Metáfora

La idea básica

Eres la niña de mis ojos. Me siento triste. Sus palabras cortan más profundo que un cuchillo. A menudo no nos damos cuenta, pero adornamos constantemente nuestro discurso con metáforas. Echemos un vistazo más de cerca a "Eres la niña de mis ojos". Si alguien te dice que tu aspecto es tan dulce como el sabor de una manzana, es probable que te esté llamando atractivo. Por supuesto, podrían haber dicho simplemente "Eres atractivo", pero el significado no es ni de lejos tan vívido o evocador como la comparación entre tu aspecto y una manzana. Esta es una de las razones por las que la gente recurre a las metáforas: para dotar a las palabras de poder descriptivo. De hecho, la palabra metáfora está formada por dos raíces latinas: "meta", que significa "sobre", y "pherein", que significa "llevar o soportar". La esencia de la metáfora radica en el traspaso de significado de una palabra a otra.

Las metáforas se utilizan para comparar cosas diferentes, por lo que parecen indistinguibles de los símiles y las analogías. A pesar de su similitud, existen diferencias fundamentales. A diferencia de los símiles, que hacen comparaciones indirectas refiriéndose a un objeto como o como otra cosa, las metáforas son directas. El mundo es un escenario. Mi suegra es un demonio.

Las metáforas también pueden parecerse a las analogías, pero también son ligeramente diferentes. Las analogías no se limitan a mostrar que las cosas se parecen, sino que utilizan una comparación para explicar un concepto. Por ejemplo, consideremos la popular analogía de Forrest Gump: "La vida es como una caja de bombones: nunca sabes lo que te va a tocar". Forrest compara la vida con una caja de bombones para decir que la vida es impredecible. Por otra parte, las metáforas no requieren explicación: ¡ese examen fue un asesinato!

Las metáforas son capaces de contener la mayor parte de la verdad en el menor espacio.


- Orson Scott Card, autor de El juego de Ender.

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Términos clave

Metáfora: Figura retórica en la que una palabra o frase se aplica a un objeto o acción al que no es literalmente aplicable.

Cognición incorporada: Teoría según la cual las características de la cognición están determinadas por aspectos del cuerpo.

Historia

En su libro Poética (330 a.C.), el filósofo griego Aristóteles describió la metáfora como un tipo secundario de lenguaje, construido sobre lo que Aristóteles consideraba la "verdadera naturaleza" del lenguaje: el habla literal. Basándose en las ideas de Aristóteles, las primeras teorías del lenguaje postulaban que el pensamiento metafórico se producía en dos pasos1. En primer lugar, las metáforas se procesan como enunciados literales. Después, una vez que el cerebro descubre que el contexto no permite que el enunciado funcione literalmente, se procesan como metáforas. Consideremos el enunciado "Sam es un cerdo". Como esta afirmación es literalmente falsa (Sam es obviamente un humano), los modelos de dos procesos afirman que la reinterpretaremos metafóricamente: Sam es tan asqueroso como un cerdo. Una implicación de este punto de vista es que comprender los significados no literales requiere más tiempo y esfuerzo consciente que comprender los significados literales. Este punto de vista también implica que interpretar algo metafóricamente es opcional, ya que requiere un esfuerzo consciente.

A pesar de su temprana relevancia, el modelo de dos pasos de las metáforas fue desacreditado en un experimento del profesor de Psicología de Princeton Sam Glucksberg y sus colegas.1 Los participantes leyeron tres tipos de afirmaciones: las que eran literalmente ciertas ("Algunos pájaros son petirrojos"), las que eran literalmente falsas pero "anómalas" (es decir, que no podían interpretarse metafóricamente con facilidad, como en "Algunos pájaros son manzanas"), o metafóricas ("Algunos abogados son tiburones"). Se pidió a los participantes que juzgaran si las afirmaciones eran literalmente ciertas y se midió su tiempo de reacción.

Lo que descubrieron revolucionó la forma en que concebimos el pensamiento metafórico: los participantes interpretaban automáticamente los enunciados metafóricos de forma metafórica, mientras que la interpretación literal posterior requería más tiempo de procesamiento. Este hallazgo descartó la opinión de que los enunciados debían interpretarse primero literalmente, antes de cualquier interpretación metafórica.

Tras los hallazgos de Glucksberg y sus colegas, los lingüistas George Lakoff y Mark Johnson publicaron en 1980 un libro fundamental titulado Metaphors We live By (Metáforas por las que vivimos), en el que sostenían que las metáforas no son meros adornos lingüísticos: la naturaleza de la cognición humana es metafórica2. Necesitamos metáforas para pensar con claridad. Pensemos en conceptos abstractos como el tiempo, la libertad o el amor. Las metáforas iluminan estas abstracciones basándolas en cosas familiares y concretas que podemos percibir. Por ejemplo, cuando decimos que el tiempo es dinero, damos a entender que el tiempo es algo finito y que no queremos malgastarlo. Cuando decimos que un átomo es un sistema solar, es más fácil imaginar su estructura: el núcleo es el sol y los planetas en órbita los electrones y neutrones. Por eso, el lenguaje metafórico impregna las ciencias duras, las matemáticas e incluso la tecnología. ¿Te has preguntado alguna vez por qué la pantalla de Google "No se puede conectar a Internet" tiene un T-Rex? Porque no tener Wi-Fi es como estar en la era de los dinosaurios.

Personas

Sam Glucksberg

Sam Glucksberg es un profesor canadiense del Departamento de Psicología de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, conocido por sus trabajos sobre el lenguaje figurado, en particular las metáforas, la ironía, el sarcasmo y los modismos. Conocido como pionero en el campo de la psicolingüística experimental, su investigación se centra en entender cómo las personas reconocen y comprenden estas partes del discurso figurado. Ha sido editor de dos de las revistas de investigación psicológica más destacadas: Journal of Experimental Psychology: General y Psychological Science.

George Lakoff

George Lakoff es un lingüista cognitivo y filósofo estadounidense, conocido sobre todo por su tesis de que la vida de las personas está muy influida por las metáforas conceptuales que utilizan para explicar fenómenos complejos. La tesis de la metáfora conceptual, introducida en su libro de 1980 Metaphors We Live (Metáforas que vivimos) y en el de Mark Johnson, se ha aplicado ampliamente en la política, la literatura y la filosofía. Una de sus conferencias más famosas es "Framing 101: How to Take Back Public Discourse", donde revela cómo los políticos utilizan el lenguaje para inducir a la gente a pensar de una determinada manera. Por ejemplo, pensemos en el término metafórico "desgravación fiscal", introducido por primera vez cuando George W. Bush llegó a la Casa Blanca. Para que haya alivio debe haber una aflicción, una parte afligida y un aliviador que elimine la aflicción y sea, por tanto, un héroe. Y si la gente intenta detener al héroe, esa gente es villana por intentar impedir el alivio. En otras palabras, cuando los demócratas utilizan esta terminología están reforzando implícitamente el argumento de los conservadores de que los impuestos son algo malo.

Consecuencias

Las metáforas no solo aclaran conceptos complejos, sino que pueden cambiar nuestra forma de pensar. En un estudio realizado en 2011 por los científicos cognitivos Thibodeau y Boroditsky, los participantes leyeron una historia sobre una ciudad plagada de delincuencia3. La forma en que se describía la "delincuencia" variaba según los participantes. La mitad de los participantes leyeron sobre el crimen descrito como una bestia que se cebaba con ciudadanos inocentes, mientras que la otra mitad leyó sobre el crimen descrito como una enfermedad que asolaba la ciudad. Sorprendentemente, el tipo de metáfora presentada influyó en la estrategia de los participantes para resolver el crimen. Los que leyeron la metáfora del animal sugirieron estrategias de control, como aumentar la presencia policial o imponer penas más severas, mientras que los que leyeron la metáfora de la enfermedad sugirieron estrategias de tratamiento, como buscar la raíz del delito.

Además de ser fundamentales para nuestra forma de pensar, las metáforas también lo son para nuestro comportamiento. La cognición incorporada, un campo en auge en las ciencias cognitivas, sugiere que las metáforas están representadas físicamente en nuestros circuitos neuronales, por lo que, en cierto sentido, nuestro comportamiento es metafórico. Cuando decimos que alguien es cálido, probablemente nos referimos a que es simpático y amable, no físicamente cálido. Sin embargo, esta nueva investigación sugiere que nuestro cerebro no puede distinguir entre ambas cosas, ya que las metáforas están vinculadas a sensaciones físicas. En un estudio realizado por el psicólogo de Yale John Bargh, los participantes que tenían tazas de café calientes eran más propensos a juzgar a un confidente como digno de confianza, en comparación con los que tenían tazas de café frías4. En otro estudio, se pidió a los participantes que recordaran un momento en el que habían sido socialmente aceptados o despreciados. Los que recordaban haber sido aceptados sentían que la habitación estaba, de media, 5 grados más caliente que los que recordaban haber sido desairados5. El calor físico puede traducirse en calor interpersonal.

Controversias

Uno de los problemas del uso de metáforas en la ciencia es que pueden simplificar en exceso o tergiversar ideas complejas, lo que puede reforzar paradigmas científicos obsoletos o contribuir a la incomprensión del público. Por ejemplo, el anticuado concepto de los genes como "planos" ha guiado la investigación en biología molecular durante décadas. Cuando los científicos hicieron esa primera comparación, estaban sugiriendo que los genes son diseños rígidos que determinan qué moléculas debe crear nuestro cuerpo. Esta visión reforzaba las ideas del determinismo biológico (la idea de que no podemos escapar a nuestro destino genético) y de una relación unidireccional entre el gen y el entorno, lo que significa que nuestros genes determinan en qué entornos acabamos6.

Los últimos avances en biología del desarrollo y epigenética sugieren que este punto de vista del "modelo" es inexacto. Ciertos genes pueden "encenderse" o "apagarse" debido a acontecimientos vitales, como en respuesta a un traumatismo o al contagio de ciertas enfermedades. Contrariamente a la idea de que nuestro material genético es inmutable, nuestros genes pueden responder a estímulos ambientales6. Además, la metáfora del plano implica que existe una correspondencia 1 a 1 entre cada gen y una parte específica del cuerpo o función. En realidad, un gen puede contribuir a muchos tipos diferentes de proteínas necesarias para muchas partes del cuerpo. Está claro que la metáfora del "gen como plano" está desfasada. La profesora de Sociología Barbara Katz Rothman sugiere que imaginar los genes como "recetas" es más exacto, ya que permite que la incorporación del tiempo, el crecimiento y el entorno influyan en el "producto final".

Otro problema que plantea el uso de metáforas para describir fenómenos científicos es que pueden reflejar los valores sociales y políticos de los individuos que las construyen, incrustando así esas creencias en la sociedad bajo la apariencia de "ciencia". En su influyente artículo "The Egg and the Sperm: How Science Has Constructed a Romance Based on Stereotypical Male-Female Roles", la antropóloga sociocultural Emily Martin sostiene que las personificaciones de género (un tipo de metáfora) se han colado en los libros de texto de biología, fijando en ellos los roles sociales de hombres y mujeres7.

Para ilustrar este punto, Martin examina las descripciones de la fecundación en los libros de texto de biología: el óvulo inmóvil y pasivo depende del espermatozoide para entregar sus genes penetrando en la zona (la superficie exterior del óvulo). Obsérvese cómo esta descripción personifica al óvulo como estereotípicamente femenino: pasivo, dócil y dependiente del varón (el espermatozoide) para cumplir su función. En contra de la metáfora común, la investigación demuestra que, en realidad, los óvulos están mucho más implicados en el proceso de fecundación. Utilizando sus moléculas adhesivas, capturan al espermatozoide como una tupida red para compensar la débil fuerza mecánica de la cola del espermatozoide. ¿Comprenderá el público este matiz si seguimos personificando a los óvulos como hembras pasivas? Probablemente no. En última instancia, debemos tener cuidado con el uso de metáforas para describir la ciencia, ya que podrían estar disfrazando creencias ocultas como hechos científicos.

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Analogía

Lee este artículo para profundizar en un término estrechamente relacionado con la metáfora: la analogía. Verás que las analogías se utilizan más a menudo en la argumentación que las metáforas, y requieren un propósito explicativo.

Silogismo

Otro concepto lingüístico relacionado es el silogismo: un tipo de razonamiento lógico utilizado para elaborar un argumento válido. Si te gusta reducir las frases a sus premisas y argumentos, ¡léelas!

Fuentes

  1. Glucksberg, S., Gildea, P. y Bookin, H. (1982). On understanding nonliteral speech: ¿Puede la gente ignorar las metáforas? Journal Of Verbal Learning And Verbal Behavior, 21(1), 85-98. doi: 10.1016/s0022-5371(82)90467-4
  2. Lakoff, G., y Johnson, M. (2017). Metáforas por las que vivimos. Chicago, Ill: University of Chicago Press
  3. Thibodeau, P., y Boroditsky, L. (2011). Metáforas con las que pensamos: el papel de la metáfora en el razonamiento. Plos ONE, 6(2), e16782. doi: 10.1371/journal.pone.0016782
  4. Zhong, C., y Leonardelli, G. (2008). Cold and Lonely. Psychological Science, 19(9), 838-842. doi: 10.1111/j.1467-9280.2008.02165.x
  5. Williams, L., & Bargh, J. (2008). Experimentar calor físico fomenta el calor interpersonal. Science, 322(5901), 606-607. doi: 10.1126/science.1162548
  6. Taylor, C., & Dewsbury, B. (2018). Sobre el problema y la promesa del uso de metáforas en la ciencia y la comunicación científica. Journal Of Microbiology & Biology Education, 19(1). doi: 10.1128/jmbe.v19i1.1538.
  7. Martin, E. (1991). The Egg and the Sperm: How Science Has Constructed a Romance Based on Stereotypical Male-Female Roles. Signs: Journal Of Women In Culture And Society, 16(3), 485-501. doi: 10.1086/494680

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