabrique prendas de baja calidad; es la situación en la que se pone la chaqueta la que provoca su mal funcionamiento. Antes de juzgar un producto o una empresa, es esencial tener en cuenta los factores situacionales que se producen durante su uso y que hacen que el producto no funcione como se anuncia.

La FAE y la IA

Cuando trabajamos con inteligencia artificial, la pregunta que damos al sistema marca la diferencia en la respuesta que recibimos. Para obtener resultados de alta calidad, es necesario que el enunciado de la pregunta cumpla ciertas condiciones.

Los usuarios novatos en IA pueden no estar al tanto de los matices de las indicaciones de la IA. Esto podría dar lugar a respuestas inexactas o de baja calidad por parte del software. A su vez, los usuarios deducirán que la inteligencia artificial no es útil o valiosa, cuando en realidad puede ser una herramienta útil para mejorar tanto las tareas cotidianas como las generales. Este es un ejemplo del error de atribución fundamental: negamos la "situación" en la que se encuentra el software cuando le preguntamos incorrectamente y atribuimos las malas respuestas a la propia plataforma. Si formulamos las preguntas con demasiada vaguedad, obtendremos respuestas vagas que no se ajustan a lo que buscamos. Esto puede disuadirnos de recurrir al software de IA para futuras tareas, lo que puede ponernos en desventaja.

En la red hay varios recursos que pueden consultarse para perfeccionar la ingeniería rápida. La mayoría insistirá en la importancia de ser detallado y específico, así como de proporcionar un contexto claro del problema que se desea resolver o de los datos que se desean recopilar.14

Por qué ocurre

Aunque todos entendemos que el comportamiento de las personas viene determinado por las situaciones en las que se encuentran. Muy pocas personas intentarían sostener que todo el mundo se comporta exactamente igual, independientemente de las circunstancias. El problema no es que carezcamos de teoría situacional (es decir, de conciencia del poder de la situación). Más bien, el error de atribución fundamental surge cuando no aplicamos correctamente esta comprensión.3

A veces, no damos cuenta de las situaciones simplemente porque no somos conscientes.6 Sin toda la información relevante, no podemos emitir un juicio razonable sobre el comportamiento de alguien. Sin embargo, como ha demostrado la investigación, las personas suelen cometer el error fundamental de atribución incluso cuando son plenamente conscientes de lo que ocurre.

En un estudio clásico dirigido por Edward Jones y Victor Harris, estudiantes universitarios leyeron ensayos que defendían o criticaban a Fidel Castro, el líder del Partido Comunista de Cuba. A algunos participantes se les dijo que el escritor había elegido si escribir a favor o en contra de Castro, mientras que a otros se les dijo que el escritor tenía asignada una posición. Los investigadores se sorprendieron al descubrir que, incluso cuando se decía a los participantes que el escritor no había elegido de qué lado estarían, seguían creyendo que las opiniones del autor sobre Castro eran coherentes con el argumento que habían expuesto en el ensayo.7 Investigaciones posteriores han confirmado que este efecto se observa independientemente de las propias opiniones de los participantes. También aparece cuando se les ha dado información adicional sobre el escritor, e incluso cuando se les ha advertido de que eviten los prejuicios.3

Entonces, ¿por qué la gente comete el error fundamental de atribución incluso cuando debería saber que hay factores situacionales en juego? Esto puede ocurrir por varias razones.

Tener en cuenta la situación consume recursos mentales

En algunos casos, el error de atribución fundamental parece producirse porque requiere un esfuerzo ajustar nuestra percepción del comportamiento de alguien para que esté más en consonancia con la situación en la que se encuentra. Disponemos de recursos cognitivos limitados y, en general, a nuestro cerebro le gusta tomar el camino que gaste la menor energía posible. Esto nos lleva a tomar atajos cognitivos (conocidos como heurísticos), lo que también nos hace vulnerables a toda una serie de sesgos cognitivos.

Cuando procesamos mentalmente las acciones de otra persona, debemos seguir tres pasos. En primer lugar, categorizamos el comportamiento (es decir, ¿qué está haciendo esta persona?). En segundo lugar, hacemos una caracterización disposicional (es decir, ¿qué implica este comportamiento sobre la personalidad de esta persona?) Por último, aplicamos una corrección situacional (es decir, ¿qué aspectos de la situación pueden haber contribuido a este comportamiento?)3.

Mientras que los dos primeros pasos parecen darse de forma casi automática, el tercero requiere un esfuerzo más deliberado por nuestra parte, lo que significa que a menudo nos lo saltamos, sobre todo en situaciones en las que no disponemos de los recursos cognitivos necesarios. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si estamos distraídos con otra cosa o si no tenemos tiempo.

Las pruebas empíricas confirman esta explicación. En un estudio de Gilbert y colegas), los participantes vieron un vídeo mudo de una mujer que se comportaba con ansiedad. Para algunos participantes, los subtítulos del vídeo indicaban que la mujer estaba siendo entrevistada sobre temas que incomodarían a la mayoría de la gente, como las fantasías sexuales. Para otros, los subtítulos mostraban una entrevista sobre temas relativamente aburridos, como las vacaciones ideales. Además, los investigadores manipularon la capacidad cognitiva de los participantes diciéndoles que después tendrían que hacer una prueba de memoria sobre los temas de la entrevista. Los participantes a los que se informó de la prueba adicional se distrajeron parcialmente mientras veían el vídeo, ya que intentaban memorizar los temas.

Los resultados de este experimento mostraron que, cuando los participantes estaban distraídos, eran más propensos a hacer atribuciones disposicionales de la ansiedad de la mujer. En otras palabras, sus explicaciones sobre su comportamiento ansioso estaban relacionadas con cualidades estables de su personalidad: decían que era una persona ansiosa en general. Mientras tanto, los participantes que no tenían que preocuparse por un examen sólo hacían atribuciones disposicionales si habían visto la versión aburrida de la entrevista, porque los que habían visto la versión que provocaba ansiedad entendían y evaluaban que las preguntas la incomodaban.8

La FAE se ve afectada por nuestro estado de ánimo

Otras investigaciones han demostrado que es más probable que cometamos el error fundamental de atribución cuando estamos de buen humor, en comparación con cuando estamos de mal humor. En un estudio, basado en el experimento de Castro de Jones y Harris, los participantes leyeron ensayos a favor o en contra de las pruebas nucleares y luego juzgaron las opiniones del escritor sobre el tema. Sin embargo, este estudio tenía un giro añadido. Antes de leer los ensayos, los participantes completaron una prueba de habilidades verbales, en la que tenían que completar frases como "un coche es a la carretera como el tren es a..." Las preguntas iban de fáciles a difíciles, incluidas varias que en realidad no tenían ninguna respuesta "correcta" (como "El pan es a la mantequilla como el río es a...").

Para manipular el estado de ánimo de los participantes, una vez terminada la prueba, un experimentador les dijo que habían rendido por encima o por debajo de la media. Una vez hecho esto, pasaron a leer los ensayos; a algunos se les dijo que el escritor había elegido su argumento y a otros que se les había obligado a argumentar un bando concreto. Los resultados de este estudio demostraron que los participantes felices eran más propensos a cometer el error fundamental de atribución, pero sólo cuando al escritor se le había asignado una opinión y argumentaba a favor de una postura impopular.9

¿Por qué ocurre esto? En general, parece que estar de mal humor puede hacernos más vigilantes y sistemáticos en nuestro procesamiento, lo que nos ayuda a prestar más atención y retener más información. De hecho, en comparación con los participantes que estaban de mal humor, los que estaban contentos eran capaces de recordar menos detalles sobre el ensayo que acababan de leer, lo que sugiere que el buen humor puede perjudicar a la memoria.

El hecho de que los participantes fueran más propensos al error de atribución fundamental sólo cuando habían leído un ensayo con una opinión impopular también podría indicar que se basaban en heurísticos, o estereotipos, sobre las personas que sostienen esa opinión, y que su estado de ánimo alegre les hacía menos propensos a cuestionar su confianza en esos estereotipos.

En resumen, estar de buen humor puede hacer que procesemos nuestro entorno de una forma más descuidada, haciéndonos más susceptibles a tomar atajos y menos propensos a superar esa fase final de corrección situacional.

A veces ignoramos la situación a propósito

Como hemos visto, si tenemos pocos recursos cognitivos o hay algo que enturbia nuestro procesamiento, podemos saltarnos la fase de corrección de la situación y acabar cometiendo el error de atribución fundamental. Pero otras veces, incluso cuando tenemos la capacidad cognitiva para pensar bien las cosas, podemos optar por desatender la situación de todos modos. Esto ocurre cuando creemos que un comportamiento es altamente diagnóstico (es decir, indicativo) de un rasgo de personalidad específico.

Para explicarlo, veamos los comportamientos inmorales, como robar o hacer daño a otra persona. Los estudios han demostrado que la gente tiende a pensar que el comportamiento inmoral es altamente diagnóstico de personalidades inmorales. En otras palabras, la gente piensa que alguien debe ser una persona inmoral para que haga algo inmoral. Por el contrario, no suelen aplicar la misma lógica a los comportamientos morales: alguien que roba el bolso a una anciana se considera una persona malvada, pero alguien que ayuda a una anciana a cruzar la calle no es necesariamente un santo.4

Cuando tenemos en cuenta comportamientos que consideramos altamente diagnósticos, creemos que son necesarios y suficientes para que podamos emitir juicios sobre la persona que los realiza. Esto nos lleva a ser víctimas del error fundamental de atribución.

Por qué es importante

De vez en cuando todos hacemos de psicólogos en nuestra vida cotidiana. Constantemente intentamos averiguar por qué otras personas actúan como lo hacen y tomamos decisiones sobre los demás basándonos en su comportamiento. Cuando el error fundamental de atribución nos lleva a hacer juicios incorrectos sobre otras personas y sus acciones, esto puede perjudicar nuestras relaciones con los demás y afectar negativamente a cómo interactuamos con ellos en el futuro.

El error fundamental de atribución también tiene consecuencias sociales más amplias. Como ya se ha dicho, somos especialmente propensos a caer en este error cuando se trata de comportamientos percibidos como inmorales, que a menudo coinciden con el tipo de cosas que se penalizan en nuestra sociedad, como el robo o el consumo de drogas. Esto significa que estamos predispuestos a ignorar factores situacionales que podrían haber llevado a alguien a comportarse de una determinada manera. A su vez, esto puede llevarnos a ignorar factores sistémicos, como la discriminación, que contribuyen al comportamiento delictivo y a otros resultados negativos, y a fijarnos únicamente en los individuos. Superar el error fundamental de atribución será probablemente un paso importante para arreglar estos sistemas rotos.

Cómo evitarlo

Como hemos visto en los experimentos anteriores, el error fundamental de atribución es un sesgo difícil de superar: desafía lo que sabemos sobre una situación y el mundo, y nos empuja a sacar conclusiones irracionales. Sin embargo, aunque no es posible evitar por completo este sesgo, hay medidas que puedes tomar para corregir tus juicios rápidos.

Póngase en el lugar de la otra persona

Uno de los mejores antídotos contra el error fundamental de atribución es la empatía.10 Es fácil achacar la conducta de otras personas a algún rasgo permanente de su personalidad, sobre todo cuando vemos ese comportamiento de forma negativa, pero es difícil seguir sintiéndose así una vez que imaginas cómo te sentirías tú en su lugar. Si se invirtieran los papeles, probablemente querrías que los demás te concedieran el beneficio de la duda y comprendieran que tus errores no reflejan necesariamente quién eres como persona.

Para contrarrestar el error fundamental de atribución y mejorar las relaciones en general, un objetivo útil es desarrollar la inteligencia emocional (IE). La IE incluye la empatía, la autoconciencia, la autorregulación y otros rasgos. Desarrollar la inteligencia emocional es un proyecto a largo plazo en el que las personas deben trabajar constantemente. Puede implicar ejercicios como escribir un diario con regularidad o incluso seguir un curso con un profesional.11,12

Centrarse en lo positivo

Como personas, todos somos polifacéticos; tenemos nuestros rasgos buenos y nuestros rasgos malos. Si te sientes resentido con alguien por algo que ha hecho, intenta recordar sus mejores cualidades y que esa acción probablemente no lo representa del todo.11

Cómo empezó todo

La cuestión de cómo entendemos a los demás es fundamental (valga el juego de palabras) para la psicología social, y muchos pensadores la han abordado de distintas maneras a lo largo de los años. En la década de 1930, Kurt Lewin, uno de los pioneros de la psicología social moderna, escribió sobre la importancia de las situaciones para determinar el comportamiento de las personas, una idea que se convirtió en fundamental en su trabajo y en el campo en general. El poder de los factores situacionales cobró aún más importancia después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la psicología social se propuso comprender cómo era posible que los seres humanos perpetraran los horrores del Holocausto.

Décadas antes de que Jones y Harris realizaran su estudio Castro, y antes de que Lee Ross acuñara el término "error fundamental de atribución", el psicoanalista Gustav Ichheiser escribió que una "ceguera social" llevaba a menudo a las personas a atribuir las acciones de los demás a sus rasgos de personalidad: "Muchas de las cosas que ocurrieron entre las dos guerras mundiales no habrían sucedido si la ceguera social no hubiera impedido a los privilegiados comprender la difícil situación de los que vivían en una cárcel invisible".6 A pesar de ello, el error fundamental de atribución (y el sesgo de correspondencia relacionado) no se estudiaron formalmente hasta la década de 1970.

Ejemplo 1 - Científicos sociales

Aparte de sus efectos en la vida cotidiana, es importante tener presente el error fundamental de atribución en el contexto de la investigación en ciencias sociales y cómo la interpretamos. En su artículo de 1977 sobre el error fundamental de atribución, Lee Ross analizó su relevancia para la psicología social en particular.2

Si alguna vez ha asistido a una clase de psicología, probablemente habrá leído sobre experimentos clásicos de psicología social como el estudio de Milgram (que probaba hasta dónde se podía llevar la obediencia de la gente a la autoridad) y los estudios de Asch (que trataban sobre la conformidad). Según Ross, la razón por la que muchos de estos experimentos se han hecho tan famosos e influyentes es el error fundamental de atribución. Sus resultados, que demostraban el poder de la situación, eran memorables sólo porque la gente -incluidos los psicólogos sociales que realizaban y leían sobre estos estudios- es susceptible de creer que los factores internos de los participantes son más fuertes que los externos en las condiciones experimentales. En otras palabras, su impacto dependía del error fundamental de atribución.

Ejemplo 2 - Prejuicios raciales

Como era de esperar, las investigaciones han descubierto que las personas menos propensas a cometer el error de atribución fundamental también son menos propensas a adoptar creencias racistas. Las personas parecen variar en su "complejidad atribucional", un rasgo que describe cómo explican en general los comportamientos de los demás. Las personas atribucionalmente complejas están más motivadas para explicar el comportamiento humano, prefieren las respuestas complejas a las simples y son más conscientes del poder de las situaciones sociales en el comportamiento humano.

Naturalmente, estos rasgos hacen que las personas sean menos propensas a caer en el error fundamental de atribución, y también tienden a tener menos creencias racistas. En un estudio, los investigadores midieron el racismo de los participantes haciéndoles valorar su acuerdo con varias afirmaciones (por ejemplo, "Las diferencias entre grupos étnicos son innatas"). También midieron la complejidad atribucional, utilizando afirmaciones como "No suelo molestarme en analizar y explicar el comportamiento de la gente". Los resultados mostraron que la complejidad atribucional estaba estadísticamente asociada con el racismo.13

Resumen

Qué es

El error fundamental de atribución describe cómo damos demasiada importancia a los rasgos internos de una persona cuando tratamos de explicar su comportamiento e infravaloramos los factores situacionales.

Por qué ocurre

En general, el error de atribución fundamental se produce porque ajustar nuestra percepción para dar cuenta de la situación requiere un esfuerzo, y no siempre disponemos del tiempo o los recursos cognitivos para hacerlo. Otras veces, ignoramos la situación porque creemos que no es relevante, y en su lugar vemos el comportamiento como diagnóstico de determinados rasgos de personalidad.

Ejemplo 1 - Las ciencias sociales y la FAE

Como escribió Lee Ross cuando acuñó este sesgo, el impacto de muchos estudios clásicos de psicología social depende de la omnipresencia del error fundamental de atribución. La única razón por la que estudios como el experimento de Milgram son tan sorprendentes es porque las personas, incluso los psicólogos, son susceptibles a la creencia de que la disposición de una persona es más poderosa que la situación.

Ejemplo 2 - El FAE y los prejuicios raciales

La investigación ha demostrado que la complejidad atribucional, que hace que las personas sean menos propensas a cometer el error de atribución fundamental, está inversamente correlacionada con el prejuicio racial. En otras palabras, a mayor complejidad atribucional, menor racismo.

Cómo evitarlo

En pocas palabras, evitar el error fundamental de atribución requiere empatía y un esfuerzo deliberado por lograr una visión más equilibrada de una persona y sus circunstancias. Es útil fomentar la inteligencia emocional y la gratitud por las buenas cualidades de una persona.

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Referencias

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  5. Gawronski, B. (2007). Fundamental attribution error. In R. F. Baumeister, & K. D. Vohs (Eds.), Encyclopedia of social psychology (pp. 367-369). Thousand Oaks, CA: Sage. [pdf]
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  12. Landry, L. (2019, October 23). Emotional intelligence skills: What they are & how to develop them. Harvard Business School - Business Insights Blog. https://online.hbs.edu/blog/post/emotional-intelligence-skills
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  14. Siegel, J. (2023, May 16). The art of the prompt: How to get the best out of Generative AI. Microsoft. https://news.microsoft.com/source/features/ai/the-art-of-the-prompt-how-to-get-the-best-out-of-generative-ai/
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