¿Por qué creemos que los demás pueden leer nuestra mente?
Ilusión de transparencia
explicó.¿Qué es la ilusión de transparencia?
La ilusión de transparencia se produce cuando sobrestimamos el grado en que otras personas pueden percibir nuestros pensamientos, emociones y estados mentales personales. Las personas que experimentan este sesgo cognitivo tienden a creer que sus experiencias internas son más visibles para los demás de lo que realmente son.
Dónde se produce este sesgo
Priya está a punto de presentar una idea creativa en una reunión de equipo. Mientras se prepara para hablar, su mente se llena de dudas y ansiedad. Aunque Priya ha preparado bien su presentación, nunca se ha sentido cómoda hablando en público. Convencida de que su nerviosismo es claramente visible para todos los presentes en la sala, imagina a sus compañeros escrutando cada uno de sus gestos, expresiones faciales y tropiezos con las palabras en busca de signos de vacilación. Algunos miran sus teléfonos móviles, otros escriben o teclean en sus dispositivos. Priya se dice a sí misma que son señales claras de que su público se ha desconectado de su presentación porque saben que está dudando de sí misma.
En realidad, los compañeros de Priya la perciben segura de sí misma y elocuente, y sólo están absortos en sus propios pensamientos y agendas. La ilusión de transparencia hace creer a Priya que su estado emocional interno es transparente para los demás. Incluso contribuye a que malinterprete el comportamiento de sus colegas durante la presentación. La brecha entre su vulnerabilidad percibida y la indiferencia del equipo se hace evidente durante la pausa para el café, cuando un colega expresa su admiración genuina por la atractiva presentación de Priya.
Esta anécdota laboral ejemplifica cómo la ilusión de transparencia puede distorsionar nuestra percepción de las interacciones sociales cotidianas, haciéndonos sentir que quienes nos rodean pueden leer nuestra mente. En lugar de centrarse en exponer su idea, Priya se distrajo con pensamientos negativos sobre las reacciones de sus compañeros. La convicción de Priya de que su público podía detectar su agitación interior pone de relieve nuestra tendencia a sobrestimar la visibilidad externa de nuestras emociones internas.
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Efectos individuales
La ilusión del sesgo de transparencia puede tener un profundo efecto en nuestro comportamiento, autopercepción y bienestar. Una consecuencia notable de este sesgo es la mayor autoconciencia que pueden experimentar las personas en situaciones sociales u orientadas al rendimiento. Al creer que sus emociones internas son más visibles para los demás de lo que realmente son, los individuos pueden sentir una mayor presión para ajustarse a las expectativas percibidas, lo que conduce a una mayor ansiedad y dudas sobre sí mismos.
Del mismo modo, este sesgo puede repercutir en nuestra autoexpresión y en la forma en que nos comunicamos con otras personas. Los individuos pueden abstenerse de expresar sus verdaderos sentimientos o preocupaciones debido a la ilusión de que los demás pueden discernir fácilmente sus emociones. Por ejemplo, una pareja en una relación relativamente nueva puede sentir que su pareja sabe lo que siente por ella y subestimar la necesidad de hablar de sus sentimientos. Con el tiempo, la ilusión de transparencia puede contribuir a un ciclo de falta de comunicación, ya que las personas modifican su comportamiento basándose en una suposición errónea de transparencia.
Efectos sistémicos
La ilusión de transparencia puede tener efectos sistémicos que impregnan diversos aspectos de la sociedad, influyendo en la comunicación, la toma de decisiones y la dinámica organizativa. En entornos institucionales, por ejemplo, los líderes que sucumben a este sesgo pueden suponer que sus intenciones y emociones son claras para sus equipos, aunque no lo sean. Este desajuste puede dar lugar a malentendidos y a una disminución de la productividad.
En los sistemas legales y judiciales, la ilusión de transparencia puede afectar a los procedimientos en sala. Impulsados por la creencia de que sus emociones o credibilidad son obvias para jueces y jurados, los testigos pueden cambiar su forma de comportarse en el estrado. Del mismo modo, este sesgo también puede influir en la percepción de la culpabilidad o la inocencia, ya que los jurados pueden asumir erróneamente que pueden calibrar con precisión los sentimientos de un acusado basándose en indicios externos.
En un plano social más amplio, nuestra creencia de que los demás pueden leer nuestra mente puede contribuir a perpetuar las normas sociales y fomentar el conformismo. Imaginemos a una persona cuyas opiniones sobre temas de actualidad difieren de las de su familia y amigos íntimos. La suposición de que sus pensamientos internos son transparentes para los demás puede llevarle a ajustar su comportamiento para que parezca ajustarse a las expectativas sociales. En última instancia, esto puede reforzar las estructuras sociales existentes y dificultar la aceptación de perspectivas diversas y formas de pensar alternativas.
Cómo afecta al producto
¿Alguna vez ha salido a comprar algo, como una prenda de vestir, con la creencia de que ese producto podría decir algo sobre su identidad o estilo de vida?
La ilusión de transparencia puede influir significativamente en las percepciones y los comportamientos de los consumidores en relación con los productos. Los clientes pueden elegir productos basándose en la creencia de que sus preferencias y motivaciones para seleccionar una marca concreta son transparentes para los demás.
Imagínese a una joven profesional que acaba de comprarse un bolso de diseño de lujo. Lo ha elegido porque la marca se asocia a prestigio, riqueza y estatus social, y está intentando causar una buena impresión en su nuevo lugar de trabajo. Sin embargo, la mujer sobrestima la transparencia de sus intenciones para los demás y da por sentado que el estatus asociado a la marca será evidente para todos los que la rodean. Por desgracia, sus nuevos compañeros no se dieron cuenta de que el bolso era de diseño y algunos ni siquiera se fijaron en él.
La conciencia de la ilusión de transparencia también es importante en el ámbito de la investigación UX y el diseño de productos. El objetivo de la investigación de UX es conocer a fondo las necesidades y deseos de los usuarios potenciales de un producto o servicio para mejorar el proceso de diseño. A menudo se invita a los participantes en las pruebas a utilizar el producto o servicio y realizar tareas con él, para después dar su opinión mediante una entrevista. Sin embargo, influidos por la ilusión de transparencia, es posible que los participantes en las pruebas no expliquen por completo su experiencia con un producto o sus emociones hacia él, ya que suponen que su estado mental es evidente para el investigador. Si los investigadores de UX no son conscientes del impacto potencial que la ilusión de transparencia puede tener en las respuestas de los participantes en las pruebas, esto puede conducir a datos incompletos o inexactos y a conclusiones erróneas.
La ilusión de la transparencia y la IA
Cuando interactuamos con un sistema de IA, como ChatGPT, solemos hablarle y hacerle preguntas como si fuera una persona real. La IA imita el tipo de diálogo que tendríamos con nuestro mejor amigo y, al cabo de un tiempo, establecemos una relación con la máquina. Esto nos lleva a creer que el sistema de IA tiene la capacidad de percibir y entender nuestras intenciones y emociones con precisión.
Imagina que tienes que hacer una presentación urgente y se te acaba el tiempo para terminarla. Llevas unas semanas trabajando con IA y has desarrollado afinidad con ella, así que decides utilizarla para terminar la presentación. Le das a la IA unas breves instrucciones para que redacte la presentación, pero no añades ningún detalle sobre el estilo y el tono porque supones que ya sabe lo que quieres. El sistema devuelve una respuesta genérica que dista mucho de lo que esperabas, y te frustras con tu amigo online. Tus expectativas sobre lo que el sistema de IA podía percibir acerca de tus intenciones internas y la realidad de vuestra interacción eran muy diferentes.
Dicho esto, los neurocientíficos han realizado importantes avances en el desarrollo de IA capaz de leer la actividad de nuestro cerebro. Investigadores de la Universidad de Texas en Austin, por ejemplo, han desarrollado un decodificador no invasivo basado en IA que puede traducir la actividad cerebral en un flujo continuo de texto1. En otros estudios2,3, se han desarrollado modelos de "aprendizaje profundo" para reconstruir imágenes visuales a partir de la actividad cerebral de los participantes.
Pasará algún tiempo hasta que las máquinas de IA que leen la mente estén disponibles para el público en general. Hasta entonces, una comunicación clara sobre las capacidades, limitaciones y funcionamiento interno de los sistemas de IA puede ayudar a gestionar las expectativas de los usuarios y garantizar interacciones más informadas y eficaces con las tecnologías de IA.
Por qué ocurre
Según los psicólogos Thomas Gilovich, Kenneth Savitsky y Victoria Husted Medvec4, la ilusión de transparencia se produce porque los individuos no pueden ajustarse desde el "ancla" de su propia experiencia fenomenológica cuando intentan comprender la perspectiva de otra persona. En otras palabras, como pasamos mucho tiempo analizando y siendo muy conscientes de nuestros estados internos, nos cuesta centrarnos en las perspectivas de los demás. Como resultado, sentimos que nuestras emociones y pensamientos se "escapan". Pensamos: "Si yo estoy experimentando tan intensamente lo que pasa en mi cabeza, todos los que me rodean también deben estarlo".
El mismo proceso ocurre con el efecto foco, un sesgo cognitivo que describe nuestra tendencia a sobrestimar cuánto se fijan los demás en nuestro aspecto externo. Como su nombre indica, este sesgo nos hace sentir que los focos sociales siempre brillan más sobre nosotros de lo que realmente lo hacen.
Tanto la ilusión de transparencia como el efecto foco son variaciones del sesgo egocéntrico, nuestra tendencia a centrarnos en nuestras propias perspectivas cuando examinamos acontecimientos o creencias. El anclaje egocéntrico es una heurística mental que nos ayuda a tomar decisiones y formar juicios con rapidez y facilidad. Para nuestro sistema cognitivo es mucho más eficaz suponer que las perspectivas de los demás coinciden con las nuestras, en lugar de esforzarse por comprender cuáles son realmente sus perspectivas.
La forma en que procesamos y almacenamos los recuerdos también es un factor importante que contribuye a los sesgos egocéntricos, como la ilusión de transparencia. Piense en un acontecimiento memorable del año pasado, como una celebración familiar o unas vacaciones. Al reflexionar sobre sus recuerdos de este acontecimiento pasado, probablemente descubra que se centran en lo que usted experimentó e hizo, con las acciones y emociones de otras personas difuminadas en un segundo plano. Organizamos nuestras experiencias y recuerdos en torno a nosotros mismos porque la información autorreferencial es más fácil de recordar en el futuro.
Por qué es importante
Centrarnos demasiado en nuestros propios estados internos y malinterpretar hasta qué punto pueden percibirlos los demás puede nublar nuestros juicios. Como resultado, podemos ejercer una presión innecesaria sobre nosotros mismos o sobre quienes nos rodean, lo que provoca malentendidos y estrés adicional.
Un ámbito en el que es importante comprender la ilusión de transparencia es el de la salud mental. Imagina que tienes un amigo que últimamente ha tenido problemas en el trabajo y en su relación de pareja, y parece no ser feliz. No dejas de preguntarle cómo está, pero siempre te contesta "estoy bien, estaré bien", así que no sigues con la conversación. Tu amigo, sin embargo, cree que su mal humor y su malestar emocional son perfectamente evidentes para ti y se pregunta por qué no le ofreces más ayuda.
Si alguien que tiene problemas de salud mental asume que las personas que le rodean pueden percibir cómo se siente, es posible que no busque la ayuda que necesita ni exprese sus sentimientos verbalmente. Esto puede hacer que la persona se sienta aún más aislada con sus pensamientos negativos y retrasar la obtención del apoyo adecuado.
Del mismo modo, en situaciones en las que ya nos sentimos nerviosos o ansiosos, creer que los demás pueden leer nuestra mente y percibir nuestra vulnerabilidad puede aumentar nuestra ansiedad.
Es importante ser consciente de que la ilusión de transparencia puede tener efectos perjudiciales sobre nuestro rendimiento en situaciones de estrés. Hoy en día no es infrecuente que una entrevista de trabajo incluya una tarea en grupo, sobre todo si el puesto requiere excelentes habilidades interpersonales. En estas situaciones, todos los presentes quieren el puesto y aspiran a rendir más que los demás. Como candidato, es natural sentirse nervioso, pero si empezamos a convencernos de que los demás aspirantes pueden percibir claramente nuestros sentimientos internos, es posible que nos centremos más en nuestra ansiedad que en realizar la tarea lo mejor posible. Lo mismo puede decirse de hablar en público; cuanto más nos preocupemos con la creencia de que todo el mundo puede leer nuestra mente, menos nos centraremos en la tarea que tenemos entre manos.
Cómo evitarlo
Todos hemos oído el dicho "La verdad puede hacerte libre". Pues bien, cuando se trata de evitar la ilusión de transparencia, las investigaciones sugieren que conocer la verdad sobre este sesgo podría ser la mejor manera de liberarse de sus efectos.
En 2003, Savitsky y Gilovich realizaron un estudio5 destinado a encontrar formas de superar la ilusión de transparencia. Pidieron a los participantes que pronunciaran discursos públicos improvisados y que después calificaran lo nerviosos que creían parecer a su público. Los resultados mostraron que, aunque los oradores creían que parecían muy ansiosos, sus observadores no compartían esta percepción.
Savitsky y Gilovich volvieron a realizar el experimento, pero con una ligera modificación. Esta vez, los investigadores proporcionaron a algunos de los participantes una explicación sobre la ilusión de transparencia, ilustrándoles sobre el hecho de que su ansiedad interna podía no ser tan aparente como pensaban. Los oradores que fueron informados del sesgo manifestaron menos ansiedad y evaluaron sus discursos de forma más positiva que los que no fueron informados. Además, los comentarios del público mostraron que los oradores informados se percibían más serenos y relajados que sus homólogos no informados.
En general, el estudio confirmó que la ilusión de transparencia puede exacerbar la ansiedad al hablar, pero también descubrió que conocerla puede ser un remedio eficaz. Aplicando esto a nuestra vida cotidiana, comprender la ilusión de transparencia y su efecto en nuestra percepción de los demás puede ayudarnos a tener menos miedo a que se filtren nuestros pensamientos.
Empieza por recordarte a ti mismo que tus pensamientos internos son más privados de lo que crees, y que probablemente los demás no sepan lo que sientes y piensas. Del mismo modo, si quieres que alguien sepa exactamente cómo te sientes, es mejor que se lo digas de la forma más clara posible.
Si la ilusión de transparencia nos lleva a creer que nuestros estados internos son transparentes para los demás, tiene sentido que también sobrestimemos hasta qué punto podemos descifrar las emociones y pensamientos de otras personas. La próxima vez que saques conclusiones precipitadas sobre lo que alguien piensa o siente, tómate un momento para comprobar con esa persona si tus suposiciones son correctas.
Cómo empezó todo
El término ilusión de transparencia fue acuñado por primera vez en 1987 por Dale Miller y Cathy McFarland6 en relación con la ignorancia pluralista. Los autores sugirieron que la ilusión de transparencia puede explicar por qué las personas creen que sus pensamientos y sentimientos privados difieren de los de quienes les rodean, a pesar de que el comportamiento público de todos sea el mismo.
En 1998, Gilovich, Savitsky y Medvec realizaron tres estudios distintos para aportar más pruebas de la ilusión de transparencia. Los autores querían explorar cómo las intuiciones de los participantes sobre cómo serían juzgados por los demás se comparaban con cómo eran percibidos realmente por los observadores. Lo hicieron en tres situaciones contrastadas.
En el primer estudio, los investigadores querían saber si las personas que mienten sobrestiman la detectabilidad de su engaño. Hicieron que grupos de participantes jugaran a un juego de detección de mentiras durante el cual cada uno de ellos decía mentiras y verdades al resto del grupo. Como preveían los investigadores, los que mentían sobrestimaban la probabilidad de que los demás participantes fueran capaces de percibir su mentira.
El segundo experimento analizó nuestra capacidad para ocultar los sentimientos de asco cuando nos presentan una comida o bebida que no nos gusta. Se pidió a los participantes que se sentaran en una mesa y probaran 15 bebidas, algunas de las cuales eran un líquido rojo de sabor agradable y otras un líquido rojo de sabor desagradable. Antes de empezar el experimento, los participantes fueron informados de que se iba a grabar una cinta de vídeo de su degustación de las bebidas que luego se mostraría a un grupo de observadores. Mientras que el trabajo de los observadores consistía en adivinar qué bebida estaban probando los catadores, el trabajo de éstos consistía en ocultar sus reacciones ante las bebidas y dificultar al máximo la tarea de los observadores. Al igual que en el primer estudio, los participantes que probaron las bebidas sobrestimaron el número de observadores capaces de adivinar qué bebida estaban probando.
En el tercer y último estudio, los investigadores analizaron cómo afecta la ilusión de transparencia a las reacciones de las personas ante una emergencia. Se llevó a los participantes a una sala de laboratorio con cinco sillas frente a una pizarra. El experimentador les explicó que su tarea consistía en descifrar el mayor número posible de anagramas en 10 minutos e insistió en la importancia de seguir con precisión las reglas del estudio. Una persona fue elegida al azar para ser el "escritor" y todos los demás fueron designados "solucionadores". De hecho, el escritor era un confederado, o un actor secreto de la investigación, y su papel consistía en romper gradualmente las reglas del experimento para crear la máxima alarma entre los participantes. Como era de esperar, los participantes parecían más preocupados por el comportamiento perturbador ante los demás miembros del grupo de lo que realmente estaban.
En los tres escenarios, los participantes fueron víctimas de la ilusión de transparencia. Los autores concluyeron que el sesgo se produce cuando la estimación de una persona sobre hasta qué punto un observador puede discernir sus estados internos supera la capacidad real del observador para hacerlo.
Desde el artículo seminal de Gilovich et al, otros estudios han explorado la ilusión de transparencia en diversos contextos, como las negociaciones comerciales, las investigaciones criminales y las relaciones románticas.
Ejemplo 1 - Melodías inéditas
Uno de los primeros y más citados ejemplos de ilusión de transparencia es un estudio realizado por Elizabeth Newton, estudiante de doctorado de la Universidad de Stanford, en 19907. Newton invitó a estudiantes universitarios a participar en un experimento como "tapper" u "oyente". En cada pareja, se pedía al que daba los golpecitos que repitiera el ritmo de una canción conocida (elegida de una lista de 25 canciones) mientras el oyente intentaba adivinar la canción a partir de los golpecitos.
Los "tappers" afirmaron con confianza que podían "oír" la letra y el acompañamiento musical completo mientras tocaban. Cuando se les pidió que anticiparan el grado de precisión con el que los oyentes podrían identificar las canciones, los tappers estimaron un porcentaje de acierto del 50 por ciento. Sin embargo, contrariamente a sus predicciones, los oyentes interpretaron los golpes como una secuencia de sonidos aparentemente inconexos. De hecho, los oyentes sólo consiguieron identificar con precisión el 3% de las canciones.
Como los intérpretes vivían las canciones tan intensamente en sus cabezas, eran incapaces de abandonar el anclaje de su propia experiencia para considerar lo que los oyentes podían percibir realmente. Esto les llevó a suponer erróneamente que su público estaba al tanto del concierto privado que se celebraba dentro de sus cabezas. Esta discrepancia entre la confianza de los tappers en la claridad de su comunicación y la comprensión real de los oyentes pone de manifiesto la ilusión de transparencia.
Junto a la ilusión de transparencia, este estudio también demuestra la maldición del conocimiento, otra variante del sesgo egocéntrico. Cuando poseemos conocimientos sobre algo, nos cuesta imaginar cómo debe ser no conocer esa información. En el caso del experimento de tapping, a los que hacían tapping les costaba comprender el hecho de que los oyentes no tuvieran el mismo nivel de comprensión que ellos.
Ejemplo 2 - ¡Soy inocente!
Durante los interrogatorios policiales, los sospechosos de delitos pueden intentar ocultar o retener cierta información, sobre todo si creen que compartirla podría incriminarles o poner en peligro su situación legal. Pero, ¿hasta qué punto creen que su interrogador puede ver a través de ellos?
Un estudio8 de los psicólogos Saul Kassin y Christina Fong, del Williams College de Massachusetts, trató de averiguar más sobre lo que ocurre tras las puertas cerradas de las salas de interrogatorio de la policía. Aunque el objetivo principal no era explorar el papel de la ilusión de transparencia en las investigaciones criminales, los investigadores añadieron una parte adicional a su experimento para comprobar si el sesgo estaba presente en este contexto.
El experimento principal constaba de dos partes. En la primera, se detuvo a un grupo de participantes y se les interrogó sobre un delito simulado, como vandalismo o hurto en una tienda. La mitad del grupo era culpable del delito, mientras que la otra mitad era inocente. En la segunda parte del experimento, se mostraron vídeos de los interrogatorios a otro grupo de participantes y se les pidió que juzgaran si creían que los sospechosos eran culpables o inocentes.
Después de cada interrogatorio, los experimentadores pidieron a los sospechosos que predijeran si el interrogador los juzgaría culpables o inocentes, y que estimaran cuántos de los observadores del segundo grupo descubrirían también la verdad.
Las conclusiones del estudio indicaron que la mayoría de los sospechosos albergaban la creencia de que su culpabilidad o inocencia era transparente tanto para el interrogador como para los observadores de la cinta de vídeo. De los 16 sospechosos, 13 creían que el detective les juzgaría correctamente. En realidad, el interrogador sólo acertó 6 de las 16 veces, lo que ilustra la marcada diferencia entre la transparencia percibida y la real del sospechoso.
Qué es
La ilusión de transparencia se produce cuando sobrestimamos el grado en que otras personas pueden percibir nuestros pensamientos, emociones y estados mentales personales. Las personas que experimentan este sesgo cognitivo tienden a creer que sus experiencias internas son más visibles para los demás de lo que realmente son.
Por qué ocurre
La ilusión de transparencia es una variante del sesgo egocéntrico, nuestra tendencia a centrarnos en nuestras propias perspectivas al examinar acontecimientos o creencias. Las investigaciones sugieren que este sesgo se produce porque los individuos no pueden desprenderse del "ancla" de su propia experiencia fenomenológica cuando intentan comprender la perspectiva de otra persona. Como resultado, sentimos que nuestras emociones y pensamientos se "escapan", aunque quienes nos rodean sean ajenos a nuestro estado mental.
Ejemplo nº 1 - Melodías inauditas
Un estudio realizado en 1990 por un estudiante de doctorado de la Universidad de Stanford descubrió que las personas a las que se pide que repitan el ritmo de una canción conocida tienden a sobrestimar la probabilidad de que su oyente adivine la canción correcta. Golpeado por la maldición del conocimiento, al tapper le resulta difícil comprender lo que debe ser no saber qué canción está "escuchando".
Ejemplo nº 2: ¡Soy inocente!
Las investigaciones sugieren que, durante las investigaciones policiales, los sospechosos pueden ser víctimas de la ilusión de transparencia y creer que su inocencia o culpabilidad será más transparente para un interrogador de lo que realmente es.
Cómo evitarlo
El mejor remedio para superar la ilusión de transparencia es tomar conciencia de ella y asegurarnos de que nuestros pensamientos internos son más privados de lo que creemos. Teniendo esto en cuenta, si creemos que es importante que alguien sepa cómo nos sentimos, lo mejor es decírselo en términos claros. Del mismo modo, en lugar de intentar suponer el estado mental de otra persona, es mejor pedirle que nos lo aclare.
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