Llevar la TCC al lugar de trabajo
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Ninguno de nosotros está entusiasmado con su trabajo el 100% del tiempo, pero un estudio ha descubierto que la persona media está incluso menos entusiasmada con su trabajo de lo que podría pensarse. En Canadá, sólo una cuarta parte de los empleados se consideran "activamente comprometidos" con su trabajo. En otras palabras, la gran mayoría está emocionalmente desconectada mientras trabaja.
Ni que decir tiene que hay muchos factores que influyen en el bienestar de los empleados, como la retribución, el estilo de dirección, la claridad de la comunicación en el lugar de trabajo, etcétera. Pero que los empleados estén o no motivados y contentos en el trabajo no sólo depende de estos factores externos, sino también de factores cognitivos. Las creencias que las personas tienen sobre sí mismas y la forma en que interpretan el mundo que les rodea contribuyen en gran medida a su salud mental (o a su mala salud).
Imagina, por ejemplo, que estás en una reunión y tienes un pequeño desacuerdo con un compañero de trabajo. Si tienes la autoestima baja o te preocupa mucho cómo te ven tus compañeros, este incidente puede desencadenar una espiral descendente: puedes caer en distorsiones cognitivas que te convenzan de que tus compañeros te odian, de que tu idea era estúpida o de que ni siquiera tiene sentido intentarlo en este trabajo. Por el contrario, si tienes confianza en ti mismo y has desarrollado las habilidades necesarias para gestionar conflictos, todo esto será como agua de borrajas, es decir, probablemente no te afectará en absoluto.
Terapia: Traído a usted por los robots
La terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a las personas a ser conscientes de las historias inútiles que se cuentan a sí mismas y que pueden estar saboteando su bienestar mental, y a desarrollar habilidades para cuestionar y cambiar la forma en que interpretan el mundo que les rodea. Ampliamente considerada el "patrón oro" de la psicoterapia, la investigación ha demostrado que la TCC es eficaz incluso cuando no es administrada por una persona.
La flexibilidad de la TCC ha dado lugar a una explosión de aplicaciones basadas en IA y otras herramientas digitales que permiten a las personas acceder a la terapia desde cualquier lugar y en cualquier momento. Sin embargo, uno de los grandes obstáculos de estos productos es que tienden a tener una baja adherencia: la gente suele abandonar los programas digitalizados antes de haber obtenido todos los beneficios de la TCC. El ingrediente que falta es la conexión humana: los pacientes buscan a alguien con quien desarrollar un vínculo emocional.
TDL formaba parte de un consorcio de salud mental que pretendía resolver este problema introduciendo la TCC informatizada en el lugar de trabajo. Hay buenas razones para que las empresas se preocupen por la salud mental de sus trabajadores: los empleados que no se sienten bien están mucho menos comprometidos y son menos productivos en el trabajo. Los investigadores calculan que las enfermedades mentales cuestan a la economía canadiense 50.000 millones de dólares al año, de los cuales 6.000 millones corresponden a la pérdida de productividad en el lugar de trabajo.
Así pues, nuestra pregunta era: si la TCC digitalizada formara parte de las iniciativas de bienestar de las empresas, con empleadores que financiaran el acceso a la plataforma y dieran a los empleados tiempo y espacio para utilizarla, ¿podría esto resolver el problema de la baja adherencia y ayudar a las personas a sentirse mejor en el trabajo? La respuesta, en pocas palabras, es sí, se puede.
Conoce a Hikai, el bot de CBT
TDL ha colaborado con un grupo de destacados profesionales canadienses de la salud mental para desarrollar Hikai, un chatbot de TCC con IA diseñado para el lugar de trabajo. El bot ofrece una atención personalizada en pequeños fragmentos: los usuarios reciben módulos de contenido adaptados a sus objetivos, puntos fuertes y puntos débiles, y realizan controles diarios de 10 segundos por correo electrónico para informar a Hikai de su evolución. El programa también proporciona informes agregados a la dirección (nunca datos individuales de los empleados) para que puedan hacerse una idea del bienestar de su equipo y entender dónde pueden hacer cambios.
El programa también proporciona informes agregados a la dirección (nunca datos individuales de los empleados) para que puedan hacerse una idea del bienestar de su equipo y entender dónde pueden hacer cambios.
Hay muchas razones por las que un chatbot podría ser más adecuado para algunas personas que buscan terapia que un terapeuta humano. La flexibilidad y la comodidad son dos grandes. Pero hablar con un chatbot también puede ser menos intimidante que las formas más tradicionales de tratamiento: todavía pueden “escuchar” a los usuarios y ayudar a facilitar la reflexión, sin imponer ningún juicio. En general, las herramientas automatizadas como Hikai son grandes opciones para las personas que buscan ayuda a un nivel de menor intensidad y compromiso.
Pero lo crucial que aporta Hikai es su personalidad. Que sea un robot no significa que tenga que ser frío y robótico. Al diseñar a Hikai, le dimos una historia de fondo y lo programamos con guiones amistosos y basados en pruebas, desarrollados en consulta con psicólogos. Esto significa que los usuarios siguen teniendo a alguien con quien establecer una conexión durante la TCC, aunque ese alguien no sea humano. Este vínculo es crucial para mantener a las personas comprometidas y garantizar que no abandonen el programa a mitad de camino.
Para garantizar una experiencia de usuario sin fricciones, la propia interfaz de Hikai es elegante y fácil de usar, y se basa en los principios del diseño centrado en el usuario para minimizar el estrés y ayudar a los usuarios a sentirse cómodos chateando con un bot.
Hikai se puso a prueba en la fase piloto del proyecto en el Reino Unido.
Hikai se probó en tres lugares de trabajo durante dos semanas. Sólo en este corto período de tiempo, encontramos que el programa condujo a un aumento del 71% en el compromiso de los empleados en el trabajo, con un 82% reportando que Hikai les ayudó a manejar su estrés. Estos efectos también repercutieron en el bienestar general de los empleados: no es sorprendente que tener menos estrés laboral ayudara a las personas a sentirse mejor incluso cuando no estaban trabajando.
Herramientas como Hikai nunca sustituirán al apoyo humano en momentos de crisis, pero es probable que desempeñen un papel en el futuro panorama de la salud mental. La creación de programas automatizados en el lugar de trabajo para ofrecer TCC y otras terapias basadas en la evidencia no sólo ayudará a los trabajadores a estar más comprometidos con sus puestos de trabajo: también ayudará a las personas a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia, y también ayudará a mantener parte de la tensión de los apoyos tradicionales de salud mental.