Brecha intención-acción

Action intention gap illustration

La idea básica

"Mi propósito de Año Nuevo será hacer 30 minutos de ejercicio al día, cuatro veces por semana", piensas mientras comes galletas navideñas en el sofá y ves Love, Actually. Desgraciadamente, llega diciembre y no has cumplido el objetivo que te habías marcado. Pasan los meses y en enero vuelves a proponértelo. La mayoría de la gente ha experimentado un ciclo similar: fijarse un propósito y no cumplirlo.

Esta brecha intención-acción, también conocida como brecha valor-acción o brecha conocimiento-actitud-práctica, se produce cuando los valores, actitudes o intenciones de una persona no coinciden con sus acciones.1 A veces, la brecha es el resultado de un sesgo conductual que favorece la gratificación inmediata. Puede que sepamos que seguir una rutina de ejercicio físico nos aportará beneficios a largo plazo, pero ver el próximo episodio de nuestro programa de televisión favorito es más gratificante en el momento. Otra posibilidad es que el desfase entre intención y acción se deba a que somos demasiado ambiciosos. A menudo tenemos la intención de elegir la opción "correcta", pero hay algo en nuestro entorno o en la propia acción que nos impide llevarla a cabo.

Leer más: Moving the Mental Goalposts: Por qué aspirar a lo "mejor" no siempre es la mejor estrategia

Un día te despertarás y ya no te quedará tiempo para hacer las cosas que siempre has querido. Hazlo ahora.


- Paulo Coelho, autor de El alquimista

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