Interacción Persona-Ordenador

La idea básica

La mayoría de nosotros interactuamos a diario con los ordenadores. Ya sea enviando un correo electrónico desde el portátil, buscando direcciones en el teléfono, viendo una película en la televisión inteligente o escaneando la compra en la caja, estamos entablando una forma de comunicación bidireccional con un ordenador. Estos encuentros son cada vez más frecuentes a medida que la sociedad se digitaliza rápidamente.

Con la aparición de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático, siempre hay más cosas que aprender sobre cómo interactúan los humanos y los ordenadores. Por ello, estudiar la interacción persona-ordenador es fundamental para crear sistemas que se ajusten a las necesidades, comportamientos y experiencias de los usuarios.

En pocas palabras, la interacción persona-ordenador (HCI) se refiere al campo de investigación dedicado a comprender y mejorar las interacciones entre los seres humanos y los ordenadores. La HCI es un campo multidisciplinar que combina elementos de la informática, el diseño, la psicología, la ergonomía y la ingeniería de usabilidad para determinar cómo podemos diseñar e implementar interfaces informáticas interactivas que satisfagan las necesidades del usuario y, en última instancia, mejoren su experiencia.1

A partir de las aportaciones de estas diversas disciplinas, la HCI consolida lo que sabemos tanto de los ordenadores como de los seres humanos en un campo de estudio integrador. Por el lado de los ordenadores, la HCI estudia los sistemas operativos, las interfaces informáticas y los lenguajes de programación. Por el lado humano, la HCI estudia la experiencia del usuario, la lingüística, las ciencias sociales y varias disciplinas psicológicas, como las ciencias del comportamiento, la psicología cognitiva y la psicología social.

Como puede ver, el campo de la HCI es amplio y de gran alcance. Para simplificar el concepto, la HCI puede dividirse en cuatro componentes principales:

  • El usuario: El individuo que utiliza el ordenador. Este componente se centra en las experiencias, preferencias, emociones y comportamientos individuales del usuario.
  • La tarea orientada al objetivo: El objetivo o meta del usuario. Este componente tiene en cuenta los flujos de trabajo y los procesos de los usuarios cuando interactúan con un sistema.
  • La interfaz: El hardware y el software que permite a los usuarios interactuar con el ordenador.
  • El contexto: Los factores ambientales y situacionales que influyen en las interacciones persona-ordenador, desde la iluminación y el ruido hasta las políticas y normas culturales.

Comprender estos cuatro componentes ayuda a los diseñadores a crear interfaces informáticas que permitan a los usuarios realizar tareas en contextos de uso específicos. Así, la HCI se ocupa de crear sistemas digitales basados en el usuario, orientados a tareas y apropiados al contexto. Por ejemplo, al diseñar un dispositivo doméstico inteligente, los principios de la HCI garantizan que los propietarios puedan controlar y supervisar su casa mediante funciones prácticas como comandos de voz y horarios automatizados.

Tanto si nos comunicamos con un ser humano como con una máquina, el objetivo es crear una comprensión compartida del mundo. Ése es el objetivo tanto de las normas que rigen una conversación educada como del funcionamiento de una máquina fácil de usar.


- Cliff Kuang, diseñador UX y autor de User Friendly: How the Hidden Rules of Design Are Changing the Way We Live, Work, and Play (Amigable con el usuario: cómo las reglas ocultas del diseño están cambiando nuestra forma de vivir, trabajar y jugar).

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