Maldición del conocimiento

La idea básica

La gente suele decir que "saber es poder". Pero, ¿qué ocurre cuando todos tenemos distintos niveles de conocimiento?

La "maldición del conocimiento" o "maldición de la experiencia" es un sesgo cognitivo por el que asumimos erróneamente que todo el mundo sabe tanto como nosotros sobre un tema determinado1 . A su vez, esto dificulta compartir nuestros conocimientos, porque nos cuesta entender el estado de ánimo de la otra parte.

Esta es una faceta del aprendizaje que The Decision Lab espera abordar. Muchas personas interesadas en las ciencias del comportamiento proceden de distintos entornos y niveles de familiaridad. Nuestro objetivo es hacer que la información sea lo más digerible posible: para ello, ¡tenemos que evitar la maldición del conocimiento!

Muchos de nosotros somos expertos en determinadas áreas. Convertirse en experto en algo significa que cada vez nos fascinan más los matices y la complejidad. Es entonces cuando aparece la maldición del conocimiento y empezamos a olvidar lo que es no saber lo que sabemos.


- Chip y Dan Heath, autores de Made to Stick: Por qué algunas ideas sobreviven y otras mueren

Historia

En 1975, el psicólogo estadounidense Baruch Fischhoff publicó "Hindsight ≠ foresight: The effect of outcome knowledge on judgement under uncertainty "2. Fischhoff desarrolló un método para examinar el sesgo retrospectivo, un sesgo cognitivo por el que el resultado de un acontecimiento parece más predecible después de saber lo que ha ocurrido.

El método de Fischhoff consistía en presentar a los participantes cuatro posibles desenlaces de una historia corta.2 A algunos participantes se les dijo cuál de los cuatro desenlaces era cierto; a otros participantes no se les dio ninguna información. A continuación, se pedía a todos los participantes que determinaran la probabilidad de cada resultado. Fischhoff descubrió que, cuando a un participante se le decía que un resultado era cierto, solía asignarle una probabilidad mayor. Además de sobrestimar la probabilidad de los resultados para los que tenían información adicional, los participantes tampoco reconstruían sus estados mentales anteriores, menos informados.

A partir de los trabajos de Fischoff sobre el sesgo retrospectivo, el término "maldición del conocimiento" se utilizó por primera vez en 1989 en el artículo "The curse of knowledge in economic settings: An experimental analysis" de los economistas Colin Camerer, George Loewenstein y Martin Weber.3 Estos autores atribuyeron la acuñación del término al psicólogo británico-estadounidense Robin Hogarth, y analizaron la maldición del conocimiento en el contexto de las transacciones económicas.

Los vendedores tienden a saber más sobre el valor de sus productos que los posibles compradores; los trabajadores tienden a saber más sobre sus habilidades que los posibles empleadores. Camerer, Loewenstein y Weber argumentaron que la maldición del conocimiento perpetúa este desequilibrio informativo incluso cuando un agente quiere transmitir lo que sabe. También argumentaron que este desequilibrio involuntario tenía dos consecuencias:

  1. Los agentes mejor informados podrían sufrir pérdidas: ¡tener más información podría perjudicarnos!
  2. La maldición del conocimiento puede mitigar las consecuencias para el mercado derivadas de la asimetría de la información. Un vendedor de fruta podría bajar los precios para reflejar defectos no observables.

Siguiendo el trabajo de Camerer, Loewenstein y Weber, Elizabeth Newton, estudiante de psicología en Stanford en 1990, desarrolló un experimento que es ahora un ejemplo clásico de la maldición del conocimiento.1 4 Pidió a los participantes que repicaran canciones populares con los dedos (conocidos como los "repicadores"), antes de predecir cuántas de esas melodías repicadas serían reconocidas por otras personas (conocidas como los "oyentes"). También les pidió que predijeran cuántas personas adivinarían la melodía correctamente.

En una muestra de 120 melodías, los oyentes sólo acertaron el 2,5% de las veces.1 Los tapperos habían previsto un porcentaje de acierto del 50%: sobrestimaron enormemente la capacidad de adivinación de los oyentes, debido a la maldición del conocimiento. Una vez que se les daba una canción para que la repicaran, no podían evitar oír la melodía en la que se basaban sus repiqueteos, por lo que suponían que los oyentes también oirían la melodía.4 En realidad, lo único que oían los oyentes era una serie aleatoria de repiqueteos.1

La maldición del conocimiento se popularizó en el libro de 2007, Made to Stick: Why Some Ideas Survive and Others Die.10 En él, los hermanos Chip y Dan Heath exploran el concepto de "pegajosidad": hacer que las ideas se vuelvan memorables e interesantes. Su afirmación es que, al hacer que las ideas sean pegajosas, podemos evitar la maldición del conocimiento: se vuelven tan memorables que nunca las olvidamos. Si nuestro recuerdo de una elección determinada es realmente memorable, seríamos menos propensos a recordar y reevaluar esa elección en función de lo que sabemos ahora.

Consecuencias

Camerer, Loewenstein y Weber analizaron las implicaciones de la maldición del conocimiento para la economía.3 El primer tipo de situación en la que la maldición del conocimiento podría ser importante es en los casos de información asimétrica. Cuando las personas disponen de información privada de la que carecen las menos informadas, el supuesto económico tradicional es que las personas mejor informadas, comportándose como un homo economicus, explotarán de forma óptima su ventaja informativa.

Sin embargo, el estudio descubrió lo contrario. Un homo economicus con ventaja informativa haría la misma oferta independientemente de la cantidad monetaria a dividir, para maximizar sus beneficios. Sin embargo, Camerer, Loewenstein y Weber descubrieron que la gente presenta una oferta mayor cuando la cantidad a dividir es mayor. Las personas bien informadas simplemente suponen que todo el mundo tiene la misma información, por lo que hacen una oferta más justa porque creen que todo el mundo sabe lo mismo que ellos. En esta situación de desequilibrio informativo, la maldición del conocimiento produce un trato más justo.

La segunda situación en la que la maldición del conocimiento puede ser importante es cuando las personas aprenden más con el tiempo y tienen que reconstruir sus perspectivas anteriores.3 Aquí, la maldición del conocimiento interactúa con otro sesgo (sesgo retrospectivo). Cuando evaluamos nuestras decisiones en el pasado, tendemos a suponer erróneamente que entonces sabíamos lo que sabemos ahora. Así, pensamos que un resultado desfavorable se sabía que era desfavorable, y que un resultado favorable siempre se supo que era favorable. La maldición del conocimiento, junto con el sesgo retrospectivo, nos lleva a juzgar decisiones anteriores de acuerdo con nuestros conocimientos actuales, incluso cuando no disponíamos de esa información en aquel momento.

Una tercera situación en la que entra en juego la maldición del conocimiento es la enseñanza, especialmente en ingeniería y ciencias en la educación superior.4 Aunque los profesores tienen una amplia experiencia en sus campos, tiende a haber una desconexión entre lo que entienden y lo que entienden sus alumnos. Algunos atribuyen esta desconexión a la falta de formación y experiencia de los instructores en la enseñanza, a que se distraen con intereses mayores en la investigación o, simplemente, a que no se preocupan por la comprensión de sus alumnos5.

La maldición del conocimiento nos da una explicación más directa (y más caritativa). Aunque la experiencia en un campo puede aumentar la confianza de los profesores en su capacidad para enseñar, tienen dificultades para impartir la materia de forma que se ajuste a lo que saben sus alumnos.6 El científico cognitivo Steve Pinker identificó los siguientes problemas en la forma en que los profesores de enseñanza superior imparten los contenidos:7

  • El lenguaje abstracto se utiliza para temas ya complejos;
  • Puede haber transiciones torpes entre temas relacionados, haciendo opaca la conexión entre ellos;
  • Los instructores suelen utilizar los denominados sustantivos zombis en lugar de verbos o adjetivos (verbo + ización, por ejemplo, operacionalización); y,
  • Puede haber interpretaciones inadecuadas de las fuentes externas, lo que confunde aún más a los alumnos.

La maldición del conocimiento también tiene implicaciones en nuestra vida cotidiana.9 Muchas personas escriben listas de tareas pendientes para mantenerse organizadas, pero a veces pueden parecer menos una lista exhaustiva y más una colección de notas adhesivas dispersas. Esto se debe a que, cuando perdemos u olvidamos uno de los elementos de nuestra lista de tareas pendientes, y volvemos a encontrarlo meses después, la maldición del conocimiento nos hace olvidar por qué había que hacerlo. Así, una lista de tareas se convierte en una serie de palabras sin sentido garabateadas en una página.

Estudio de caso

Vencer la maldición del conocimiento

¿A quién no le gusta comprar por Internet? Unos pocos clics aquí y allá, y ¡voilá! Un bonito paquete llega a tu puerta con todo lo que necesitas, y ni siquiera has tenido que quitarte el pijama. Sin embargo, la comodidad de las compras por Internet tiene un inconveniente: los plazos de entrega. Si tienes mala suerte, puede que tengas que esperar tres semanas por un paquete que te prometieron entregar en una semana, o puede que el paquete se pierda por completo. Y para entonces, la maldición del conocimiento puede hacer acto de presencia: los empleados y directivos pueden olvidar qué paquetes fueron a parar a dónde, porque ya no recuerdan cómo era disponer de esa antigua información.

FedEx reconoce estas dificultades y evita la maldición del conocimiento contando una historia convincente con un lenguaje concreto.1 Los miembros ejecutivos que desarrollaron la visión de FedEx podrían haber utilizado fácilmente un lenguaje ambiguo sin ningún componente motivador para alcanzar sus objetivos, pero no fue éste el caso. Por el contrario, los líderes de FedEx evitaron la maldición del conocimiento traduciendo sus estrategias a un lenguaje procesable: se promete que los paquetes llegarán "absoluta y positivamente" de la noche a la mañana. Esto garantiza que el plazo prometido se convierta en "pegajoso", asegurando así que las promesas de FedEx se conviertan en acciones. Las palabras pegajosas se convierten en acciones. FedEx también incentiva a los empleados a alejarse de la maldición del conocimiento concediendo un premio Promesa Púrpura a las personas que respetan el plazo de entrega garantizado por la empresa.

Estrategias de desarrollo del profesorado

A la luz del debate en torno a la maldición del conocimiento en la enseñanza superior, los investigadores han explorado posibles estrategias para aumentar la concienciación sobre este sesgo cognitivo entre los instructores, y cerrar la brecha profesor-alumno.4 En línea con la sugerencia de los hermanos Heath de que se pueden utilizar mensajes adhesivos para combatir la maldición del conocimiento,10 se han sugerido los siguientes principios para los instructores:4

  • Simplicidad: Separa los contenidos y destiérralos en mensajes concisos y accesibles.
  • Lo inesperado: Deje de pensar que, como usted siente curiosidad por el contenido, sus alumnos también la sentirán. En su lugar, ¡comparta activamente las oportunidades de curiosidad!
  • Concreción: Proporcione y pida a los alumnos que proporcionen ejemplos concretos y específicos.
  • Credibilidad: Utilice el aprendizaje basado en problemas o proyectos para implicar a los alumnos en cuestiones relacionadas con el contenido. Es posible que quieran aprender más sobre un tema una vez que se hayan comprometido con él.
  • Emociones: Deja espacio para hacer frente a la frustración emocional que puede formar parte del aprendizaje.
  • Historias: Utilice historias para hacer que los contenidos sean más personales y accesibles para los alumnos. Las historias también son excelentes ayudas para la memoria.

Además de estos seis principios, los investigadores sugieren que los profesores evalúen la mentalidad de los estudiantes al principio del curso, para comprender mejor lo que saben inicialmente.4 Los investigadores también sugieren recoger opiniones a lo largo del curso, para asegurarse de que los estudiantes pueden transmitir sus sentimientos, experiencias e historias. La recopilación de esta información puede contribuir al éxito de la práctica docente, fomentando las relaciones entre estudiantes y profesores, lo que facilita que los profesores comprendan la perspectiva de sus alumnos. Incluso puede mejorar las notas.

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Fuentes

  1. Heath, C., & Heath, D. (2006, diciembre). La maldición del conocimiento. Harvard Business Review. https://hbr.org/2006/12/the-curse-of-knowledge
  2. Fischhoff, B. (1975). Hindsight ≠ foresight: The effect of outcome knowledge on judgement under uncertainty. Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance, 1(3), 288-299.
  3. Camerer, C., Loewenstein, G., & Weber, M. (1989). La maldición del conocimiento en entornos económicos: An experimental analysis. Journal of Political Economy, 97(5), 1232-1254.
  4. Froyd, J., & Layne, J. (2008, octubre). Faculty development strategies for overcoming the "curse of knowledge". En 2008 38th Annual Frontiers in Education Conference (pp. S4D-13). IEEE.
  5. Wieman, C. E. (2007). APS News - La contraportada. The" curse of knowledge" or why intuition about teaching often fail. American Physical Society News, 16(10).
  6. Fisher, M., y Keil, F. C. (2016). La maldición de la pericia: Cuando más conocimiento conduce a una visión explicativa mal calibrada. Cognitive Science, 40(5), 1251-1269.
  7. Leddy, C. (2012, 8 de noviembre). Exorcizar la maldición del conocimiento. The Harvard Gazette. https://news.harvard.edu/gazette/story/2012/11/exorcising-the-curse-of-knowledge/
  8. Birch, S. A. J., & Bloom, P. (2007). La maldición del conocimiento en el razonamiento sobre falsas creencias. Psychological Science, 18(5), 382-386.
  9. Berg, A. (2021). 33 Principios Clave para el Éxito. Kindle.
  10. Hecho para pegar: Por qué algunas ideas sobreviven y otras mueren. (sin fecha). Hermanos Heath. https://heathbrothers.com/books/made-to-stick/

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