Teoría de la fijación de objetivos

La idea básica

¿Alguna vez le han preguntado: "¿Dónde te ves dentro de cinco años?". Esta pregunta es tan habitual que se ha convertido en un tópico de nuestra sociedad. La idea de que cada uno de nosotros debe tener una visión de futuro está profundamente arraigada en nuestra psique colectiva. ¿Por qué?

La pregunta "¿dónde te ves?" está estrechamente relacionada con la idea de fijar objetivos. Un objetivo puede concebirse como un estado futuro tan atractivo que motiva a actuar en el presente. Los objetivos se consideran herramientas poderosas que nos ayudan a conseguir lo que queremos en la vida. Esta creencia es tan poderosa que a menudo asumimos que todo el mundo tiene, o debería tener, objetivos. En los lugares de trabajo se obliga a los empleados a fijarse metas en sus evaluaciones de rendimiento, los entrenadores animan a sus deportistas a fijarse metas y los orientadores ayudan a los estudiantes a fijarse metas para alcanzar sus objetivos educativos.

Aunque los objetivos se encuentran en todas partes, no todos son iguales. Algunas personas parecen capaces de alcanzar sus objetivos con facilidad, mientras que otras pueden tener dificultades e incluso fracasar en el intento. Para entender mejor por qué es importante fijarse objetivos y cómo puede mejorar nuestras vidas, vamos a centrar nuestra atención en la Teoría del Establecimiento de Objetivos.

La teoría de la fijación de objetivos afirma que los objetivos están estrechamente relacionados con el rendimiento humano. La fijación de objetivos proporciona tanto una "meta" hacia la que trabajar como un estándar con el que evaluar el rendimiento.

La teoría identifica los atributos de los objetivos eficaces, así como los "mecanismos" específicos a través de los cuales los objetivos ayudan a mejorar el rendimiento. Los objetivos pueden mejorar el rendimiento al centrar nuestra atención (dirección) y regular la cantidad de tiempo (duración) y esfuerzo (intensidad) que dedicamos a conseguir un resultado. Cuando se combinan con la fijación de objetivos, la retroalimentación y el entrenamiento en autorregulación pueden mejorar aún más el rendimiento.

La investigación ha demostrado sistemáticamente que los objetivos específicos y difíciles (pero no demasiado) son más útiles que los objetivos vagos del tipo "¡Hazlo lo mejor que puedas! Para que un objetivo sea eficaz, la persona debe comprometerse a alcanzarlo.

La teoría explica cómo los factores conocidos como "moderadores" pueden interactuar con la fijación de objetivos para influir en el rendimiento. Entre los moderadores se encuentran la destreza o habilidad de la persona, su creencia en su capacidad para alcanzar el objetivo (autoeficacia), el nivel de satisfacción previsto asociado a la consecución del objetivo (valencia) y el grado en que el objetivo se considera un medio eficaz para alcanzar un fin (instrumentalidad).

La teoría de la fijación de objetivos puede traer a la mente el popular acrónimo S.M.A.R.T: Specific (específico), Measurable (medible), Attainable (alcanzable), Relevant (relevante) y Time-Bound (limitado en el tiempo). De hecho, el modelo S.M.A.R.T. es anterior a la teoría del establecimiento de metas, ya que fue introducido por Doran, Miller y Cunninghan en un artículo de 1981 titulado "There's a S.M.A.R.T. way to write management goals and objectives".

La teoría de la fijación de objetivos fue presentada formalmente por primera vez en 1990 por Gary Latham, de la Universidad de Toronto, y Edwin Locke, de la Universidad de Maryland. En su libro A Theory of Goal Setting & Task Performance, Latham y Locke integraron décadas de investigación en una única teoría coherente que explica cómo funciona la fijación de objetivos para motivar el rendimiento humano.

Si un hombre no sabe a qué puerto navega, ningún viento es favorable.


- Séneca, filósofo estoico romano

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