Nurses talking on stairs in hospital

Apoyar a nuestros trabajadores de primera línea con la ciencia del comportamiento

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Oct 07, 2020

A lo largo de la pandemia de COVID-19, muchos trabajadores de primera línea en puestos de servicio se han visto repentinamente en el punto de mira. Los profesionales sanitarios, los operadores de sistemas de tránsito, los recolectores de residuos y otros trabajadores esenciales no han podido distanciarse físicamente ni trasladar su trabajo en línea. Muchos de sus trabajos les han exigido enfrentarse a los peligros de la exposición al interactuar con personas y materiales que conllevan riesgos desconocidos. Además, muchos trabajadores de servicios trabajan en turnos rotativos. Esto se ha relacionado con resultados negativos para la salud, incluso fuera de las pandemias.1,2 La realidad de muchos trabajadores de primera línea en estos momentos es compleja e incierta. Sin embargo, aprovechando las teorías sociales y basadas en la agencia del cambio de comportamiento, podemos proporcionar a las personas que nos apoyan su propio sistema de apoyo.

COVID-19 y trabajo por turnos

COVID-19 es una pandemia nueva, por lo que la investigación sobre sus efectos aún está empezando. Lo que se ha descubierto hasta ahora en relación con los trabajadores de primera línea se ha centrado principalmente en los profesionales sanitarios. Muchas de estas personas han informado de cargas de trabajo excesivas, horarios poco razonables, apoyo social inadecuado y equipos de protección personal inadecuados (como mascarillas y batas), todo ello además de un mayor riesgo de exposición al COVID-19.3 Estos resultados se han asociado a un aumento del estrés, la ansiedad, los síntomas depresivos, el insomnio y el desarrollo de traumas, todo lo cual repercute negativamente en la salud y la productividad.

Un número significativo de estos profesionales sanitarios trabaja por turnos. Debido a sus horarios rotativos, estos trabajadores experimentan más alteraciones en sus sistemas biológicos que los trabajadores que tienen horarios diarios regulares. El sueño y la dieta son dos ejemplos destacados. Las alteraciones de estos sistemas pueden provocar cambios en el organismo que conduzcan al desarrollo de enfermedades como los accidentes cerebrovasculares, las cardiopatías coronarias, ciertos tipos de cáncer y la diabetes de tipo 2.1,9 La salud de los trabajadores de primera línea, incluso más allá del alcance de la pandemia, es claramente una cuestión que requiere atención. Aunque el COVID-19 ha perturbado la vida de todos nosotros de diferentes maneras, sus efectos han interactuado con dificultades preexistentes que son estructurales.

Intervenciones de apoyo

Hay componentes de la salud de las personas que dependen del entorno que las rodea. Aquí es donde aprovechar la ciencia del comportamiento puede tener un gran impacto.

Las intervenciones pueden adoptar diversas formas. Las que tienen en cuenta la jerarquía de necesidades de los trabajadores de primera línea han tenido cierto éxito.4 La jerarquía de necesidades de Maslow es un marco que postula que la salud humana depende de la satisfacción de las necesidades fisiológicas y psicológicas en un orden específico. Una Teoría General del Comportamiento, actualizada recientemente por el Dr. David Marks en 2018, ha explicado esta jerarquía en términos de equilibrio fisiológico y psicológico.4 Los trabajadores estarán constantemente preocupados por su necesidad de recuperar el equilibrio cuando sus horarios de sueño y dieta se vean alterados, lo que contribuirá a problemas psicológicos como el estrés si no se satisfacen. Según la jerarquía de Maslow, las necesidades físicas, como el sueño y la alimentación, deben satisfacerse en primer lugar.

Apoyo a la salud fisiológica

Los trabajadores por turnos, especialmente los que están en primera línea de la pandemia, tienden a no mantener buenos hábitos de sueño, dieta o ejercicio.1,5 Por ello, éstas deberían ser las primeras áreas de intervención para los empresarios.

Un método de intervención popular para mejorar la salud fisiológica de los trabajadores por turnos en contextos sanitarios ha sido la difusión de conocimientos. Educar a los trabajadores sobre cómo vigilar su salud mediante mejores hábitos de sueño, dieta y ejercicio puede resultar motivador. Muchos educadores asumen que, con los conocimientos adecuados, las personas tomarán las mejores decisiones por sí mismas. Este tipo de educación asume y celebra la autonomía del alumno. Sin embargo, las evaluaciones de las intervenciones informativas demuestran que no son muy eficaces. La información por sí sola no basta para cambiar el comportamiento.6 ¿Qué se puede hacer?

El concepto de nudging es prometedor. En pocas palabras, el nudging puede describirse como un pequeño empujón hacia un resultado de comportamiento deseado. Nunca se interrumpe la autonomía, ya que los trabajadores pueden tomar sus propias decisiones. Reposicionando las opciones más saludables como más fáciles, rápidas o baratas, se puede empujar suavemente a los trabajadores hacia mejores resultados de salud.

Por ejemplo, proporcionar espacios dedicados a la siesta o al descanso que estén convenientemente situados puede animar a los trabajadores a hacer las pausas que tanto necesitan. Los espacios dedicados al ejercicio también son una buena idea.1,7 En lo que respecta a la alimentación, las fuentes que favorecen las opciones dietéticas saludables son vitales para que los trabajadores puedan atender a su salud en el lugar de trabajo.1,7 La mayoría de los trabajadores necesitan procurarse su propia comida y las máquinas expendedoras parecen ser la forma más rápida de hacerlo. Si se ofrecen opcioness saludables en las máquinas expendedoras o se colocan fuentes de alimentos más saludables cerca de las entradas de los patios de comidas, se puede incitar a los trabajadores a elegir opciones saludables.8,9

En cuanto a los entornos de trabajo más inmediatos, se están desarrollando algunas aplicaciones para teléfonos inteligentes (por ejemplo, la aplicación myCircadianClock), tecnologías vestibles e inteligencia artificial para facilitar la gestión del sueño, la dieta y otros comportamientos relacionados con el funcionamiento biológico. Las ventajas de estas tecnologías es que son personalizables y cómodas. Saber que una aplicación les está siguiendo puede hacer que los usuarios de teléfonos inteligentes cambien sus comportamientos.10 Los usuarios forman hábitos persistentes a partir de simples recordatorios y de la responsabilidad explícita con sus compromisos.

Formar parte de un grupo puede reforzar el compromiso de una persona con la mejora de los comportamientos saludables.6 Si hay una opción de comida sana que está más a mano, pero todos tus amigos deciden optar por una opción de comida poco saludable, es probable que tú la sigas. Es importante tener en cuenta el aspecto social del comportamiento en las intervenciones. Por ejemplo, la formación de grupos de apoyo social puede aumentar la responsabilidad individual.1,3

Más allá de los grupos pequeños, la comunicación de la política en toda la institución puede ser igual de eficaz. En un estudio de 2011, los investigadores Grant y Hofmann descubrieron que los trabajadores sanitarios se sentían incentivados a cambiar su conducta de lavarse las manos cuando los mensajes sobre la higiene de las manos destacaban las consecuencias para otras personas.11 Llamar la atención sobre los componentes sociales de la toma de decisiones dio lugar a cambios de conducta significativos. Por ello, las comunicaciones oficiales de las organizaciones pueden beneficiarse de una sutil reformulación. Cuando se crean o modifican políticas, apelar al grupo es más eficaz que apelar al individuo.

Para apoyar la salud fisiológica de los trabajadores de primera línea, es importante diseñar estructuras de apoyo que promuevan tanto su agencia como su interconexión. La capacidad de decisión de los trabajadores se ve afectada negativamente tanto por el trabajo por turnos como por la pandemia actual. Estas capacidades pueden reforzarse construyendo estratégicamente el entorno de trabajo y centrándose en el desarrollo de la conectividad social.

Apoyo a la salud psicológica

Volviendo ahora a las herramientas de apoyo a la salud psicológica, los investigadores han descubierto que el estrés, el agotamiento y los procesos de flexibilidad psicológica están relacionados.2 La flexibilidad psicológica puede compararse con la creatividad: describe lo bien que una persona puede hacer frente a los cambios en las circunstancias. En el caso de COVID-19, describiría la capacidad de las personas y las instituciones para pensar en múltiples soluciones novedosas. Cuando los individuos se estancan en malos hábitos de pensamiento, pueden reforzar su estrés y exacerbarlo. Para contrarrestar estos procesos casi automáticos, las intervenciones dirigidas a la flexibilidad psicológica pueden mitigar el estrés y el agotamiento2.

Algunos ejemplos de este tipo de intervenciones son los talleres de grupo, las reuniones sociales periódicas, las tutorías y la terapia individual. Animar a los trabajadores a practicar la respuesta ante escenas estresantes es una forma de entrenar la flexibilidad psicológica. Al igual que en el caso de la salud fisiológica, los grupos pueden influir en la toma de decisiones. Por lo tanto, formar grupos oficiales y/o crear tiempo y espacio dedicados a reuniones sociales pueden ser formas muy eficaces de apoyar a los trabajadores de primera línea en su formación. De hecho, alguien puede beneficiarse de escuchar estrategias que no se le habrían ocurrido por sí mismo.

Las intervenciones basadas en la atención plena fomentan aún más la resiliencia de los trabajadores al permitirles practicar la eliminación de los hábitos de pensamiento perjudiciales. Para algunos, las sesiones de terapia individual son especialmente eficaces en este sentido, mientras que para otros lo son más las sesiones de grupo.2 Se ha observado que los trabajadores con mayores niveles de problemas de salud mental suelen estar más interesados en desarrollar habilidades de autoayuda a partir de las sesiones de terapia, mientras que los trabajadores con menores trastornos psicológicos han preferido los medios informativos.3

Las recomendaciones para las instituciones incluyen proporcionar tantos sistemas de apoyo como sea posible y proporcionar información sobre cómo los trabajadores pueden acceder a los apoyos externos a la institución. Además, se ha comprobado que los equipos especializados en salud psicológica que prestan apoyo a los trabajadores de primera línea son eficaces para la intervención en crisis durante el COVID-19.3 Estos equipos especializados podrían prestar servicios que también pueden hacerse extensivos a los pacientes. El examen periódico de los trabajadores para detectar indicios de malestar psicológico puede indicar a los equipos -y a las instituciones en general- qué tipo de intervenciones beneficiarían al mayor número de trabajadores. El cribado también proporcionaría pruebas que los responsables políticos podrían utilizar para crear o actualizar directrices de intervención psicológica.

A menudo, la salud fisiológica ha primado sobre la psicológica en las respuestas a las crisis.3 Es importante satisfacer ambas necesidades para lograr el equilibrio. Aunque es necesario invertir tiempo y dinero a corto plazo, las intervenciones psicológicas favorecerán la salud, la productividad y el rendimiento de los trabajadores a largo plazo.1

Observaciones finales

Cada individuo es diferente a la hora de decidir qué tipo de ayuda le beneficia más. Por eso es importante que los individuos y las grandes instituciones presten atención a su comportamiento. La clave para apoyar a nuestros trabajadores de primera línea es poner a su disposición muchas opciones y trabajar con muchos equipos diferentes. Es especialmente importante continuar este trabajo más allá de la pandemia, ya que unos sistemas sólidos pueden evitar que vuelva a ocurrir lo mismo en el futuro.

References

  1. Potter, G.D.M. y Wood, T.R. (2020). El futuro del trabajo por turnos: Circadian biology meets personalised medicine and behavioural science. Frontiers in Nutrition, 7.
  2. Hayes, S.C., Hofmann, S.G., & Stanton, C.E. (2020). El análisis funcional basado en procesos puede ayudar a las ciencias del comportamiento a afrontar nuevos retos: COVID-19 como ejemplo. Journal of Contextual Behavioral Science.
  3. Spoorthy, M. S., Pratapa, S. K., & Mahant, S. (2020). Mental health problems faced by healthcare workers due to the COVID-19 pandemic - A review. Asian Journal of Psychiatry, 51.
  4. Zaka, A., Shamloo, S.E., Florente, P., & Tafuri, A. (2020). La pandemia de COVID-19 como momento decisivo: Un llamamiento a la atención psicológica sistemática para el personal médico de primera línea. Revista de Psicología de la Salud, 25(7), 883-887.
  5. Kecklund, G., y Axelsson, J. (2016). Consecuencias para la salud del trabajo por turnos y el sueño insuficiente. Bmj, 355(i5210).
  6. Kelly, M.P., Barker, M. (2016). Por qué es tan difícil cambiar los comportamientos relacionados con la salud? Salud Pública, 126. 109-116.
  7. Madsen, T.E., Dobiesz, V., Das, D., Sethuraman, K., Agrawal, P., Zeidan, A., Goldberg, E., Safdar, B., & Lall, M.D. (2020). Riesgos únicos y soluciones para el avance equitativo durante la pandemia de Covid-19: Early experience from frontline physicians in academic medicine. NEJM Catalyst: Innovations in Care Delivery, 1(4).
  8. Lillehoj, C. J., Nothwehr, F., Shipley, K. y Voss, C. (2015). Evaluación de la venta e implementación del programa en cuatro lugares de trabajo de Iowa. Práctica de promoción de la salud, 16(6), 814-825.
  9. Bucher, T., Collins, C., Rollo, M. E., McCaffrey, T. A., De Vlieger, N., Van der Bend, D., ... & Perez-Cueto, F. J. (2016). Nudging consumers towards healthier choices: a systematic review of positional influences on food choice. British Journal of Nutrition, 115(12), 2252-2263.
  10. Zhao, J., Freeman, B., y Li, M. (2016). Pueden las aplicaciones móviles influir en el cambio de comportamiento de salud de las personas? An evidence review. Revista de Investigación Médica en Internet, 18(11).
  11. Grant, A.M. y Hofmann, D.A. (2011). No todo gira en torno a mí: Motivar la higiene de manos entre los profesionales sanitarios centrándose en los pacientes. Psychological Science, 22(12), 1494-1499.

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