Contabilidad mental

La idea básica

¿Alguna vez ha decidido darse un capricho tras recibir una paga extra de fin de año, la devolución de impuestos o el dinero de su cumpleaños? En estas situaciones, muchos de nosotros decidimos gastar ese dinero extra en algo en lo que normalmente no gastaríamos nuestro dinero, como darnos un capricho en una comida o comprar un artículo de nuestra lista de deseos al que llevábamos tiempo echándole el ojo. Aunque normalmente seamos mucho más frugales con nuestros sueldos mensuales, tendemos a ver estas fuentes inesperadas de dinero de forma diferente y, por lo tanto, a gastarlo también de forma diferente.

Esto es lo que los economistas describen como contabilidad mental: cómo tendemos a valorar las cosas (en particular el dinero) de forma diferente según la categoría mental a la que lo asignemos. Esto va en contra del principio de fungibilidad en economía, que implica que el dinero es intercambiable, es decir, que un dólar sigue valiendo un dólar independientemente de su procedencia o de cómo lo gastemos. En la práctica, tendemos a aplicar distintas reglas de gasto a nuestro dinero en función de las etiquetas mentales que le hayamos asignado.1

Richard Thaler, el economista que introdujo la idea de la contabilidad mental, realizó experimentos sobre este fenómeno, que ilustran cómo puede producirse este sesgo en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, imagine que ha decidido ir a ver una película. Se ha gastado 10 dólares en la entrada, pero cuando entra en el cine se da cuenta de que la ha perdido. ¿Pagaría 10 dólares para comprar otra entrada? Cuando se les hizo esta pregunta, menos de la mitad de los participantes (46%) dijeron que comprarían otra entrada de cine. Sin embargo, imagine la siguiente situación: ha decidido ver una película, pero al entrar en el cine se da cuenta de que ha perdido un billete de 10 dólares. ¿Seguiría pagando 10 dólares para comprar una entrada? Esta vez, el 88% de los participantes dijeron que comprarían la entrada, casi el doble que en la primera situación.2

En teoría, hemos perdido la misma cantidad de dinero (10 dólares) en ambos escenarios, por lo que nuestra respuesta debería ser la misma para ambas preguntas. Sin embargo, según el modelo de contabilidad mental, tendemos a clasificar nuestro dinero en diferentes presupuestos. En la primera situación, ya hemos gastado 10 dólares de nuestro presupuesto para la película, por lo que gastar 10 dólares más en la película nos parecería increíblemente caro. En el segundo caso, atribuimos los 10 dólares perdidos a un presupuesto de gastos generales, por lo que no sentimos que la pérdida de dinero haya afectado a nuestro presupuesto para la película, a pesar de la misma pérdida de 10 dólares. Como podemos ver, al tratar el mismo valor de dinero de forma diferente en función de cómo lo hayamos categorizado en nuestra mente, somos más propensos a tomar decisiones financieras ilógicas, como gastos irracionales o malas decisiones de inversión.

Mi propia reflexión sobre la contabilidad mental comenzó con un intento de comprender por qué la gente presta atención a los costes irrecuperables, por qué las ofertas atraen a la gente hacia gastos tontos y por qué la gente cruza la ciudad para ahorrarse 5 dólares en una compra pequeña pero no en una grande.


- Richard H. Thaler en su artículo de 1999 "Mental Accounting Matters "3

Historia

El concepto de contabilidad mental fue desarrollado por el economista Richard H. Thaler, que publicó varios artículos sobre el tema, entre ellos "Mental Accounting and Consumer Choice" (1985), "Saving, Fungibility and Mental Accounts" (1990) y "Mental Accounting Matters" (1999).3,4,5 A lo largo de estos artículos, Thaler se basó en algunos de los conceptos introducidos por los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky, galardonados con el Premio Nobel y con los que Thaler había pasado un año colaborando en Stanford. Thaler ofreció muchos ejemplos reales de contabilidad mental, algunos de los cuales ampliaban los hallazgos previos de Kahneman y Tversky en el campo de la economía conductual. Por ejemplo, en el artículo de Thaler de 1999, describe un ejemplo de Tversky y Kahneman (1981), en el que se preguntaba a la gente si conduciría 20 minutos hasta otra tienda para comprar un artículo por 5 dólares menos. A unos se les presentó una versión en la que el artículo costaba 15 dólares, y a los otros una versión en la que el artículo costaba 125 dólares. Los resultados fueron que la mayoría de la gente dijo que conduciría para comprar el artículo de 15 dólares, pero la mayoría no lo haría para el artículo de 125 dólares. Como explicó Thaler, esto ilustra cómo, aunque ambos casos supondrían un ahorro de 5 dólares, tendemos a tomar decisiones de gasto en función del tipo de gasto, más que del valor monetario absoluto.3

A lo largo de estos 3 artículos, Thaler afinó su modelo de contabilidad mental y proporcionó más ejemplos de cómo el sesgo de la contabilidad mental puede aparecer en nuestra vida cotidiana. En el artículo de 1999, Thaler desarrolló una definición de contabilidad mental, que describió como "el conjunto de operaciones cognitivas utilizadas por los individuos y los hogares para organizar, evaluar y hacer un seguimiento de las actividades financieras".3 Según Thaler, al igual que las empresas tienen sistemas de contabilidad, nosotros también tenemos nuestros propios sistemas de contabilidad mental en los que nos basamos para organizar nuestras decisiones financieras. Por lo tanto, al examinar cómo funcionan nuestros sistemas de contabilidad mental, podemos comprender mejor cómo los sesgos del sistema pueden llevarnos a tomar decisiones financieras irracionales.

Personas

Richard H. Thaler

Richard H. Thaler es un economista estadounidense galardonado con el Premio Nobel de Economía en 2017 por sus contribuciones pioneras al campo de la economía conductual. En particular, es conocido por desarrollar la teoría de los codazos, descrita en su libro de 2008 Nudge: Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness, coescrito con Cass R. Sunstein. Thaler ha escrito otros muchos libros sobre el campo de la economía conductual, como Quasi Rational Economics y Misbehaving: The Making of Behavioral Economics. En la actualidad, Thaler es Catedrático de Ciencias del Comportamiento y Economía en la Booth School of Business de la Universidad de Chicago, donde enseña e investiga desde 1995.6

Consecuencias

La mayoría de nosotros, si no todos, hemos sido susceptibles al sesgo de la contabilidad mental en algún momento de nuestras vidas. Nuestra susceptibilidad a este sesgo puede llevarnos a tomar malas decisiones financieras, como demuestra la tendencia de muchos ganadores de lotería a arruinarse después de ganarla, como resultado de gastar esta ganancia inesperada mucho más rápidamente de lo que normalmente gastarían el resto de su dinero. Al comprender el sesgo de la contabilidad mental y cómo tomamos decisiones financieras, los responsables políticos han podido aplicar estos conocimientos para diseñar programas destinados a mejorar nuestras decisiones financieras. Por ejemplo, Thaler ha introducido una intervención conductual llamada Save More Tomorrow (Ahorrar más mañana), diseñada para utilizar los conceptos del sesgo de contabilidad mental para ayudar a los trabajadores estadounidenses a destinar más dinero al ahorro para la jubilación. Además, al comprender los sesgos a los que son susceptibles las personas, algunas organizaciones financieras también han utilizado estos conocimientos para ayudar a asesorar a los clientes sobre cómo tomar mejores decisiones financieras o de inversión.

Controversias

Aunque el sesgo de la contabilidad mental ha sido ampliamente aceptado en el campo de la economía conductual, existen algunas limitaciones. Por ejemplo, al igual que otros conceptos de la economía conductual, la teoría de la contabilidad mental se desarrolló observando cómo toman decisiones las personas para teorizar un posible marco, lo que algunos pueden argumentar que carece de validez científica, ya que estos procesos cognitivos no pueden estudiarse explícitamente. Además, aunque el sesgo de la contabilidad mental proporciona un marco sobre cómo tienden a tomar decisiones las personas, no se trata de un modelo definitivo que abarque el proceso de toma de decisiones de todo el mundo. Además, el modelo de contabilidad mental sugiere que nuestra tendencia a clasificar el dinero en distintos presupuestos es irracional; sin embargo, hay argumentos que demuestran por qué el modelo de contabilidad mental puede ser realmente beneficioso. Por ejemplo, tener presupuestos separados para diferentes propósitos, como ahorrar para la universidad, puede permitirnos mostrar un mayor autocontrol y, de hecho, puede evitar que gastemos más de la cuenta en algunos casos. En consecuencia, el modelo de contabilidad mental no debe considerarse un proceso de toma de decisiones totalmente irracional, sino más bien un marco que puede ayudarnos a organizar nuestras decisiones financieras de forma que nos conduzcan hacia nuestros objetivos.

Casos prácticos

Política pública x Personas y organizaciones

Hastings y Shapiro (2018) realizaron un estudio sobre el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), un programa federal estadounidense que proporciona prestaciones alimentarias a los hogares con bajos ingresos. La mayoría de estos hogares gastaban más en comestibles que la cantidad de la prestación, por lo que la intención del programa era permitir a estas familias algo de dinero extra que pudieran ahorrar o gastar en lo que quisieran. ... Según las teorías económicas de la toma racional de decisiones, aunque cabría esperar un ligero aumento del gasto en alimentación, no cabría esperar un aumento significativo del consumo. Sin embargo, lo que descubrieron Hastings y Shapiro es que los beneficiarios aumentaron significativamente sus compras de alimentos, ya que consideraban las prestaciones alimentarias como dinero para gastar en comida. Este hallazgo coincide con el modelo de contabilidad mental, ya que la gente vería las prestaciones añadidas simplemente como un aumento del presupuesto para alimentos, en lugar de considerar su dinero como intercambiable.7

Como hemos visto que las personas suelen comportarse de forma bastante diferente a lo que predecirían las teorías y los modelos, y a menudo no toman decisiones "racionales", es importante tener en cuenta estos sesgos a la hora de diseñar las políticas. Por ejemplo, dado que los beneficiarios del programa SNAP tienden a aumentar sólo su gasto en alimentos en lugar de utilizar el dinero liberado para aumentar el gasto en otras áreas, el programa puede llevar a los hogares a comprar alimentos innecesarios. Por ejemplo, esto podría conducir a un aumento de las compras de artículos poco saludables, como dulces y refrescos, que antes no se compraban. Al comprender el papel que desempeña el sesgo de la contabilidad mental, los responsables políticos pueden entender mejor cómo se comporta realmente la gente y, por tanto, diseñar políticas y programas más eficaces.

Clima y energía X Innovación y diseño

Psicólogos de la Universidad de Ginebra y la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Suiza Occidental han publicado recientemente un artículo en la revista Nature Energy Journal en el que estudian el impacto de la contabilidad mental en los comportamientos relacionados con la sostenibilidad y el consumo de energía. En el artículo, describen cómo nuestra tendencia a crear diferentes presupuestos mentales puede ser contraproducente (e incluso perjudicial) para los intentos de ahorrar energía. Por ejemplo, conducir un coche energéticamente eficiente debería llevarnos a ahorrar dinero en combustible. Sin embargo, si las personas que han comprado un coche energéticamente eficiente no han ajustado su presupuesto mental en consecuencia, pueden sentir que en realidad pueden gastar más, ya que su presupuesto mental para combustible no se ha llenado. Como resultado, esto puede animarles a conducir más, lo que es contraproducente para los esfuerzos por reducir el consumo de energía. A través de este artículo, los investigadores examinan cómo el sesgo de la contabilidad mental puede obstaculizar los esfuerzos de sostenibilidad, y utilizan estos conocimientos para proponer estrategias de mejora de las medidas de control climático con el fin de diseñar medidas más impactantes en el futuro.8

Contenido TDL relacionado

¿Por qué pensamos menos en unas compras que en otras?: Una explicación detallada del sesgo de la contabilidad mental, que incluye por qué se produce este sesgo, por qué es importante y cómo podemos evitar ser susceptibles a él.

La contabilidad mental influye en cómo empleamos nuestro tiempo: Este artículo aplica los conceptos de la contabilidad mental a cómo empleamos nuestro tiempo. De forma similar a cómo presupuestamos el dinero, también presupuestamos nuestro tiempo en diferentes categorías, lo que puede afectar a nuestra gestión del tiempo y a nuestra productividad.

Este es tu cerebro sobre el dinero: La psicología del dinero. Este artículo explora los factores psicológicos que influyen en el gasto, cómo influye en él el uso de efectivo y tarjetas de crédito y cómo podemos aprovechar nuestros prejuicios para tomar mejores decisiones financieras.

Richard Thaler Guía del pensador sobre Richard Thaler, fundador de la contabilidad mental. Este artículo abarca la biografía histórica de Thaler e introduce otras ideas por cuyo desarrollo es conocido, como el efecto dotación, la diversificación ingenua y la famosa teoría del empujón.

Fuentes

  1. Segal, T. (2020). Contabilidad mental. Investopedia. https://www.investopedia.com/terms/m/mentalaccounting.asp
  2. Lehrer, J. (2011). La maldición de la contabilidad mental. Wired. https://www.wired.com/2011/02/the-curse-of-mental-accounting/
  3. Thaler, Richard (1999). La contabilidad mental importa. Journal of Behavioral Decision Making. 12. 183-206. 10.1002/(SICI)1099-0771(199909)12:3%3c183::AID-BDM318%3e3.0.CO;2-F. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/%28SICI%291099-0771%28199909%2912%3A3%3C183%3A%3AAID-BDM318%3E3.0.CO%3B2-F
  4. Thaler, Richard (1985). Contabilidad mental y elección del consumidor. Marketing Science. 4. 199-214. 10.1287/mksc.4.3.199. https://www.researchgate.net/publication/227356174_Mental_Accounting_and_Consumer_Choice
  5. Thaler, Richard (1990). Ahorro, fungibilidad y cuentas mentales. Journal of Economic Perspectives. 4. 193-205. 10.1257/jep.4.1.193. https://www.researchgate.net/publication/4727260_Saving_Fungibility_and_Mental_Accounts
  6. Duignan, B. (2017). Richard Thaler. Encyclopaedia Britannica. https://www.britannica.com/biography/Richard-Thaler
  7. Smith, T. (2019). Contabilidad mental y compra de comestibles. American Economic Association. https://www.aeaweb.org/research/spending-SNAP-mental-accounting
  8. Departamento de Comunicación de la Universidad de Ginebra (2020). La contabilidad mental influye en el comportamiento sostenible. Universidad de Ginebra. https://www.unige.ch/communication/communiques/en/2020/la-comptabilite-mentale-impacte-le-developpement-durable/

Read Next

Notes illustration

Eager to learn about how behavioral science can help your organization?