Writing in planner

Por qué puede que no cumpla sus planes

read time - icon

0 min read

Feb 23, 2017

No nos ceñimos a los planes que hacemos

Los planes son un signo de productividad. Planificamos nuestros días de trabajo, nuestros fines de semana y cuándo hacer la compra. También planificamos nuestros objetivos a largo plazo.

Pero a pesar de toda esta planificación, a menudo no completamos nuestros planes. Terminamos los proyectos fuera de plazo. Dejamos de ir al gimnasio al cabo de unas semanas. Nos resulta difícil seguir nuestro régimen de "alimentación sana".

Los estudios han demostrado incluso que la gente suele tener que hacer propósitos de Año Nuevo al menos 5 veces antes de conseguir realmente lo que se propusieron en un principio.

Hay varias razones por las que no cumplimos nuestros planes. Los prejuicios pueden hacernos subestimar lo que tenemos que hacer. También pueden hacer que sobrestimemos nuestras capacidades en cuanto a lo que podemos conseguir. Y a veces, simplemente hacemos malos planes.

No damos tiempo suficiente

¿Por qué subestimamos el tiempo que tardamos en hacer las cosas? En su investigación, Roger Buehler y sus colegas pusieron de relieve una "falacia de planificación".

La falacia de la planificación describe el hecho de que las personas tienden a subestimar el tiempo que tardarán en completar las tareas. Lo hacemos porque confiamos demasiado en lo que tenemos intención de hacer. Tendemos a ignorar nuestras propias experiencias pasadas y, por tanto, ignoramos cuánto tiempo nos ha llevado hacer cosas similares en el pasado.

Sin embargo, no parece que hagamos lo mismo con los demás. Cuando pensamos en cuánto tardará otra persona en hacer algo, tenemos en cuenta su experiencia anterior y estamos menos sesgados por sus intenciones personales.

Este sesgo hacia nuestras propias intenciones puede llevarnos a hacer malos planes y a no darnos tiempo suficiente para completar las tareas.

Pero pedir la opinión de otra persona puede ayudarte a elaborar un plan más preciso. Serán más precisos con los plazos y te ayudarán a ver con claridad lo que puedes conseguir de forma realista.

Confiamos demasiado en nuestras capacidades

¿Por qué basar nuestros planes en nuestras intenciones nos lleva a planificar cosas que quizá no podamos alcanzar del todo?

Se trata del efecto "Dunning-Kruger". Es la idea de que cuando somos malos en algo, creemos que somos mejores de lo que realmente somos.

Lo hacemos porque no podemos reconocer lo que significa ser "malo" o "bueno" en una tarea. Las habilidades que necesitamos para ser buenos en la tarea son las mismas que necesitamos para poder entender por qué somos malos en ella.

Un ejemplo podría ser la repostería. Si un panadero aficionado acaba haciendo una tarta mala, puede pensar que ha seguido la receta muy bien, pero que simplemente era una mala receta. Lo hacen porque carecen de los conocimientos necesarios para saber qué parte del proceso de horneado no hicieron correctamente.

Hace falta algo más que creer que ocurrirán cosas buenas

Podemos mejorar nuestros planes ajustándonos al calendario y siendo conscientes de nuestras propias capacidades. Pero, ¿cómo nos aseguramos de enmarcar nuestros planes de la forma correcta?

Gabriele Oettingen ha investigado mucho sobre el mejor tipo de planes. Ha descubierto que los "planes" que no son más que fantasías positivas pueden ser perjudiciales para intentar alcanzar objetivos. Un ejemplo de fantasía sería: "Me encantaría conseguir ese trabajo cuando lo deje la semana que viene".

Descubrió que estas fantasías no son suficientes y que un componente clave para planificar con éxito es pensar en los obstáculos que pueden interponerse en el camino hacia lo que uno quiere. Identificar lo que se interpone entre usted y la consecución de su objetivo puede comprometerle más a llevar a cabo su plan y permitirle afrontar cada obstáculo cuando aparezca.

Para ello, Oettingen acuñó el término "contraste mental". Debes contrastar las fantasías que tienes con los obstáculos realistas que se interponen en tu camino. Esto te devuelve a la realidad y te insta a actuar para superar obstáculos concretos. Un ejemplo sería: "Me encantaría conseguir ese trabajo cuando lo deje la semana que viene, pero mi currículum aún no está actualizado".

Descomponer planes complejos en otros más sencillos

Identificar los obstáculos que pueden interponerse en nuestro camino nos ayuda mucho a ceñirnos a nuestros planes. Sin embargo, cuando estos obstáculos son complicados o tentadores, puede resultar difícil ver una forma sencilla de superarlos.

Una forma de hacerlo más fácil podría ser utilizar Intenciones de Aplicación, o planes "si-entonces". Se trata de planes en los que se afirma que "si" ocurre algo, "entonces" se llevará a cabo un determinado comportamiento. Por ejemplo: Si veo un tentador tentempié poco saludable, comeré una manzana en su lugar.

Al especificar las acciones que llevarás a cabo en determinadas situaciones, las Intenciones de Aplicación te ahorran el esfuerzo de intentar ceñirte a tu plan. La parte "si" establece qué situaciones o desencadenantes ayudarán o dificultarán tus objetivos, y la parte "entonces" describe específicamente qué acciones llevarás a cabo para alcanzar el objetivo cuando aparezcan. Estos planes "si" y "entonces" te obligan a poner en práctica lo que te propones, por lo que pueden ser especialmente útiles para planes complejos.

Planificar mejor

Podemos subestimar nuestra carga de trabajo, sobrevalorar nuestras capacidades y centrarnos demasiado en lo que queremos en lugar de en lo que necesitamos superar. Todo ello puede contribuir a que no cumplamos nuestros planes.

Para mejorar tus planes, pide ayuda a tus amigos o compañeros para planificar, analiza tus experiencias pasadas e identifica los obstáculos que se interponen en tu objetivo final.

About the Author

Read Next

Notes illustration

Eager to learn about how behavioral science can help your organization?