Ignorancia pluralista,

A nivel personal, los efectos de la ignorancia pluralista ya son profundos. Podemos empezar a sentirnos aislados, creyendo que estamos solos en nuestra per^spectiva.1 Suprimir nuestras creencias o sentimientos genuinos puede hacer mella en nuestra autoestima. Suprimir nuestras creencias o sentimientos genuinos puede hacer mella en nuestra autoestima. Creemos erróneamente que somos los atípicos porque hay algo malo en nuestra perspectiva, lo que nos hace sentir fuera de contacto con quienes nos rodean. Por ejemplo, los estudiantes universitarios tienden a sobrestimar ^que se sienten más incómodos con las prácticas de consumo de alcohol en los campus que sus compañeros, lo que les hace sentirse aislados de las reuniones sociales.2

Más allá de su impacto emocional, las implicaciones prácticas de la ignorancia pluralista incluyen la pérdida de oportunidades. Si no expresamos nuestros verdaderos pensamientos o sentimientos, podemos dejar pasar oportunidades de aprender, crecer y cambiar, como los alumnos que se abstienen de levantar la mano durante la clase. Nuestra indecisión puede incluso impedirnos presentarnos a una entrevista para un nuevo puesto, al considerar a los demás candidatos más seguros y cualificados, cuando en realidad están tan nerviosos como nosotros.

Si ampliamos la perspectiva y consideramos las implicaciones sociales más amplias, la ignorancia pluralista tiene efectos significativos en las comunⁱdades y organizaciones en general.3 Si la mayoría de la gente discrepa silenciosamente de una norma, pero actúa con la impresión de que todos los demás la apoyan, las prácticas obsoletas o incluso perjudiciales pueden continuar sin cuestionarse. Cuando las normas culturales se diseñan sobre la base de estas opiniones mayoritarias percibidas en lugar del consenso genuino, puede que no resuenen con los verdaderos deseos o necesidades de la comunidad ni sirvan a los mismos.

Un ejemplo conmovedor es la cultura del "exceso de trabajo" que prevalece en muchos sectores empresariales. Aunque los empleados crean en privado en la importancia del equilibrio entre la vida laboral y personal y en los peligros del agotamiento, el entorno de oficina abierta suele contar una historia diferente. Los compañeros que se quedan hasta tarde, no se toman descansos completos y parecen constantemente ocupados pueden crear la ilusión de que todos apoyan y prosperan en una cultura de trabajo constante. Este consenso silencioso puede convertirse en un ciclo que se autoperpetúa en toda la organización. La dirección puede interpretarlo erróneamente como entusiasmo y compromiso genuinos, y dar forma a políticas de empresa que favorezcan jornadas laborales más largas y menos descansos. En general, la ignorancia pluralista da lugar a una cultura de empresa que perpetúa lo que los empleados no quieren, en lugar de dar prioridad a lo que prefieren.

En el mundo de los productos, sobre todo en el vertiginoso ámbito de los bienes de consumo, el impacto de la ignorancia pluralista puede ser significativo. Las empresas suelen basar el diseño de sus productos, sus estrategias de marketing e incluso sus argumentos de venta en lo que creen que es popular en la demanda. Sin embargo, si esta tendencia percibida se basa en un concepto erróneo -en el que la gente sólo parece preferir una determinada característica o diseño porque cree que otros lo hacen-, es posible que el producto no resuene con los deseos reales de la mayoría.

Imaginemos una situación en la que una empresa presenta un nuevo smartphone durante un debate de un grupo de discusión. Si unas pocas voces dominantes expresan una fuerte aprobación y otras, a pesar de sus reservas, permanecen en silencio porque creen que están en minoría, la empresa puede seguir adelante con un diseño defectuoso. El resultado puede ser que el producto no funcione tras salir al mercado, con el consiguiente despilfarro de recursos y pérdida de oportunidades. Este es un caso claro en el que el silencio impulsado por la ignorancia pluralista puede llevar a las empresas a tomar decisiones que no se ajustan a las verdaderas preferencias de los consumidores.

Dado que los sistemas de inteligencia artificial (IA) dependen en gran medida de los datos de entrada y de la comprensión humana, no son inmunes a los escollos de la ignorancia pluralista. El desarrollo y perfeccionamiento del aprendizaje automático requiere la colaboración entre programadores, científicos de datos y expertos del sector. Si una suposición errónea se comparte sin cuestionarla, la IA puede perpetuar e incluso amplificar ese error.

Pensemos en la creación de una IA de previsión financiera. Mientras se desarrolla, hay consenso sobre el enfoque del algoritmo, aunque muchos miembros del equipo cuestionan en privado ciertos aspectos de su modelización predictiva. Temerosos de parecer contrarios o menos informados, estos individuos se abstienen de expresar sus dudas. El equipo avanza en el entrenamiento de la IA bajo esta premisa potencialmente errónea antes de desplegarla en el mercado. En lugar de optimizar las previsiones financieras como se pretendía, el software empieza a hacer predicciones sistemáticamente erróneas, lo que tiene importantes consecuencias económicas. Si los miembros del equipo hubieran discutido abiertamente sus reservas, podría haber surgido una IA más precisa y eficaz, lo que subraya el papel crucial del diálogo abierto en el desarrollo de la IA.

La ignorancia pluralista surge de una compleja interacción entre dinámicas sociales, procesos cognitivos y factores ambientales. Profundizar en sus orígenes puede ofrecer una imagen más clara de por qué está tan extendida y cómo sigue influyendo en la sociedad moderna.

Nuestra necesidad de conformidad social

En el fondo, somos seres sociales. La evolución nos ha condicionado a buscar la aceptación dentro de nuestro grupo, ya que a menudo aumenta nuestras posibilidades de supervivencia.4 Esta necesidad de conformidad social significa que a menudo medimos nuestros comportamientos y creencias en función de las normas sociales percibidas. Si todo el mundo parece pensar o comportarse de una determinada manera, es natural suponer que desviarse de esa norma puede conducir al ostracismo.

Interpretar mal las señales no verbales

Los humanos, por naturaleza, somos expertos en leer las expresiones faciales, el lenguaje corporal y otras señales no verbales. Sin embargo, esta habilidad no está exenta de errores. En un estudio fundamental publicado en la ^revista Journal of Personality and Social Psychology,5 los investigadores observaron por primera vez que las personas suelen malinterpretar las señales no verbales de los demás. Por ejemplo, una persona puede asumir el silencio de otra como un acuerdo, cuando en realidad es una señal de desacuerdo interno o duda. O puede que alguien se ría de un chiste que considera ofensivo porque no quiere parecer demasiado sensible. Estos sutiles malentendidos pueden acumularse, llevando a un grupo a creer que hay consenso cuando en realidad existe una importante discordia interna.

Situaciones ambiguas

En situaciones ambiguas en las que el comportamiento o la respuesta "correctos" no están claros, solemos mirar a los demás en busca de pistas. Sin embargo, si todos se miran unos a otros, puede surgir rápidamente un falso consenso. Por ejemplo, en una reunión en la que se presenta una nueva política, si las implicaciones no están claras, la mayoría puede mirar a su alrededor para calibrar las reacciones. Si nadie plantea sus preocupaciones (aunque muchos las tengan internamente), el grupo puede asumir erróneamente que todos los demás están de acuerdo.

Miedo a las repercusiones

En muchos entornos organizativos, manifestar desacuerdo puede tener consecuencias negativas tangibles en la carrera profesional. Ya sea por el miedo a las represalias de los superiores, el riesgo de perder capital social o la preocupación por ser tachado de "difícil", las posibles repercusiones de romper con las normas percibidas por el grupo pueden ser desalentadoras. Así lo pone de relieve un estudⁱo de The European Journal of Social Psychology6 , según el cual los individuos suelen silenciar sus preocupaciones o desacuerdos, especialmente en estructuras jerárquicas, debido a los riesgos percibidos.

En esencia, la ignorancia pluralista se deriva de una mezcla de instintos evolutivos, los entresijos de la interacción humana y entornos complejos. Reconocer estas causas subyacentes es el primer paso para encontrar formas de abordar y mitigar sus efectos.

En el fondo, la ignorancia pluralista representa un desajuste fundamental entre lo que los individuos creen en privado y lo que perciben que creen los demás. Esta desconexión puede frenar el diálogo abierto, obstaculizar la toma de decisiones eficaz y fomentar un entorno en el que las ideas erróneas eclipsan la verdad y la transparencia.

Cuando los individuos creen que sus opiniones no coinciden con las de la mayoría, pueden suprimir ideas valiosas o innovadoras por miedo a ser condenados al ostracismo. Además, en situaciones en las que se requiere una acción colectiva, como unirse en torno a una causa común o abordar un reto cultural, la ignorancia pluralista puede conducir a la apatía y la inacción. Al reconocer y abordar este fenómeno, las comunidades y organizaciones pueden crear un entorno más integrador en el que se escuchen y valoren las diversas voces.

La lucha contra la ignorancia pluralista empieza por tomar conciencia de uno mismo y adoptar medidas deliberadas para fomentar una comunicación auténtica. He aquí algunos enfoques estratégicos que podemos adoptar para expresarnos mejor y descubrir cuál es la verdadera opinión mayoritaria.

Reflexionar sobre las creencias personales

Si dedicamos regularmente tiempo a la introspección y a aclarar nuestros valores y creencias, podremos resistir mejor las presiones de la sociedad para conformarnos. Herramientas como el diario o la meditación pueden ayudarnos en este viaje introspectivo. Cuando nos basamos en nuestras convicciones, somos menos propensos a malinterpretar el silencio o la conformidad como un acuerdo y más proclives a expresar nuestras creencias genuinas.

Buscar la comunicación directa

A menudo, nuestras suposiciones sobre las creencias de los demás son sólo eso: suposiciones. Entablando conversaciones directas, haciendo preguntas y escuchando activamente, podemos acceder a una representación más exacta de las opiniones de los demás. Por ejemplo, si en una reunión todo el mundo guarda silencio sobre un tema polémico, propiciar una mesa redonda en la que cada miembro comparta su opinión puede romper el ciclo del acuerdo supuesto.

Fomentar una cultura de retroalimentación

Cultivar un entorno, ya sea en casa, en la escuela o en el trabajo, en el que las opiniones no sólo sean bienvenidas, sino también valoradas, puede ser fundamental. Debemos hacer todo lo posible para que la gente se sienta cómoda expresando opiniones discrepantes o desafiando las normas imperantes. Sin embargo, en situaciones en las que expresar opiniones discrepantes puede tener repercusiones, los mecanismos de retroalimentación anónimos pueden ofrecer una medida precisa del sentimiento del grupo. Tanto si se trata de una encuesta anónima en un entorno corporativo como de un buzón confidencial en un espacio comunitario, estas herramientas pueden proporcionar información sobre el consenso real.

Al adoptar estas estrategias, los individuos no sólo fomentan una comprensión más clara de su entorno, sino que también ayudan a construir comunidades en las que se valora más la transparencia y el consenso genuino que la conformidad silenciosa.

La ignorancia pluralista se remonta a las presiones sociales presentes en las civilizaciones antiguas, que a menudo daban prioridad a la conformidad sobre el pensamiento individual. Sin embargo, su estudio formal como fenómeno psicológico se remonta a principios del siglo XX, cuando los investigadores empezaron a observar discrepancias entre las creencias personales y el comportamiento público en entornos de grupo. El término en sí fue introducido en la década de 1920 por el psicólogo estado^unidense Floyd Allport y sus alumnos Daniel Katz y Richard Schanck.7 Utilizaron la ignorancia pluralista para describir situaciones en las que la mayoría de los miembros de un grupo rechazan en privado una norma, pero asumen erróneamente que la mayoría de los demás la aceptan basándose en su comportamiento manifiesto. Más tarde, Floyd fue pionero en una serie de estudios que exploraban cómo la conformidad social conduce a los estereotipos y los prejuicios, especialmente en torno al creciente antisemitismo durante la Segunda Guerra Mundial.8

En la década de 1970 resurgió el interés empírico por la ignorancia pluralista a través de una lente política, como las relaciones raciales y las preferencias de voto a la luz del Movimiento p^or los Derechos Civiles.9 Gran parte de la investigación se llevó a cabo en campus universitarios, investigando cómo los estudiantes a menudo asumían erróneamente que sus preferencias personales no coincidían con las de sus compañeros. Por ejemplo, un estudio de Deborah Prentice y Dale Miller descubrió que el nivel de comodidad de la mayoría de los estudⁱantes con el consumo de alcohol era a menudo muy inferior a lo que se percibía como "normal".2 Investigaciones más recientes han descubierto un patrón similar con las r^elaciones sexuales esporádicas: por término medio, los estudiantes consideran que sus compañeros se sienten más cómodos ligando que ellos mismos.10

Uno de los ejemplos históricos más citados de ignorancia pluralista en la historia gira en torno al trágico caso de Kitty Genovese.11 El ²⁷ de marzo de 1964, Genovese fue asesinada a la puerta de su apartamento en Queens, Nueva York. Los titulares que surgieron a raíz de este incidente fueron sorprendentes: en un principio se informó de que 38 testigos habían visto u oído el ataque desde la ventana de sus habitaciones, pero no hicieron nada por intervenir ni siquiera llamaron a la policía.

Aunque investigaciones posteriores revelaron que el número de testigos activos era mucho menor y que algunos intentaron ayudar, la historia ya había calado en la conciencia pública. Este incidente impulsó a los psicólogos sociales Bibb Latané y John Darley a investigar el fenómeno que ahora se conoce como efecto es^pectador.12 Mediante una serie de experimentos, dedujeron que cuando varias personas presencian una emergencia, es menos probable que intervengan, pues suponen erróneamente que otro asumirá la responsabilidad. Parte de esta indecisión se debe a la ignorancia pluralista: la gente evalúa las reacciones de los demás para determinar si un suceso es realmente una emergencia. Si nadie más parece alarmado, los individuos pueden restar importancia a la gravedad de la situación o asumir que la están malinterpretando. Este conformismo puede conducir a resultados trágicos.

En la era digital, la ignorancia pluralista se manifiesta virtualmente, especialmente en el mundo de las redes sociales. Un estudio realizado por el Pew Research Center en 2014 ahondó en la "espiral del silencio" observada en plataformas como Faceb^ook y Twitter13.

El estudio descubrió que los usuarios eran menos propensos a compartir sus opiniones sobre un tema controvertido (en este caso, las revelaciones sobre la vigilancia del gobierno estadounidense por Edward Snowden) en las redes sociales si creían que su audiencia no estaba de acuerdo con ellos. Incluso en situaciones fuera de línea, como conversaciones personales, saber que los amigos en las redes sociales tenían opiniones opuestas hacía que los individuos fueran menos propensos a discutir el tema.

En parte, podemos atribuir esta espiral digital de silencio a la ignorancia pluralista. Los usuarios suelen sobrestimar la prevalencia de opiniones contrarias en las plataformas sociales y, al hacerlo, se sienten aislados o en minoría con su perspectiva. Entonces se autocensuran, pensando que están en minoría o temiendo repercusiones sociales. Este ciclo se perpetúa, dando lugar a un debate silenciado y a una percepción sesgada de la opinión pública sobre cuestiones críticas.

El estudio sirve como potente recordatorio de cómo ha evolucionado la ignorancia pluralista frente a la tecnología. En una era en la que las plataformas sociales desempeñan un papel influyente en la configuración del discurso, reconocer y cuestionar nuestras suposiciones sobre el sentimiento colectivo resulta más importante que nunca.

Qué es

La ignorancia pluralista describe cuando creemos que nuestras opiniones privadas difieren de las de la mayoría, lo que hace que las reprimamos y nos conformemos con lo que percibimos como la norma social.

Por qué ocurre

La ignorancia pluralista es el resultado de una combinación de tres factores. En primer lugar, nuestros instintos evolutivos nos empujan a conformarnos en situaciones sociales. En segundo lugar, los errores cognitivos al interpretar las señales no verbales nos llevan a malinterpretar el desacuerdo como consenso. Por último, dinámicas ambientales como la ambigüedad y el miedo a las repercusiones nos impiden expresar nuestras opiniones.

Ejemplo 1 - El efecto espectador y el asesinato de Kitty Genovese

En 1964, muchos testigos oculares no informaron del asesinato de Kitty Genovese, lo que llevó a los investigadores Latané y Darley a proponer el efecto espectador, según el cual es menos probable que las personas intervengan en situaciones de emergencia porque suponen que alguien más lo hará. En parte, podemos atribuir el efecto espectador a la ignorancia pluralista, que dificulta la capacidad de los transeúntes para calibrar la urgencia de una situación.

Ejemplo 2 - La espiral del silencio en las redes sociales

Un estudio realizado por el Pew Research Center descubrió una "espiral del silencio", en la que los usuarios de las redes sociales son menos propensos a expresar sus verdaderas opiniones si perciben que no coinciden con la mayoría. Esta investigación sirve como potente recordatorio de cómo la tecnología puede amplificar la ignorancia pluralista.

Cómo evitarlo

Podemos evitar la ignorancia pluralista tomando medidas para expresar mejor nuestros puntos de vista e investigar cuál es la verdadera opinión mayoritaria. Esto incluye consolidar nuestras creencias personales con antelación, buscar líneas directas de comunicación y crear un entorno en el que las opiniones no sólo se acepten, sino que se fomenten.

Política de drones (1/3): Reducir el coste humano

La mayoría de las veces, los muertos por los ataques de aviones no tripulados estadounidenses no son los objetivos previstos. En este artículo, Jared Celniker analiza cómo la ignorancia pluralista hace que quienes participan en misiones con aviones no tripulados crean erróneamente que han llegado a la misma conclusión, a pesar de tener reservas privadas sobre los objetivos seleccionados. Siga leyendo para conocer otros sesgos cognitivos que provocan bajas innecesarias en la guerra con drones.

Normas sociales

La ignorancia pluralista es sólo un ejemplo de norma social, que son las reglas informales que guían nuestro comportamiento dentro de la sociedad. Aunque las normas sociales estructuran nuestras interacciones, muchas de ellas pueden resultar problemáticas si no se cuestionan. Lee este artículo para saber más sobre otros tipos de normas sociales y cómo cuestionarlas en nuestra vida cotidiana.