Conflicto disfuncional

La idea básica

Es un error común creer que el conflicto en un equipo es malo y que debe evitarse. Cuando las fricciones conducen a una ruptura de la cooperación, solemos culpar a la falta de comunicación, a un liderazgo deficiente, a la desconfianza entre los empleados, a rivalidades infundadas o innecesarias, o simplemente a un estrés elevado que conduce al agotamiento. Aunque no cabe duda de que se trata de problemas que hay que abordar a tiempo, el conflicto en general es sano y normal en los entornos de grupo. Uno de estos conflictos, el conflicto disfuncional, es lo que comúnmente puede describirse como un enfrentamiento entre empleados debido a problemas que encapsulan muchos, si no todos, los problemas descritos anteriormente y más.

Aunque cada problema aislado no parece difícil de solucionar, la dificultad de resolver un conflicto disfuncional se debe a la multitud de elementos ofensivos potenciales y a la naturaleza innatamente compleja de la dinámica humana que funciona en un grupo. Muchas veces se recurre a un mediador o árbitro para que evalúe el conjunto de problemas causantes del conflicto y elabore estrategias que puedan resolverlos de manera integral. Puede implicar ejercicios de creación de confianza, retiros de equipo o la creación de una política de resolución de conflictos para toda la oficina. Los conflictos disfuncionales son habituales en la oficina, pero la clave está en encontrar estrategias que funcionen para su equipo concreto.

Recuerda que el trabajo en equipo empieza por generar confianza. Y la única forma de hacerlo es superar nuestra necesidad de invulnerabilidad.


- Patrick Lencioni, Las cinco disfunciones de un equipo: Una fábula de liderazgo

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