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Dar a la gente las herramientas para autoanimarse

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Aug 28, 2020

Prólogo

En TDL, nuestro papel es traducir la ciencia. Este artículo forma parte de una serie sobre investigación de vanguardia con potencial para crear un impacto social positivo. Aunque la investigación es intrínsecamente específica, creemos que las ideas extraídas de cada artículo de esta serie son relevantes para los profesionales de las ciencias del comportamiento en muchos campos diferentes. En TDL, siempre estamos buscando formas de traducir la ciencia en impacto. Si desea hablar con nosotros sobre una posible colaboración, no dude en ponerse en contacto con nosotros.

Introducción

The Decision Lab es una empresa de investigación aplicada con conciencia social que aspira a democratizar la ciencia del comportamiento. Aspiramos a compartir estos conocimientos esenciales con un público amplio, con la esperanza de llegar a oídos de los responsables críticos de la toma de decisiones. Con este objetivo en mente, nos pusimos en contacto con Samuli para conectar su importante trabajo con un público más amplio. Con demasiada frecuencia, la investigación no llega de forma natural a las personas que más necesitan sus conocimientos. Este artículo forma parte de una serie que pretende salvar esa distancia.

Desde que Cass Sunstein y Richard Thaler introdujeron la idea de "empujar" a los ciudadanos a tomar decisiones en su propio interés, el concepto ha sido polémico. ¿Es ético decidir cómo va a pensar la gente? ¿Está alguien en condiciones de tomar estas decisiones por otra persona? Samuli Reijula reconoce estas preocupaciones. Samuli y su colega, Ralph Hertwig, Director del Centro de Racionalidad Adaptativa y del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano, han propuesto ideas novedosas para superar algunos de estos retos. Devolver las opciones a los responsables individuales es, sin duda, un objetivo admirable.

Una versión completa de algunos de los trabajos de Samuli está disponible aquí:

Transcripción

Nathan: ¿En qué se centra su investigación?

Samuli: Estudiamos cómo pueden utilizarse los resultados de la investigación en ciencias del comportamiento para ayudar a las personas a afrontar problemas de autocontrol. La idea central es convertir las llamadas intervenciones de autoayuda en herramientas que las propias personas puedan utilizar para ayudarles a alcanzar sus objetivos: en lugar de combatir las tentaciones con pura fuerza de voluntad, las autoayudas se basan en manipulaciones estratégicas de las situaciones de decisión (es decir, la arquitectura de la elección) para evitar la tentación por completo.

Nathan: ¿Cómo explicarías tu pregunta de investigación al público en general?

Samuli: Creemos que los psicólogos y otros científicos del comportamiento tienen mucho que ofrecer en el campo de la política, que antes solía dejarse en manos de los economistas. El programa nudge ha sido fundamental para trasladar los hallazgos de la política conductual a contextos políticos concretos. Sin embargo, el nudging también ha encontrado resistencia, y se han expresado preocupaciones tanto sobre su eficacia como sobre su ética. En nuestra investigación, nos preguntamos si los autoengaños pueden ayudar a resolver estos problemas éticos, así como a ampliar el alcance y la persistencia de las intervenciones basadas en la ciencia del comportamiento.

Nathan: ¿Cómo abordaron estos problemas?

Samuli: Ralph Hertwig, junto con sus colegas, ha desarrollado un programa político llamado boosting. El objetivo de las intervenciones de refuerzo es proporcionar a las personas los conocimientos necesarios para desarrollar competencias que les ayuden a tomar mejores decisiones en diversos ámbitos de su vida (por ejemplo, conocimientos sobre riesgos, planificación financiera, elección de alimentos saludables). Nos dimos cuenta de que muchos nudges también pueden convertirse en intervenciones de refuerzo: informando a las personas sobre los retos del autocontrol y las soluciones basadas en nudges para dichos retos, podríamos ayudar a las personas a convertirse en "arquitectos de la elección ciudadana". Mientras que los nudges originales son intervenciones de arriba abajo en las que un responsable de políticas públicas introduce cambios en los entornos de decisión de las personas, los self-nudges pueden reforzar la agencia y el autocontrol haciendo que las propias personas sean conscientes de los vínculos entre las propiedades de sus entornos (por ejemplo, la colocación de los alimentos en una cafetería o una cocina) y el comportamiento (cumplir la dieta o comerse esa chocolatina), así como proporcionándoles formas eficaces de cambiar esos entornos para mejor.

Nathan: ¿Qué importancia cree que tiene esto en un contexto aplicado?

Samuli: Nuestro principal objetivo en el artículo era presentar un nuevo enfoque de la política basada en el comportamiento: los autoimpulsos. Aunque las pruebas recogidas en diversos ámbitos (por ejemplo, nudging, boosting, cambio de comportamiento, terapia conductual) nos dan motivos para ser optimistas sobre el potencial de los autoengaños, es, por supuesto, pronto para los autoengaños, y para que cuenten como intervenciones basadas en pruebas, necesitamos más datos sobre la eficacia de los autoengaños.

No proponemos que los autoengaños sustituyan a otras herramientas políticas más tradicionales, como los incentivos económicos o la regulación. Por el contrario, consideramos los autoengaños como un complemento a las herramientas de los responsables políticos.

Nathan: ¿Cuáles cree que son las líneas de investigación más interesantes derivadas de su estudio?

Samuli: Además de proporcionar nuevas herramientas políticas, creemos que el autocontrol también puede ser una forma de mejorar nuestra "alfabetización psicológica", es decir, la comprensión de cómo funciona nuestra mente. En concreto, creo que muchos de nosotros tenemos una visión demasiado intelectualizada del autocontrol. A menudo nos sentimos mal por nuestra escasa fuerza de voluntad y nuestra incapacidad para resistir la tentación. Somos seres encarnados, a menudo indecisos y divididos entre diferentes deseos e impulsos. Deberíamos aceptarlo. Pero las investigaciones no sugieren que la fuerza de voluntad de las personas haya disminuido recientemente, sino todo lo contrario. Por el contrario, cada vez pasamos más tiempo en entornos altamente diseñados en los que nos vemos constantemente acosados, por ejemplo, por anuncios y aplicaciones de teléfonos inteligentes que compiten por nuestra atención.

Samuli: Consideramos que el autoimpulso es un medio importante para ayudar a la gente a entender cómo los aspectos a menudo aparentemente insignificantes de nuestro entorno dirigen nuestro comportamiento, y cómo aprender a diseñar nuestros propios entornos de decisión nos ayuda a recuperar parte de ese poder.

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