Optimism
La idea básica
Todos conocemos a alguien que siempre ve el lado positivo de una situación. Es una persona que ve el vaso medio lleno y siempre cree que le ocurrirán cosas buenas. Ven su vida desde la perspectiva del protagonista de una película, confiando en que, de algún modo, las cosas saldrán bien.
Aunque no todo el mundo se siente tan positivo todo el tiempo, en general, los seres humanos tendemos a ser excesivamente optimistas. A menudo sobrestimamos la probabilidad de que nos ocurran cosas positivas y subestimamos la probabilidad de que nos ocurran cosas negativas. Esta tendencia nos lleva a adoptar comportamientos que pueden no ser racionales, como no ahorrar para un fondo de emergencia o comprar un billete de lotería, a pesar de que las probabilidades de ganar son muy bajas. Del mismo modo, podemos adoptar comportamientos de riesgo, como montar en bicicleta sin casco o conducir bajo los efectos del alcohol, porque nos decimos a nosotros mismos "a mí no me van a pasar cosas malas".
Pero no hace falta decir que el optimismo tiene muchas ventajas. Las investigaciones demuestran que el optimismo está relacionado con una mejor salud física y mental, como dormir mejor, reducir la ansiedad y disminuir los índices de depresión.1 La psicología positiva, una rama de la psicología que se centra en lo que permite a las personas prosperar y llevar una vida feliz y saludable, tiende a considerar el optimismo como un medio para aumentar el bienestar.2
¿Cómo conciliar estas opiniones contradictorias sobre el optimismo? Podría haber un término medio. En lugar de situar a las personas dentro de una dicotomía rígida, con el optimismo a un lado y el pesimismo al otro, podríamos pensar en el optimismo dentro de un espectro. Siga leyendo para saber más sobre los pros y los contras de la actitud del vaso medio lleno y cómo el optimismo puede ayudarle (o entorpecerle) en su vida diaria.