Mentalidad de crecimiento
La idea básica
"Si a la primera no lo consigues, inténtalo, inténtalo y vuelve a intentarlo". Quizá haya oído esta frase, y muchas otras similares, a lo largo de su vida. Si es así, deberías sentirte afortunado de haber estado rodeado de tanta gente que te apoya. Por cursis que puedan parecer estas frases, nos recuerdan que siempre se puede mejorar, animándonos a perseverar.
Esta es la idea que subyace a la mentalidad de crecimiento: creemos que nuestra inteligencia y nuestras capacidades pueden desarrollarse con el tiempo.1 La mentalidad de crecimiento es un extremo del espectro de cómo pensamos sobre nosotros mismos, mientras que la mentalidad fija se sitúa en el extremo opuesto. Tener una mentalidad de crecimiento significa que estamos deseosos de aprender, somos adaptables, encontramos valor en aceptar retos y creemos que esforzándonos podemos mejorar ciertas habilidades, en comparación con la creencia de la mentalidad fija de que nuestras habilidades son inmutables.