Competencia
La idea básica
Cuando se busca a un profesional, ya sea un médico, un abogado o un profesor particular, se confía en que posee las habilidades y los conocimientos necesarios para ayudarle. A menudo, las personas tienen credenciales, como títulos universitarios, que les dan credibilidad y te aseguran que tienen las capacidades adecuadas para hacer el trabajo. Aunque el título no te proporciona pruebas basadas en la experiencia en su función, te da la seguridad de que alguien tiene al menos las capacidades básicas para realizar su trabajo.
Cuando alguien posee los atributos y la experiencia necesarios para desempeñar una tarea o encarnar un papel, decimos que es competente. La competencia puede definirse como los conocimientos, las habilidades, las actitudes, los valores y el juicio necesarios para desempeñar el trabajo de una profesión concreta.1 La competencia, o al menos la percepción de competencia, es crucial para los expertos de cualquier campo, ya que sin ella los demás no confiarán en que realicen su trabajo con eficacia. Debemos creer que nuestros políticos, psicólogos y científicos son competentes en lo que hacen y, por tanto, que debemos escuchar sus consejos.
Lo que hace competente a una persona varía de un campo a otro, e incluso de una persona a otra. Si le preguntaran a usted qué hace que un médico sea bueno, su respuesta podría ser distinta de la de su amigo. Las cosas que enumeras -tal vez empatía, conocimientos y buenos modales- son las características que tú personalmente crees que hacen que un médico sea competente.