Brújula política

Cuando le preguntan por sus opiniones políticas, es posible que responda que es de izquierdas o de derechas. A menudo, estos términos parecen sinónimos de liberal o conservador, pero ¿realmente hay que equiparar estos conceptos?

El panorama electoral estadounidense está más polarizado que nunca, con divisiones entre los que se identifican como liberales y los que se identifican como conservadores. Una de las razones de la polarización política puede deberse a la idea de sinonimia entre izquierdista y liberal, y derechista y conservador. Esta forma popular de entender la política en un solo eje puede hacer que la gente sienta que tiene que elegir un bando, y luego debe seguir las normas de ese bando. Cuando la política se caracteriza y representa en un eje geométrico derecha/izquierda, no es de extrañar que la nación esté más dividid

a

que nunca.1

Un modelo de eje único confunde ideologías liberales y conservadoras con posturas de derechas e izquierdas, excluyendo los matices que pueden existir en los ideales políticos de alguien. Los modelos de un solo eje como la división derecha/izquierda han sido criticados por ser demasiado simples y reduccionistas, y se ha sugerido que la división derecha/izquierda sólo capta las cuestiones económicas, pero que no tiene por qué reflejar ^la identidad política social de cada uno.2 En lugar de que izquierda signifique liberal y derecha signifique conservador, la brújula política propone que es mejor medir las ideologías políticas en dos ejes separados: un eje económico derecha/izquierda y un ^eje autoritario/libertario.3 Con este modelo, sería posible que alguien fuera de derechas y libertario, o de izquierdas y autoritario; ninguno de los puntos de vista se excluye mutuamente. La brújula política propone este modelo alternativo porque la investigación ha sugerido que las opiniones económicas de una persona no siempre coinciden con su identidad política general y, por lo tanto, el modelo permitiría a las personas comprender con mayor precisión cuál es su posición en relación con otras opiniones, lo que podría significar un panorama político menos polarizado.