Reciprocidad
La idea básica
¿Alguna vez ha abierto el buzón y se ha encontrado con un pequeño peluche de oso panda o un imán en forma de lazo, cortesía de su organización benéfica favorita? ¿Ese pequeño obsequio le ha hecho sentirse obligado a donar a cambio? O tal vez tienes un vecino simpático que siempre está dejando productos horneados, así que intentas hacer de canguro de sus hijos siempre que puedes.
Pero, ¿qué ocurre cuando no se devuelven los favores? Cuando rechazas hacer de canguro o no extiendes un cheque para una obra de caridad, puedes sentirte agobiado, en deuda o culpable. Por otro lado, cuando alguien no te devuelve el favor, puedes experimentar una sensación de traición. La persona que no devuelve un favor puede ser percibida como desconfiada o deshonrosa. Las relaciones satisfactorias y duraderas entre seres humanos, ya sean íntimas, amistosas o profesionales, sólo se forman cuando el recibir se equilibra con el dar.
Los psicólogos sociales y los economistas conductuales se refieren a este intercambio mutuamente beneficioso como "reciprocidad". La reciprocidad es una norma social que dicta que recompensemos las acciones positivas de los demás con comportamientos igualmente positivos. Del mismo modo, las acciones negativas se castigan con comportamientos negativos.1