Posición vitalicia

La idea básica

A veces nos comportamos de formas que nos pueden parecer extrañas, incluso a nosotros mismos. Podemos sentirnos incómodos por algo que hemos dicho o hecho y, sin embargo, ser incapaces de explicar el razonamiento que hay detrás de estos comportamientos. A menudo, estas situaciones pueden estar influidas por las experiencias infantiles que conforman nuestras posiciones vitales.1

Las posiciones vitales son facetas del análisis transaccional, una forma de psicoanálisis que estudia las interacciones sociales y cómo podemos mejorarlas.2 El análisis transaccional se basa en nuestros estados del ego, que son formas en las que pensamos, sentimos y nos comportamos. Los estados del yo se basan en nuestras experiencias con nuestros padres (Padre), nuestras experiencias previas como niños (Niño) o nuestros entornos actuales (Adulto).

Las posturas vitales son las creencias básicas que tenemos sobre nosotros mismos y los demás, y que utilizamos para justificar nuestras decisiones y comportamientos.1 Nuestras posturas vitales están moldeadas por nuestras primeras experiencias, hasta los siete años, y consisten en si nos vemos a nosotros mismos y a los demás como "OK" o "no OK". Estar "bien" se refiere a la noción de ser bueno o digno; se cree que todo el mundo viene al mundo "bien".

Los indicios apuntan más fuerte que nunca a que la clasificación natural se basará en la posición del paciente, y que ésta [la posición] es la variable fundamental de la vida humana.


- Eric Berne en su artículo seminal sobre las posiciones vitales, "Clasificación de las posiciones"

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