Proceso de toma de decisiones
La idea básica
¿Qué prefieres, hamburguesas o pizza?
Probablemente la respuesta a esa pregunta se te haya ocurrido rápidamente, a menos que estés realmente indeciso entre esas dos deliciosas comidas. Sin embargo, siempre que tenemos que elegir entre dos o más cosas, nuestro cerebro pasa por un proceso de toma de decisiones.
Cuando se nos presenta una elección, primero tenemos que identificar la decisión. En el caso de la hamburguesa frente a la pizza, es un paso fácil: inmediatamente sabemos que la decisión es entre dos alimentos. A continuación, hay que reunir la información pertinente. Pensamos en hamburguesas y pizzas y en sus respectivos sabores. Luego, identificas alternativas. ¿Hay otras opciones? ¿Quizá un escondite secreto de tacos por ahí? No.
Ahora que conoces los parámetros de la decisión, es hora de sopesar las pruebas. Dado que se basa en preferencias personales, sólo tienes que evocar tu propia experiencia comiendo ambos. ¿Cuál has preferido en el pasado? Y por último: ya estás listo para elegir.1
Si la pregunta requiriera una acción, como "¿Quieres ir a por hamburguesas o pizza?", tras hacer la elección, pondrías en práctica la acción y pedirías una u otra. El último paso es reflexionar sobre esa decisión. Mientras te sientas con tu trozo de pizza, ¿estás satisfecho? Evalúa el resultado para poder mejorar tus elecciones en el futuro.2
Un proceso de toma de decisiones es el proceso cognitivo en el que se sopesan alternativas para alcanzar un resultado deseado.3