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Necesidad, no codicia: primas, asunción de riesgos y evolución

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Nov 29, 2016

Qué hacer con los banqueros "codiciosos

A raíz de la crisis financiera más reciente, los organismos reguladores financieros de todo el mundo han buscado formas de frenar la asunción excesiva de riesgos por parte de los banqueros. La mayoría de las veces, esto se hace limitando las primas y desarrollando políticas de recuperación (Gray, 2016). Tales decisiones se basan en la opinión generalizada de que los incentivos financieros son un factor para la asunción de riesgos. Que la posibilidad de obtener grandes beneficios personales es tan atractiva que muchos individuos están dispuestos a asumir riesgos excesivos para conseguirlos. Esta es la visión clásica "homo-economicus" del comportamiento humano, en la que se considera a las personas actores racionales, motivados para maximizar la utilidad personal por razones de interés propio (Aktipis y Kurzban, 2004; Thaler, 2000). En otras palabras, ser codicioso.

Pero .... ¿y si los banqueros no asumieran riesgos para ganar sus primas por motivos de codicia, sino por motivos de necesidad?

Somos seres humanos "necesitados

Los banqueros son, por supuesto, "homo-sapiens", no "homo-economicus". Por lo tanto, se ven impulsados e influidos por los mismos mecanismos innatos que nos guían e influyen a todos. Entonces, ¿por qué parece que estamos dispuestos a asumir riesgos para ganar más? ¿Qué motiva e impulsa realmente a asumir riesgos? La respuesta puede estar en cómo hemos evolucionado.

A lo largo de la historia, nuestros antepasados se enfrentaron constantemente a problemas. A menudo, los mismos problemas una y otra vez. Las condiciones particulares del entorno y los problemas encontrados esculpieron adaptaciones específicas para superarlos. Algo así como un árbol solitario en una colina desprotegida. Los vientos lo azotan constantemente y, con el tiempo, se adapta a ellos curvándose para dejar pasar el viento con facilidad. Del mismo modo, los humanos han desarrollado adaptaciones de comportamiento que existen para resolver un problema concreto al que se enfrentaban nuestros antepasados en un ámbito determinado.

Uno de los problemas que resolvía la asunción de riesgos era garantizar que tuviéramos suficiente energía (es decir, que comiéramos) en entornos impredecibles (Caraco, Martindale y Whittam, 1980). A la hora de buscar comida, nuestros antepasados se enfrentaban a varias opciones: podían buscar comida en una zona que sabían que no era demasiado abundante pero sí bastante constante en cuanto a niveles de alimento (es decir, la opción de baja varianza y bajo riesgo) o podían buscar comida en una zona más variable que a veces tenía mucha comida y a veces poca (es decir, la opción de alta varianza y alto riesgo). La elección depende de las necesidades de la persona. Si sus necesidades, en términos de requerimientos energéticos, están bastante bien saciadas, ¿para qué molestarse en ir a la zona de alta variabilidad? La opción de bajo riesgo será suficiente. Sin embargo, cuando la necesidad de la persona es alta, está cerca de la inanición y los niveles de energía se están agotando, arriesgarse con la opción arriesgada puede ser rentable. Sin duda merece la pena arriesgarse, ya que la opción de baja variante no ofrecerá suficiente energía para garantizar la supervivencia.

Así, los humanos han evolucionado para ser muy sensibles a los niveles de necesidad. Asegurar la satisfacción de las necesidades garantiza la supervivencia. En consecuencia, tendemos a evaluar nuestra situación actual en función de si satisface nuestras necesidades. Cuando las necesidades no están satisfechas (es decir, nuestro estado actual es dispar a nuestro estado objetivo deseado) y una opción de bajo riesgo ofrece pocas posibilidades de satisfacer nuestra necesidad, estamos innatamente motivados para asumir riesgos (Gonzales, Mishra y Camp, 2016; Mishra, 2014).

Necesidad - saciedad: el motor último de la asunción de riesgos

Las perspectivas evolutivas operan a un nivel último (Scott-Phillips, Dickins y West, 2011). Tratan de explicar por qué existe algo o cuál es su función, en lugar de ofrecer una explicación próxima de cómo funciona (Saad, 2011). Teorizar que la saciedad de la necesidad es el motor de "último nivel" de la asunción de riesgos da a ese comportamiento un origen y una justificación. Y lo que es más importante, estos impulsos innatos son universales para el ser humano, por lo que tienen una amplia aplicación para comprender la asunción de riesgos en muchos contextos diferentes (Witt, 2016).

Un aspecto interesante de muchos sistemas de primas, sobre todo los del sector bancario, es que están supeditados al cumplimiento de un determinado nivel de rendimiento. Los bancos fijan objetivos y las personas tienen que cumplirlos para poder optar a la recompensa. Además, no alcanzar esos objetivos puede ser perjudicial para el individuo: puede limitar su progresión o hacer que pierda su empleo. En esencia, su supervivencia depende en cierta medida del rendimiento y el cumplimiento de esos objetivos. Sin que los directivos lo sepan, esto puede estar creando una situación de "necesidad" comparable a la de nuestros antepasados.

Imaginemos a un vendedor que tiene como objetivo vender productos por valor de 10.000 dólares al mes. Esto se convierte esencialmente en un nivel de "necesidad" exigido. ¿Qué ocurre si las ventas no son buenas durante varios meses seguidos? Esto le coloca en una situación de alta necesidad, ya que la probabilidad de que alcance su objetivo se reduce y su capacidad para hacerlo se ve comprometida. Una persona así preferirá apostar por un 10% de posibilidades de conseguir 10.000 dólares de ventas, antes que aceptar una venta segura de 1.000 dólares. En el sector financiero, se fijan objetivos anuales en lugar de mensuales, y muchos de estos profesionales cuentan cómo las personas que están por debajo de sus objetivos hacia finales de año tienden a aumentar su asunción de riesgos (Shapira, 2002). Además, la mayoría de los relatos de comerciantes deshonestos describen cómo su asunción de riesgos aumentaba con cada pérdida, ya que trataban de recuperar las pérdidas y alcanzar el punto de equilibrio (Abdel-khalik, 2014).

La perspectiva evolutiva descrita aquí ofrece una explicación de por qué ocurre esto. Podría decirse que las primas no motivan a las personas a asumir riesgos porque sean codiciosas. Más bien, imponen un umbral que los individuos deben o necesitan alcanzar. Al hacerlo, evocan la función evolutiva de la asunción de riesgos: la saciedad de la necesidad. Los seres humanos han garantizado su supervivencia evolucionando para asumir riesgos cuando su situación actual no se ajusta al estado deseado (Mishra, 2014).

¿Qué implica esto?

Reconocer que la asunción de riesgos está influida por algo tan innato tiene implicaciones específicas para las intervenciones (McDermott, Fowler y Smirnov, 2008). En lugar de intentar limitar las primas, hay que centrarse en calibrar cuidadosamente los objetivos de rendimiento. Gran parte de la teoría que subyace a la fijación de objetivos se basa en la premisa de que cuanto más difícil sea alcanzar un objetivo, mayor será el esfuerzo que motivará (Locke y Latham, 2002). En consecuencia, muchas organizaciones, no sólo las financieras, fijan a sus empleados objetivos difíciles de alcanzar. Sin embargo, si el objetivo es tan difícil de alcanzar, puede evocar la asunción de riesgos, ya que los individuos se perciben a sí mismos en una situación significativamente dispar a la que necesitan estar. Por supuesto, asumir riesgos no es necesariamente malo. De hecho, a menudo es necesario. Los problemas surgen cuando la asunción de riesgos se vuelve excesiva. Desde esta perspectiva evolutiva, cuanto mayor sea la disparidad entre el estado actual y el estado deseado, más dispuesto estará alguien a asumir riesgos.

Comprender este motor último de la asunción de riesgos también puede ayudar a las personas a tomar mejores decisiones. Por ejemplo, en los mercados financieros, se espera que los operadores tomen decisiones basadas en "correr sus ganadores y cortar sus perdedores". Sin embargo, muchos operadores describen lo difícil que es hacerlo. Tienden a recoger beneficios demasiado pronto y a perseguir las pérdidas (Willman, Fenton-O'Creevy, Nicholson y Soane, 2002). Este comportamiento es comprensible si se tiene en cuenta la función de saciedad de la asunción de riesgos: hemos evolucionado para asumir riesgos con el fin de satisfacer nuestras necesidades, pero en cuanto las satisfacemos, nos fijamos en ese nivel. No hemos evolucionado para maximizar, sino para satisfacer y aceptar decisiones suficientemente buenas (Naumof, 2016).

Cuando nos enfrentamos a circunstancias económicas difíciles, como la crisis financiera, a menudo es fácil olvidar que interviene la naturaleza humana. Diseñar sistemas organizativos teniendo en cuenta las adaptaciones evolutivas que subyacen a nuestra toma de decisiones, nos proporciona formas novedosas de superar nuevas crisis y mejorar el funcionamiento de muchas organizaciones.

Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores y no reflejan necesariamente la política o posición oficial de The Decision Lab.

References

Abdel-khalik, A. R. (2014). Predicciones de la teoría de las perspectivas sobre el terreno: Los buscadores de riesgo en entornos de controles contables débiles. Journal of Accounting Literature, 33(1-2), 58-84. https://doi.org/10.1016/j.acclit.2014.10.001

Aktipis, C. A., & Kurzban, R. O. (2004). ¿Se ha extinguido el homo economicus? Vernon Smith, Daniel Kahneman y la perspectiva evolutiva. En Advances in Austrian Economics (Vol. 7, pp. 135-153). Bingley: Emerald (MCB UP ). Retrieved from https://www.emeraldinsight.com/10.1016/S1529-2134(04)07007-3

Caraco, T., Martindale, S., & Whittam, T. S. (1980). An empirical demonstration of risk-sensitive foraging preferences. Animal Behavior, 28(3), 820-830. https://doi.org/10.1016/S0003-3472(80)80142-4

Gonzales, J., Mishra, S., y Camp, R. D. (2016). For the Win: Toma de decisiones sensible al riesgo en equipos: Sensibilidad al riesgo en los equipos. Journal of Behavioral Decision Making. https://doi.org/10.1002/bdm.1965

Gray, A. (2016). Los profesionales de las finanzas estadounidenses se enfrentan a nuevas medidas salariales. Extraído el 19 de mayo de 2016, de https://www.ft.com/cms/s/0/49a9b30a-07d3-11e6-a623-b84d06a39ec2.html

Locke, E. A., y Latham, G. P. (2002). Building a practically useful theory of goal setting and task motivation: A 35-year odyssey. American Psychologist, 57(9), 705-717. https://doi.org/10.1037/0003-066X.57.9.705

McDermott, R., Fowler, J. H., & Smirnov, O. (2008). On the Evolutionary Origin of Prospect Theory Preferences. The Journal of Politics, 70(2), 335-350. https://doi.org/10.1017/S0022381608080341

Mishra, S. (2014). Decision-Making Under Risk Integrating Perspectives From Biology, Economics, and Psychology. Personality and Social Psychology Review, 18(3), 280-307. https://doi.org/10.1177/1088868314530517

Naumof, N. (2016). En busca de la mediocridad: los seres humanos están programados para evitar lo peor, no para buscar el mejor resultado. Recuperado el 6 de abril de 2016, de https://www.naumof.com/

Saad, G. (2011). El eslabón perdido: las raíces biológicas de las ciencias empresariales. En G. Saad (Ed.), Evolutionary psychology in the business sciences (pp. 1-17). Londres: Springer. Obtenido de https://capitadiscovery.co.uk/greenwich-ac/items/702855

Scott-Phillips, T. C., Dickins, T. E., & West, S. A. (2011). La teoría evolutiva y la distinción último-proximo en las ciencias del comportamiento humano. Perspectives on Psychological Science, 6(1), 38-47. https://doi.org/10.1177/1745691610393528

Shapira, Z. (2002). Aspiration levels and risk taking by government bond traders. Manuscrito inédito, Universidad de Nueva York.

Thaler, R. H. (2000). Del homo economicus al homo sapiens. The Journal of Economic Perspectives, 14(1), 133-141.

Willman, P., Fenton-O'Creevy, M., Nicholson, N., & Soane, E. (2002). Traders, managers and loss aversion in investment banking: a field study. Accounting, Organizations and Society, 27(1-2), 85-98. https://doi.org/10.1016/S0361-3682(01)00029-0

Witt, U. (2016). La evolución del consumo y sus efectos sobre el bienestar. Journal of Evolutionary Economics, 1-21. https://doi.org/10.1007/s00191-016-0459-3

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