Barreras perceptivas
La idea básica
¿Alguna vez has sentido que te trataban de forma diferente por cómo alguien esperaba que te comportaras? Quizá tu formación en una universidad de alto nivel te hizo víctima de una mayor carga de trabajo en la oficina. O quizá cierto compañero de trabajo pensó que te opondrías a su nueva propuesta de proyecto por un problema que planteaste con su última gran idea.
La mayoría de las veces, este tipo de nociones preconcebidas provocan bloqueos en la comunicación, paralizaciones del flujo de trabajo y una disonancia general de persona a persona.
Aunque algunas barreras a la comunicación son más evidentes, como las diferencias lingüísticas y los obstáculos físicos, las barreras perceptivas son más difíciles de detectar. Reflejan una percepción interna sobre algo que ocurre en el exterior y pueden afectar significativamente a la forma en que nos comunicamos con los demás.1
La forma en que nos comportamos, nuestro lenguaje corporal y gestual, nuestros antecedentes socioeconómicos, creencias y tendencias personales son fuentes comunes de prejuicios que crean barreras perceptivas que dificultan nuestra capacidad de relacionarnos. Teniendo esto en cuenta, es útil ser consciente de este tipo de obstáculos a la comunicación y buscar formas de superarlos.