Previsión afectiva

La idea básica

En un momento u otro, es probable que todos hayamos experimentado algo que nos hizo sentir que el mundo se acababa. Ya sea el final de una relación sentimental, la pérdida de un familiar, no conseguir el trabajo soñado o cualquier otra cosa subjetivamente devastadora, a veces sentimos que nunca nos recuperaremos. La previsión afectiva, también conocida como previsión hedónica, se refiere a las predicciones de cómo nos sentiremos ante futuros acontecimientos emocionales.1

Si algo sabemos de los juicios humanos y la toma de decisiones es que pueden ser erróneos, y la previsión afectiva no es diferente.2 Por lo general, las personas tienden a sobrestimar tanto la fuerza como la duración de sus reacciones emocionales.1 Esto se debe a que las personas incurren en focalismo, pensando en el impacto de los acontecimientos de forma aislada, y en negligencia inmunológica, ignorando las técnicas que utilizamos para aliviar los sentimientos. El sesgo del impacto -sobreestimar el impacto de un acontecimiento- nos hace juzgar mal la rapidez y la fuerza de nuestros mecanismos de afrontamiento. En realidad, nos adaptamos más fácilmente de lo que cabría esperar.

Tanto si las personas sobrevaloran lo bien o lo mal que se sentirán, como si sobrevaloran la rapidez con la que surgirán esos sentimientos o subestiman la rapidez con la que se disiparán, lo importante es que sobrevaloran la fuerza con la que el acontecimiento afectará a su vida emocional.


- Timothy Wilson y Daniel Gilbert en su obra "Affective Forecasting".

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