Las decisiones sobre el dinero pueden ser difíciles: a menudo son abstractas, nos obligan a imaginar nuestro futuro y suelen estar impulsadas por las emociones. Ya sea sobre qué marca de cereales comprar, cuánto ahorrar para la jubilación o cuál debería ser nuestro próximo coche, nos bombardean constantemente con decisiones difíciles sobre dinero. Es fácil quedar atrapado en los detalles de estas decisiones y dejar que nos estresen. Por desgracia, este estrés nos hace más irracionales. El problema es que a los estadounidenses nos resulta más difícil que nunca centrarnos en nuestros objetivos a largo plazo. Por eso nos embarcamos en un estudio para encontrar formas de ayudar a mejorar las decisiones financieras en situaciones de estrés.
The Decision Lab se asoció con Capital One para descubrir formas sencillas de reducir los efectos del estrés en nuestras decisiones financieras. En concreto, nos centramos en cómo el pensamiento global puede afectar a las decisiones financieras en situaciones de estrés. Normalmente, el estrés hace que la gente se quede atascada en los detalles e ignore los efectos a largo plazo. Así que queríamos ver si un rápido ejercicio mental podía invertir este efecto y hacer que la gente fuera mejor con el dinero. Para ello, realizamos un estudio con 1.011 estadounidenses representativos de todo el país.
Descubrimos que los estilos de pensamiento abstracto, de "visión global", conducen a comportamientos financieros más saludables. El pensamiento abstracto significa centrarse en la situación general en lugar de en los detalles. En concreto, pensar por qué podríamos hacer algo en lugar de cómo podríamos hacerlo nos hace ser más racionales. Adoptar esa perspectiva nos permite sentirnos más en control de nuestras finanzas, presupuestar mejor, ahorrar más y, en última instancia, alcanzar más nuestros sueños financieros.