La ciencia cognitiva puede mejorar la toma de decisiones

Julian: ¿Cómo describiría el enfoque de su investigación?

Michał: Últimamente, me he centrado en dos cosas: En primer lugar, en los videojuegos en los que los jugadores se enfrentan a dilemas morales. Estas simulaciones son una forma estupenda de estimular la perspicacia moral, desarrollar la sensibilidad moral y constituyen un entorno versátil que puede ayudarnos a comprender los mecanismos psicológicos que subyacen a las decisiones complejas en condiciones de incertidumbre. En segundo lugar, me he centrado en el desarrollo de algoritmos de aprendizaje automático capaces de detectar contenidos conspirativos en YouTube. Para mejorar el rendimiento de estos algoritmos se pueden utilizar diversas ideas de la epistemología social, la ciencia de datos y la lingüística computacional. También es urgente contrarrestar la propagación de la desinformación.

Julian: ¿Cuál era su pregunta de investigación, en términos generales?

Michał: Quiero saber qué hace que los individuos tomen mejores decisiones. Para averiguarlo, utilizo conocimientos de todas las ciencias cognitivas: psicología, neurociencia, lingüística y filosofía. Es una mezcla de trabajo empírico y teórico, en el que no siempre está claro qué disciplina puede resultar relevante. Luego utilizo estos conocimientos para diseñar tecnologías que puedan facilitar la toma de decisiones o mejorar a las personas a largo plazo.

Julian: ¿Qué conclusiones pensaba sacar de su investigación y por qué?

Michał: En pocas palabras, me interesa encontrar formas de mejorar a las personas. Se ha debatido mucho en distintas disciplinas sobre cómo la psicología que heredamos de nuestros antepasados nos ha dejado poco preparados para el rápido cambio tecnológico y la globalización.

Intento identificar qué aspecto concreto de esa herencia es el principal culpable y luego encuentro una forma de limitar su impacto o de contrarrestarlo con otra cosa. Había algunos candidatos relativamente buenos para examinar primero: el tribalismo, los prejuicios, las emociones negativas y la inteligencia general.

Pensé que uno de estos métodos, o una combinación de ellos, sería un buen punto de partida, y que la mayor parte del trabajo consistiría en diseñar una intervención adecuada. En ese momento, las técnicas de inteligencia artificial parecían una vía muy prometedora, dado lo bien que se les da clasificar cosas y encontrar patrones donde no los hay a primera vista.

Una vez identificado el principal mecanismo psicológico problemático, podemos utilizar técnicas de inteligencia artificial para identificar cuándo está activo y diseñar una intervención para abordarlo.

Julian: ¿Cuál es su proceso general de investigación?

Michał: Trabajo con varios investigadores de distintas disciplinas que tienen programas de investigación similares. En resumen, me gusta trabajar con gente que quiere entender cómo la tecnología influye en las personas y su entorno para bien y para mal. Su trabajo y su comunidad son una importante fuente de inspiración y orientación para mi propio trabajo.

También he tenido la suerte de contar con docenas de estudiantes de talento a lo largo de los años. Juntos hemos diseñado y llevado a cabo experimentos controlados, hemos diseñado nudges y los hemos puesto a prueba, y hemos desarrollado métodos para estudiar la toma de decisiones en los videojuegos. En general, mi proceso de investigación se caracteriza por una colaboración tanto vertical como horizontal. Es un diálogo unido por un compromiso común con la teoría seria y la ciencia al servicio del bien público.

Julian: ¿Qué tipo de hallazgos descubrió al final?

Michał: Tal vez no resulte sorprendente, pero descubrí que no existe un único mecanismo psicológico problemático, ni siquiera un conjunto de tales mecanismos, que pueda ser el objetivo principal de una intervención de mejora. Hay muchas diferencias individuales responsables de la forma en que las personas toman decisiones. Aspectos como la edad, la experiencia, los conocimientos, etc., interactúan entre sí para dar lugar a un estilo idiosincrásico de toma de decisiones.

Sin embargo, el camino que he recorrido me ha proporcionado una serie de nuevos métodos útiles que pretendo aplicar en futuros trabajos, como los videojuegos antes mencionados y las imágenes infrarrojas del rostro. El trabajo sobre los vídeos conspirativos nos ha proporcionado una serie de métodos prometedores y escalables para clasificar contenidos conspirativos. Creo que el trabajo es extremadamente prometedor y espero que pronto dé lugar a una solución viable que pueda llevarse a la práctica.

Julian: ¿Qué importancia cree que tiene esto en un contexto aplicado?

Michał: Actualmente estoy iniciando la supervisión de un proyecto de doctorado realizado en los MindLabs de Tilburg, una iniciativa de colaboración que investiga las mentes humanas y las mentes artificiales, con el objetivo de desarrollar un juego serio que atraiga, forme y retenga al personal clave del sector logístico. El equipo del departamento de CSAI de la Universidad de Tilburg trabajará con el Puerto de Rotterdam y otros socios del sector, pero el proyecto podría haber encontrado acomodo en cualquier escenario donde los expertos tomen decisiones críticas.

Julian: ¿Cuáles cree que son las líneas de investigación más interesantes para el futuro?

Michał: Lo más emocionante de esta investigación es verla en la naturaleza, fuera de la academia, marcando una auténtica diferencia en la vida de las personas. Creo que nuestro trabajo sobre la toma de decisiones y el estímulo puede, con el apoyo suficiente, mitigar algunos de los daños causados por las malas decisiones individuales. El trabajo sobre clasificadores de contenidos conspirativos tiene el potencial de ayudar a controlar la propagación de la desinformación y contrarrestar su impacto negativo en la democracia y la salud pública, además de proporcionarnos una nueva herramienta para combatir la radicalización en línea.